Facturación electrónica

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Así se mide el éxito de la facturación electrónica

Las autoridades federales comenzaron a utilizarla en 2010 como una forma de eficientar la fiscalización de los contribuyentes. A siete años de que comenzara su implementación, aún sigue surgiendo voces que cuestionan la funcionalidad de las facturas electrónicas y su efectividad en el combate a la evasión fiscal.

En entrevista con Alejandro Juárez, socio de Auditoría en Deloitte México

De mediados de 2015 a la fecha, la evasión fiscal mediante el esquema de la simulación de operaciones comerciales creció 229%, al pasar de 90 mil 720 millones de pesos a más de 298 mil millones, según cifras del Servicio de Administración Tributaria (SAT) publicadas recientemente.

Si bien hay quienes interpretan este panorama como una clara falla de la factura electrónica, al señalar que sus candados no han logrado frenar la evasión fiscal, estas cifras, en realidad, demuestran todo lo contrario.

La facturación electrónica ha sido todo un éxito para la fiscalización del SAT. De hecho, el que exista un mayor porcentaje de operaciones comerciales simuladas de las que la autoridad tiene noción solo demuestra que, actualmente, se cuenta con un mayor rango de información que permite detectar cada vez más operaciones de este tipo y combatirlas.

Este proceso de big data ha provocado un incremento en el número de contribuyentes que aparecen en las listas negras de SAT por simular operaciones.

Mientras que durante 2014, 2015 y mediados de 2016 en promedio se agregaban a la lista 37 contribuyentes al mes, de julio a diciembre de 2016 el promedio mensual creció a 238 y para lo que va de este ejercicio el número se incrementó a 464 nuevos cada mes, es decir, un incremento del promedio mensual de más del 1,000% desde que inició este ejercicio por parte de la autoridad.

Lo anterior nos hace pensar que los procesos de inteligencia por parte de la autoridad para detectar contribuyentes que simulan operaciones se están mejorando día a día, y todo ello originado por el gran volumen de información contenida en los CFDI’s.

Otro punto importante es que solo 34 de los 3,459 contribuyentes detectados al 15 de febrero de 2017 del total de presuntos simuladores han logrado desvirtuar la simulación de operaciones, es decir, el 99% de contribuyentes que el SAT detecta como simuladores en realidad sí lo son y solo es cuestión de tiempo para que caigan en la lista de definitivos.

El in crescendo de la fiscalización electrónica

Otra forma de medir el éxito de la facturación electrónica la podemos observar en el incremento que ha registrado la recaudación tributaria, en su mayoría gracias a la modernización que ha tenido el proceso de fiscalización.

En 2016, el Servicio de Administración Tributaria logró una recaudación fiscal histórica, al rebasar en 308 mil 463.9 millones de pesos la meta recaudatoria anual, e incrementar en 5.2 millones su base de contribuyentes, que cerró en 56.8 millones.

A través de toda la información (big data) y de las acciones de fiscalización electrónica, el alcance del cobro de la autoridad se ha potencializado, logrando recaudar dinero que antes no estaba siendo captado, haciendo la fiscalización más eficiente.

La lista en la que nadie quiere aparecer

Una vez que el Servicio de Administración Tributaria detecta que una compañía está incurriendo en prácticas de evasión fiscal, notifica a la organización y le pide que justifique las operaciones que está realizando.

Si la empresa no demuestra su inocencia, entonces se publica su nombre en la lista negra definitiva del SAT y este, a su vez, procede a fiscalizar a los clientes de la compañía para evitar hacer deducibles las facturas apócrifas.

Se trata de una cacería en forma de red, pues al ser detectada una empresa que tenga operaciones simuladas con otra, se investigarán sus demás operaciones con el único propósito de cobrar el monto real de impuestos, lo que permite incrementar la recaudación, e incluso tomar medidas penales cuando el caso lo amerite.

¿Qué deben hacer las empresas?

La facturación electrónica constituye sin duda un desafío actual para la mayoría de las empresas, sin importar su giro. Sin embargo, más allá de las innovaciones tecnológicas que esta nueva forma de hacer contabilidad incluye, las compañías deben tomar en cuenta dos principales recomendaciones para evitar fallas al momento de fiscalizar.

La primera es revisar continuamente la lista negra de proveedores del SAT, esto con el fin de evitar establecer una relación con alguna de estas empresas, que entran dentro del catálogo de ‘malos contribuyentes’.

La segunda sería buscar empresas de consultoría, como Deloitte, para contar con una asesoría fiscal adecuada que les permita generar esquemas para reducir los pagos tributarios dentro del marco legal.

Finalmente, deben tomar en cuenta que a partir de abril la autoridad podrá revisar los catálogos universales de contabilidad electrónica e imponer sanciones a los contribuyentes irregulares.

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