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Nuevas normas contables sobre arrendamientos exigen más información

Por: Gustavo Arias, Socio de Auditoría, Deloitte Costa Rica

La Junta de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB por sus siglas en inglés) emitió una nueva norma contable sobre arrendamientos llamada NIIF 16, la cual rige a partir de 1º de enero de 2019 y se permite su adopción anticipada siempre que se haya adoptado la NIIF 15 (norma contable para el reconocimiento de ingresos). Esta norma aplica a todos los arrendamientos, con ciertas excepciones.

La NIIF 16 propicia que la mayoría de los arrendamientos se presenten en el estado de posición financiera de los arrendatarios bajo un modelo único, eliminando la distinción entre arrendamientos operativos y financieros. Sin embargo, la contabilidad para los arrendadores permanece con la distinción entre dichas clasificaciones de arrendamiento.

El objetivo general de la NIIF 16 es que las entidades den información que permita a los usuarios de los estados financieros evaluar el efecto de los arrendamientos en la situación financiera, el resultado y los flujos de efectivo del arrendatario. La Norma amplía considerablemente los requisitos actuales de información sobre arrendamientos.

Bajo la NIIF 16, los arrendatarios reconocerán contablemente el derecho de uso de un activo arrendado y el pasivo por arrendamiento correspondiente. El derecho de uso se trata de manera similar a cualquier otro activo no financiero (por ejemplo, edificios, vehículos, equipo de cómputo, maquinaria, etc.), con su depreciación correspondiente, mientras que el pasivo se registrará como una deuda y devengará intereses.

Esta nueva forma de contabilizar los arrendamientos tendrá diferentes efectos en los resultados de las compañías arrendatarias. Por ejemplo, produce un perfil de reconocimiento acelerado del gasto (a diferencia de los arrendamientos operativos bajo la NIC 17, donde se reconocía el mismo monto del gasto en el transcurso del arrendamiento), debido a que la depreciación lineal del derecho de uso y el interés decreciente del pasivo financiero, conllevan a una disminución general del gasto a lo largo del tiempo.

El valor al que se registre el activo incluirá el importe del valor inicial del pasivo por arrendamiento (según se describe más adelante), así como cualquier pago realizado al arrendador por adelantado, los costos directos iniciales incurridos (por ejemplo, honorarios profesionales, aranceles de importación, transporte del activo, costos de instalación) y un estimado de los costos a incurrir para el desmantelamiento o restauración del activo al finalizar el plazo del arrendamiento.

También, el pasivo financiero se medirá al valor presente de los pagos mínimos pagaderos durante el plazo del arrendamiento (cuotas del arrendamiento), descontados a la tasa de interés propia del arrendamiento siempre que pueda ser determinada. Si dicha tasa de interés no puede determinarse, el arrendatario deberá utilizar una tasa de interés de referencia para una deuda de características similares (por ejemplo, considerando moneda, plazo, entre otros).

Los pasivos por arrendamiento deberán incluir, además de las cuotas fijas menos cualquier incentivo a recibir, las cuotas variables que dependan de un índice o tipo de interés (como el índice de precios al consumidor) excluyendo los que dependen del desempeño futuro o uso (como ventas, una rentabilidad, etc.); tambíen incluirá los pagos a realizar por garantías de valor residual, precio ejercido de opción de compra (cuando exista certeza de ejercerla), y los pagos de penalización por terminar el arredamiento. Definitivamente esto origina una mayor complejidad en el registro contable y requerirá en casos complejos de personal especializado en valoración de pasivos.

La IASB realizó un estudio en enero del 2016 en el cual concluyó que sobre una muestra de 1.022 empresas cotizadas en todo el mundo, el valor estimado de los pagos futuros de los actuales arrendamientos que no se muestran en los estados de posición financiera (arrendamientos operativos) representarían el 5,4% del total de activos ya registrados en dichas empresas. El estudio evidencia cómo varía este porcentaje por sectores, por ejemplo, para las aerolíneas y el comercio minorista (“retail”) se sitúa en cuatro veces esta media (alrededor del 20%).

Para responder a las inquietudes manifestadas por muchas empresas en relación al costo/beneficio de aplicar la NIIF 16 a determinado contratos de alquiler, el IASB ha incluido cierta simplificación, permitiendo contabilizar los arrendamientos a corto plazo y los arrenamientos de activos de bajo valor directamente como un gasto, normalmente de forma lineal a lo largo de la duración del arrendamiento (es decir, seguir con la contabilización tal y como los actuales arredamientos operativos).

Le invitamos a evaluar el potencial impacto de esta Norma sobre los estados financieros de su compañía, además de los efectos sobre los indicadores y métricas clave de su negocio, y los impactos que de ellos se derivan para contratos, como cláusulas covenants en contratos de deuda, contratos de remuneración a la dirección, etc, e incluso en el riesgo de crédito y los tipos de interés de la financiación.

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