Artículo

Tecnología para plantas industriales

Opinión de Jordi Puig publicado en el Diari el 21 de junio de 2015

En las últimas décadas, las estrictas normas de calidad, la presión competitiva y el exigente time to market, han obligado a los fabricantes a transformar sus áreas de Mantenimiento.

A las tareas de mantenimiento preventivo y reactivo se le añade un nuevo reto: aportar valor en la productividad de la empresa. En este contexto, el departamento de Mantenimiento se enfrenta a los siguientes desafíos: disminuir los costes operativos del servicio (hacer más con menos), incrementar el ROI de los activos, mejorar la calidad del servicio de mantenimiento, aumentar la productividad de los trabajadores e incrementar la eficiencia en la organización.

Los numerosos avances tecnológicos de los últimos años han cambiado el modelo de negocio tradicional y han convertido a las nuevas herramientas tecnológicas en palanca de cambio, necesarias para afrontar los nuevos retos.

Son diversas las herramientas que permiten mejorar la gestión en los departamentos de mantenimiento. Entre ellas podemos encontrar aplicaciones informáticas (ERPs, SCADAs, Reporting, etc.), dispositivos (lectores de códigos de barras, sensores y etiquetas para el seguimiento de los componentes, transelevadores, gafas 'inteligentes', etc.) y sistemas de movilidad, entre otros.

La introducción en la compañía, y sobre todo en los departamentos de mantenimiento, de cualquiera de las herramientas tecnológicas mencionadas anteriormente, genera siempre dudas, ya que a priori es complicado cuantificar de forma tangible los beneficios que pueden aportar. En este sentido, es muy importante plantear de forma gradual su incorporación en las tareas de la organización, y así poder analizar y valorar cómo el nuevo instrumento aumenta la productividad y la eficiencia de los procesos en las plantas. De este modo, en el despliegue de nuevas herramientas tecnológicas es necesario tener en cuenta las siguientes fases: análisis de viabilidad de la solución (Business Case), elaboración de un piloto con un mínimo despliegue de la nueva herramienta que permita valorar su uso, revisión del Business Case y, si los resultados son satisfactorios, elaboración de un proyecto que permita realizar el despliegue al resto de áreas.

Es comprensible tener respeto a la integración de nuevas herramientas tecnológicas en los departamentos de nuestra organización, pero es suficiente con mirar a nuestro alrededor para convencernos de que es necesaria su incorporación para avanzar y ser más competitivos.

Did you find this useful?