El impacto económico del COVID-19

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El impacto económico del COVID-19 

Los efectos económicos del COVID-19 y los posibles escenarios globales en función de su desarrollo

Más allá del impacto sobre la vida de millones de personas en todo el mundo, la pandemia del nuevo coronavirus también ha asestado un duro golpe sobre la evolución de la economía a nivel global. Aunque los gobiernos de los principales países que se han visto sacudidos por la crisis del COVID-19 han impulsado medidas para paliar la ralentización económica provocada por este virus, se vislumbra que su propagación podría tener un triple efecto sobre la economía mundial: impacto directo sobre los volúmenes de producción a nivel global; disrupciones y trastornos sobre las cadenas de suministro y distribución; e impacto financiero en las empresas y los mercados de valores. 

Impacto directo sobre la producción global

La producción china ya se ha visto sustancialmente afectada por el cierre de las industrias en la provincia de Hubei y otras zonas de vital interés para las exportaciones de componentes chinos. En consecuencia, la desaceleración china ha tenido un efecto colateral inminente sobre los niveles de producción de los principales exportadores de este país: Estados Unidos, Hong Kong, Corea del Norte y Japón. 

En paralelo, la expansión en el contagio del coronavirus ha motivado que el impacto directo sobre los niveles de producción también se haya dejado sentir con gran virulencia en el resto del continente asiático y en los principales países de Europa y Norteamérica.

Interrupción de las cadenas de suministro y de distribución

Numerosos productores y fabricantes de bienes de consumo dependen de los componentes y piezas importadas de China y de otros países asiáticos afectados por la pandemia. Asimismo, muchas compañías también dependen de las ventas en China para alcanzar sus objetivos financieros. 

De este modo, se prevé que la desaceleración de la actividad económica y las restricciones en el transporte de los países afectados por el coronavirus repercutirán en la producción y la rentabilidad de determinadas empresas mundiales. Principalmente, de aquellas que integran el sector de las manufacturas y las que están relacionadas con la obtención de materias primas utilizadas para la producción de bienes de consumo. 

En el caso de las empresas que dependen de los componentes intermedios de las regiones afectadas y que no pueden cambiar fácilmente sus fuentes de abastecimiento, la magnitud del impacto puede depender de la duración de las medidas de paralización de la actividad. En este escenario, las empresas pequeñas y medianas tendrán mayores dificultades para sobrevivir a la perturbación provocada por el coronavirus. 

Particularmente dramática puede ser la situación de las empresas vinculadas al sector turístico, que han visto limitada su capacidad de maniobra como consecuencia de las restricciones impuestas por los gobiernos de todo el mundo para frenar el contagio del coronavirus. El sector vaticina que sus empresas se enfrentarán a pérdidas que probablemente no serán recuperables.

Repercusiones financieras en las empresas y los mercados bursátiles

Las perturbaciones temporales en la producción de bienes y componentes podrían poner en tensión a algunas empresas, en particular a las que tienen una liquidez insuficiente. El impacto sobre los mercados se materializará en valoraciones negativas y en un aumento del riesgo. A su vez, el consiguiente aumento del riesgo se traducirá en posiciones de inversión que no serán rentables en las condiciones actuales, lo que debilitará aún más la confianza en los instrumentos y mercados financieros. 

Un posible acontecimiento derivado de la afirmación anterior sería una importante perturbación de los mercados de valores, a medida que aumente la preocupación por el riesgo de contrapartida. Con ello, una posibilidad más que probable sería una disminución significativa de las cotizaciones bursátiles y de los bonos corporativos, ya que los inversores preferirían mantener los valores gubernamentales (en particular los del Tesoro de los Estados Unidos) debido a la incertidumbre creada por la pandemia.

Posibles escenarios económicos en función de la expansión del coronavirus y de cuándo se controle la pandemia

Ante los efectos financieros que ya está generando la expansión de la pandemia por el mundo, se manejan tres posibles escenarios sobre el impacto que podría tener en la economía, en función  del grado de rapidez con la que se controle el contagio del virus y se recupere la situación previa a la irrupción del COVID-19.

Escenario 1. El año del coronavirus. Aunque la propagación de la enfermedad en China se ralentizase, los brotes de nuevos contagios se producirían de forma continuada en todo el mundo. Cada brote requeriría de una desaceleración de la producción en esa zona. En un mundo globalizado, esto se traduciría en una sucesión de interrupciones de la producción en diferentes regiones e industrias, a medida que se producen y controlan los contagios. Como resultado, se asistiría a una perturbación de la actividad económica con la suficiente magnitud como para desacelerar considerablemente el crecimiento mundial. En este escenario, las empresas que tendrían una ventaja competitiva serían aquellas lo suficientemente ágiles como para gestionar un cambio de proveedores y, en paralelo, las que dispusieran de suficiente liquidez como para sobrevivir a una drástica reducción en sus ventas e ingresos.


• Escenario 2. El coste de una respuesta global al coronavirus. Los centros económicos de todo el mundo estarían sujetos a cierres como el de Wuhan, mientras la población mundial entraría en pánico por la propagación del virus. Las decisiones descoordinadas de cada país interrumpirían el movimiento de personas, bienes y mercancías. 
En consecuencia, se produciría un descenso en los niveles de producción, ya que los negocios con cadenas de suministro internacional solo podrían operar de manera intermitente. El turismo, así como las empresas y regiones dependientes de este sector, se verían fuertemente afectadas y disminuirían drásticamente su volumen de ingresos.  
Ante este escenario, se necesitaría más de un año para que la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas elaborasen una respuesta global que priorizase las medidas sanitarias coste-eficientes, de forma que resultase bien recibida por las principales economías mundiales. 
Con todo ello, el PIB mundial se estancaría y el comercio internacional descendería, lo que supondría la entrada en recesión de la economía mundial 


• Escenario 3. La crisis del sistema financiero. Los retrasos en los envíos y en los calendarios de producción generarían problemas financieros para las empresas con grandes deudas, especialmente en Estados Unidos. El declive de los mercados bursátiles y la huida de los inversores de riesgo, que venderían activos como bonos de alto rendimiento y acciones volátiles, dejarían expuestos a los inversores que hubieran infravalorado el riesgo. 


Con ello, la preocupación por el riesgo de contrapartida reduciría al máximo la liquidez en los mercados financieros. Se produciría entonces una recesión y los bancos centrales deberían impulsar medidas coordinadas para gestionar la situación. Tras la aplicación de políticas de estimulación, los mercados financieros -y la economía mundial- comenzarían su recuperación después de una recesión en forma de V.

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