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La transformación digital en el centro de la estrategia organizacional

La última encuesta global de Deloitte sobre Transformación Digital evidencia que las empresas con mayor madurez digital son más resilientes y logran adaptarse mejor al cambio constante. Además, obtienen mejores resultados financieros. Estas empresas reconocen a la transformación digital como pilar fundamental de su estrategia general.

Las ventajas de la digitalización

Para la mayoría de las organizaciones, la disrupción causada por la pandemia reveló vulnerabilidades que no se habían identificado. Sin embargo, muchas organizaciones fueron resilientes y lograron un desempeño superior a la media de la industria, apalancando sus capacidades digitales.

La pandemia fue el evento más reciente que reveló la incertidumbre que enfrentamos. Pero no fue el primero y probablemente no será el último. Transformaciones políticas, crisis ambientales y financieras y cambios tecnológicos, son parte de la realidad en la que vivimos. Estos tipos de eventos son cada vez más frecuentes y menos predecibles. Según un estudio del International Monetary Fund y Stanford University, la incertidumbre viene creciendo hace 30 años y más intensamente en los últimos 10.

En un contexto de cambios disruptivos, las empresas con mayor madurez digital tienden a lograr una ventaja con relación al resto. Los
resultados de la encuesta global de Deloitte sobre Trasformación Digital de 2021
indican que las empresas con “alta madurez digital” tienen mayor probabilidad de lograr resultados financieros (crecimiento anual en ingresos y margen neto) por encima del promedio de la industria.

 

Oportunidades digitales para una mejor estrategia general

En su camino hacia la digitalización, las organizaciones necesitan una estrategia clara para definir las prioridades digitales.

Las nuevas capacidades digitales (plataformas en la nube, automatización de procesos, inteligencia artificial) brindan grandes posibilidades. Por ejemplo, las plataformas en la nube permiten a las organizaciones desarrollar soluciones de software más rápido en comparación con los métodos tradicionales. La automatización de procesos robóticos acelera los esfuerzos para hacer frente a los crecientes volúmenes de transacciones. Los chatbox ayudan con el aumento de la demanda de preguntas de clientes.

Los líderes de negocios que no consideren las nuevas posibilidades de la tecnología digital corren el riesgo de obviar grandes oportunidades. Estas nuevas posibilidades deben ser insumos para el desarrollo de la estrategia general. Ahora, más que nunca, las organizaciones tienen que llevar la tecnología a la sala ejecutiva al momento de desarrollar sus estrategias sobre “dónde competir” y “cómo competir”.  Integrar la estrategia competitiva con la digital para lograr una estrategia global es una tarea compartida entre los ejecutivos y los líderes tecnológicos. 

 

La estrategia como diferenciador

La adopción de nuevas tecnologías digitales es una apuesta de muchas organizaciones en muchos sectores. Las organizaciones deben suponer que sus competidores están reforzando sus capacidades digitales. De acuerdo con nuestra encuesta global sobre madurez digital, cerca del 70% de los entrevistados planea aumentar sus esfuerzos financieros en la transformación digital de sus empresas.

En este contexto, los ganadores serán quienes puedan conjugar la estrategia corporativa con la digital para maximizar el impacto en el nuevo contexto.

El desarrollo de estrategias corporativas guiadas por adopción de nuevas tecnologías y capacidades digitales debe buscar habilitar formas de creación de valores que no puedan ser desarrolladas de otra forma y aumentar la resiliencia de las organizaciones, combinando agilidad y estabilidad

Las capacidades digitales permitirán la diferenciación de varias maneras:  ayudando a ofrecer nuevas y mejores experiencias de consumo, creando nuevos productos y servicios, o adaptando los modelos de negocio.

Las capacidades digitales aumentan la resiliencia al mejorar varios atributos organizacionales:

Agilidad: habilidad de responder rápidamente y/o adaptarse ante amenazas y oportunidades.

Estabilidad: habilidad de mantener la excelencia operacional mientras se realizan cambios.

Escalabilidad: habilidad de adaptarse a variaciones rápidas en la demanda (aumentos o descensos), por ejemplo, apalancando los beneficios de la computación on-demand en la nube.

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