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El nuevo rol de los médicos en el futuro de las ciencias de la vida, un enfoque humano

Con la pandemia surgieron nuevas necesidades y desafíos para los profesionales de la salud, lo que obliga a dinamizar el ecosistema. Conozca en este análisis el rol de los médicos, las instituciones de salud, la industria farmacéutica y el sector público en este nuevo contexto.

Elaborado por Giovanni Sissa, socio de Consultoría de Deloitte Spanish Latin America, Marketplace región Andina

La industria farmacéutica y de cuidado de la salud ha evolucionado en los últimos años debido a los adelantos tecnológicos y a los cambios experimentados a raíz del COVID- 19. Estos desafíos aceleraron la toma de decisiones estratégicas y la implementación de un enfoque de supervivencia con nuevas formas de trabajo y de atención a los pacientes.

De acuerdo con el estudio “Formando al médico del futuro”, elaborado por Deloitte, los sistemas de salud, especialmente el estadounidense, tienen un alto rendimiento en relación con los niveles de inversión, situación que se presenta por la necesidad de realizar las tareas clínicas tradicionales de manera más eficiente y rentable.

Así como la industria evoluciona, existen retos para el desempeño de los médicos como el desgaste profesional, ocasionado por la necesidad de actualizarse constantemente, la cantidad de información científica y el tiempo invertido en tareas administrativas. En este sentido, el estudio revela que el 78 % de los médicos se sienten agotados.

También se destaca la evolución de los modelos de atención por el ingreso de nuevos jugadores no tradicionales del mercado, financiados por los sectores de consumo, comercio minorista y tecnología, los cuales impulsan a los hospitales y sistemas de salud a reevaluar sus funciones, roles y servicios existentes. Algunos de los nuevos competidores son Apple, J.P. Morgan Chase, Berkshire Hathaway y Amazon.

Asimismo, el estudio señala que los avances tecnológicos impulsarán la evolución del modelo de atención y modificarán el papel de los médicos. Entre ellos se encuentran la inteligencia artificial, el procesamiento del lenguaje natural, crowdsourcing, tecnología virtual, análisis de big data y robótica.

El rol de los médicos

Desde la perspectiva de capital humano, surgen las siguientes preguntas: ¿qué significa este nuevo panorama? y ¿qué rol deben cumplir los sistemas de salud y la industria farmacéutica? En este contexto, existe una brecha significativa entre las capacidades actuales y futuras de los médicos, ya que por años han estado sustentadas en sus conocimientos y en su experiencia.

De este modo, los doctores deben renovar su aprendizaje, adoptar nuevas tecnologías, construir y fortalecer las relaciones con sus pacientes, quiénes están mejor informados y acuden a las citas con un balance de poder más ecuánime.

Por otra parte, los congresos en los que se comparte la data más reciente de los principales estudios médicos darán espacio a otro tipo de entrenamiento como gestión del cambio, manejo de incertidumbre y empoderamiento, entre otros. Lo anterior debido a que también deben perfilarse como gerentes y administradores de otros profesionales de la salud.

El papel de las instituciones de salud

Buscan proteger el bienestar de los profesionales del sector. En el estudio “La Empresa Social en un mundo disruptivo”, elaborado por Deloitte, se destaca la tendencia por incorporar nuevas formas de trabajo orientadas al bienestar físico, emocional y económico de los trabajadores.

Lo recomendable entonces es diseñar mesas de diálogo y determinar en forma conjunta aspectos relacionados con los espacios, horarios, tecnología, ergonomía y distribución de tareas que equilibren la productividad, la innovación y la calidad de vida.

De igual forma, se considera necesario acompañar este proceso con una adecuada gestión del cambio, lo que hará que el futuro del trabajo sea más sostenible en todas las instituciones. En este caso, se requiere identificar un equipo que lidere a las organizaciones en este viaje de transformación, lo que evitará la pérdida de talentos, especialmente, en geografías en las que este recurso humano es escaso.

¿Y la industria farmacéutica qué puede hacer?

Contribuye al desarrollo de capacidades adicionales de los profesionales de la salud que no están relacionadas con productos o data científica. Se ha visto una importante evolución de la industria en la adopción de formas más ágiles de trabajo, en el rediseño de estructuras, procesos y competencias para adaptarse a los nuevos tiempos.

Si algo nos ha enseñado la pandemia es que el progreso del ecosistema depende de la sinergia de todos, lo cual implica que tener un rol transformador es clave para la reorganización y el rediseño cultural de las instituciones públicas y privadas.

En este sentido, la industria farmacéutica se convierte en un socio estratégico para las nuevas políticas de acceso, el desarrollo de capacidades administrativas y analíticas, en el trato más empático con los pacientes, en la adopción al cambio y a las nuevas tecnologías, con miras a la creación de un ecosistema más sostenible.

El rol del sector público

Deloitte expone en el artículo “El futuro de la salud pública” algunas responsabilidades como desarrollar un sistema de intercambio de datos en tiempo real entre sectores, fomentar una fuerza laboral resiliente, robusta y multidisciplinaria y crear una propuesta de valor. Este último punto es crucial para la inversión en el área, con base en la evaluación, la medición oportuna y la transparencia en este tipo de iniciativas.

De esta forma, el sector público puede liderar foros de colaboración, planeamiento estratégico y alineación de los jugadores y socios del ecosistema. Asimismo, está facultado para impulsar leyes que entreguen la propiedad de los datos clínicos al paciente y al sistema de salud (salvaguardando la privacidad de la información), crear alianzas con universidades y otras instituciones de salud, desarrollar programas de upskilling en capacidades administrativas y de gestión que promuevan la agilidad, el empoderamiento y la creación de modelos predictivos.

En síntesis, lograr un futuro de la salud para el bienestar de todos requiere de ciencia, habilidades blandas y de una participación activa y responsable de los jugadores del sistema.

* Este texto fue elaborado en colaboración con Cristhian Ortiz, gerente de Consultoría de Deloitte Spanish Latin America, Marketplace región Andina.

Fuentes consultadas:

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