Inteligencia artificial: el camino hacia la regulación

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Inteligencia artificial

El camino hacia la regulación

A medida que la inteligencia artificial se vuelve más relevante en las discusiones sobre el futuro de la humanidad, es necesario establecer acuerdos para su desarrollo. En los últimos años, diversos países han emitido leyes enfocadas en la gobernanza de esta tecnología; por ello, exploramos los retos y las oportunidades que conllevan las propuestas de regulación.

En entrevista con Horacio Peña, Socio de Consultoría en Tecnología, Medios y Telecomunicaciones en Deloitte Spanish Latin America.

Ciudad de México, a 22 de abril de 2024.

A partir de noviembre de 2022, mes en que OpenAI lanzó ChatGPT, el modelo de inteligencia artificial generativa más sofisticado hasta el momento[1], la industria tecnológica ha iniciado una profunda transformación. Cada vez es más común aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial (IA) para resolver problemas, optimizar procesos, o generar valor agregado en los negocios, de formas antes insospechadas.

Sin embargo, esto conlleva la necesidad de preguntarnos cómo cambiará no solo el mundo empresarial con la llegada de esta tecnología, sino de qué manera afectará a las personas, a las organizaciones y a las entidades gubernamentales.

Previendo esta necesidad, diversos países alrededor del mundo han lanzado iniciativas para regular la investigación, el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial. Si bien, en regiones como Europa o países como China, Canadá y los Estados Unidos, la implementación de regulaciones avanza conforme evoluciona la tecnología, los países de América Latina se encuentran en etapas muy diferentes de adopción y comprensión de sus efectos[2].

Para entender las consecuencias y alcances que una regulación de la inteligencia artificial podría tener en nuestra región, necesitamos, en primer lugar: contar con un panorama amplio del estado de esta tecnología en Latinoamérica; dimensionar el impacto que las aplicaciones (sociales, económicas, de desarrollo) de la inteligencia artificial pueden tener en la vida de las personas; y, entender cuáles son los puntos más urgentes a tratar en nuestra adopción de este instrumento tecnológico.

Escuchar, observar y adaptar: las claves de una regulación efectiva

Para construir una regulación, es fundamental entender que la inteligencia artificial tiene un impacto en diversas áreas de la sociedad y del mercado. Es decir, algunos sectores se ven sumamente beneficiados por esta tecnología, debido a la optimización y a la generación de soluciones innovadoras que ofrece, mientras que otros podrían ser impactados de manera negativa e, incluso, ver su modo de vida sustituido por las mismas herramientas[3].

Regular a los sistemas de inteligencia artificial es, por tanto, un ejercicio multifactorial, que exige atender distintos temas y colaboración de diversas instituciones: es necesario escuchar las inquietudes de los usuarios y del público en general, observar el crecimiento y la evolución de los sistemas de IA, y adaptar las regulaciones que sean pertinentes, en el momento necesario, manteniendo un balance entre la evolución de la tecnología y el beneficio de la sociedad[4].

Un ejemplo de esto es el Diagrama para una Declaración de Derechos sobre la Inteligencia Artificial, propuesto por el gobierno de los Estados Unidos[5]. Este documento, que podría servir como guía para la estructura de diversas regulaciones futuras, toma en cuenta cinco aspectos clave que deben ser considerados para asegurar una evolución positiva de los sistemas de IA. Estos son:

  • Sistemas seguros y efectivos. Se debe garantizar la protección contra sistemas de IA que resulten inseguros o ineficientes.
  • Protecciones contra la discriminación, basada en algoritmos. El riesgo de discriminación debido a sesgos integrados en un sistema de IA debe ser mitigado, y los sistemas deben ser usados y diseñados de forma incluyente e igualitaria.
  • Privacidad de la información. Se debe proteger al público, de prácticas abusivas de recopilación de la información, por medio de soportes construidos dentro de los sistemas. Además, el usuario debe tener control sobre cómo se usan sus datos.
  • Consentimiento y explicación. El usuario debe saber cuándo un sistema de IA está siendo utilizado, y entender claramente cómo afecta o contribuye a su experiencia, así como el impacto que tiene en el producto/servicio adquirido.
  • Alternativas humanas, consideración y soporte. El usuario debería tener la oportunidad de preferir el contacto humano al de un sistema de IA, siempre que sea posible, y tener acceso a soporte humano para resolver los problemas que encuentre en su interacción con la tecnología[6].

Si lo que buscamos es crear una regulación, debemos entender que la inteligencia artificial tiene un impacto
en diversas áreas de la sociedad y
del mercado. 

Un tema global con repercusiones locales

Si bien la inteligencia artificial promete tener efectos significativos a escala global y en distintas áreas de la actividad humana, las regulaciones deben estar aterrizadas en las realidades de cada país, región o industria. Aunque es posible que contengan necesidades y preocupaciones similares, la economía y la sociedad de cada geografía definen el alcance de estos procesos.

Por ejemplo, consideremos las propuestas de ley que se han emitido en Brasil, Chile y México, los países latinoamericanos que están a la vanguardia en esta discusión. Si bien, a primera vista, los tres comparten la necesidad de acordar en límites de implementación y modelos de riesgos para estas tecnologías, sus planteamientos son distintos, y están adaptados a las realidades particulares tanto de sus poblaciones como de sus industrias tecnológicas[7].

Brasil, el país latinoamericano pionero en estas regulaciones, ha optado por realizar una legislación que se construye a partir de tres pilares centrales (garantizar los derechos de los usuarios, generar una gradación de los niveles de riesgo de cada sistema, e implementar medidas de gobernanza para las empresas que utilicen o desarrollen sistemas de IA)[8].

Chile, por el contrario, ha optado por regular “los sistemas de inteligencia artificial, la robótica, y las tecnologías conexas”[9], en una sola iniciativa, poniendo mayor atención a proteger la información y la experiencia de los usuarios que a la regulación de las organizaciones.

En México, mientras tanto, existe una iniciativa con la que se pretende regular la inteligencia artificial[10], para lo cual toma en cuenta diversas necesidades en torno a los sistemas que utilizan este tipo de tecnología, y propone una legislación en diversos niveles, que van desde las responsabilidades de los desarrolladores (mantener un equilibrio entre la ventaja para las organizaciones y el desarrollo humano, o generar marcos éticos y de gobernanza para asegurar la seguridad) hasta las posibles afectaciones para los usuarios (desplazamiento laboral, generación de información falsa o suplantación de identidad)[11].

Pero ya sea que se consume esta o cualquier otra iniciativa, toda regulación que busque ser efectiva tiene que encontrar el balance entre impulsar el crecimiento y el desarrollo, y la implementación adecuada de la tecnología, para facilitar el aprovechamiento tanto de las organizaciones como del capital humano, blindando los derechos de los terceros tanto como sea posible[12].

Por lo tanto, la comprensión general de nuestro entorno tecnológico, el conocimiento de las necesidades y los riesgos que surgen en él, así como la atención continua a la evolución del mismo, son ―y seguirán siendo― las claves que permitan elaborar un marco regulatorio robusto y efectivo, acorde con las demandas de la era digital.

[1] OpenAI, ChatGPT- Release Notes, 22 de noviembre de 2022 - 14 de febrero de 2023.

[2] Derechos Digitales, América Latina frente a la inteligencia artificial: mapeo de iniciativas regulatorias en la región, 24 de noviembre, 2023.

[3] Fondo Monetario Internacional, AI Will Transform the Global Economy. Let’s Make Sure It Benefits Humanity, 14 de enero de 2024.

[4] Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial, “Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial > Capítulos > Gobernanza”, visto: 1 de abril de 2024.

[5] La Casa Blanca, Blueprint for an AI Bill of Rights, visto: 1 de abril de 2024. 

[6] Idem.

[7] Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial, Ibidem.

[8] Senado de BrasilComissão de juristas aprova texto com regras para inteligência artificial”, 1 de diciembre de 2022.

[9] Cámara de Diputadas y Diputados de Chile, Regula los sistemas de inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas, en sus distintos ámbitos de aplicación, 24 de abril de 2023.

[10] Sistema de Información Legislativa, "Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se expide la Ley Federal que regula la inteligencia artificial”, 2 de abril de 2024. 

[11] Idem, p. 14.

[12] Fondo Monetario Internacional, Ibidem.

La
inteligencia artificial promete tener efectos significativos a escala global y
en distintas áreas de la actividad humana, las regulaciones deben estar
aterrizadas en las realidades de cada país, región o industria.

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