Perspectivas

Errores comunes en las Declaraciones de apetito por el riesgo  

El Reglamento de Gobierno Corporativo establece que las entidades deben contar con una Declaración deApetito de Riesgo (DAR), la cual puede tener elementos cuantitativos o cualitativos, donde establece los tipos y niveles de riesgo que está dispuesta a asumir en la gestión del negocio. Es a través de la DAR, que las Juntas Directivas puede asegurar que la estrategia del negocio que se aprobó se comporta de acuerdo al apetito de riesgo escogido.

Los reguladores no establecieron la forma ni las métricas a considerar, de manera que cada entidad ha definido la mejor forma de entender la declaración de apetito de riesgo. Las herramientas están en constante revisión y calibración para que cumplan con su principal objetivo. Como parte de este ejercicio, se pueden identificar los principales errores sobre las DAR establecidas por las entidades:

 

Poco vínculo con los objetivos estratégicos

El objetivo principal de la DAR es relacionar el apetito al riesgo con la estrategia. En muchos casos, algunas entidades tomaron los perfiles de riesgo que comúnmente ya revisaban las unidades de riesgo en
sus comités y eso lo han interpretado como DAR, pero muchos de esos indicadores son de monitoreo y no tienen que ver con un criterio decisivo en las decisiones estratégicas.

 

Escasa declaración de riesgos y apetitos cualitativos

La mayoría de las entidades han tomado indicadores de negocio o de mercado que son cuantitativos. A pesar de que, en sus planes estratégicos, riesgos como legitimación de capitales o el riesgo reputacional son relevantes y representan importantes capítulos en sus planes operativos, las DAR no suelen valorar su cumplimiento. Otro caso es cuando apetitos importantes, sea altos o cero, no se reflejan en la DAR, como, por ejemplo, incursionar en una nueva línea de seguros o bien no tener incumplimientos regulatorios, respectivamente.

 

Definición de límites de apetito

Los niveles escogidos deben reflejar la disposición de la entidad al riesgo. Además del apetito, es recomendable establecer niveles de tolerancia y hasta de capacidad, entendida como el máximo nivel de riesgo que la entidad está dispuesta a asumir. No obstante, algunas entidades toman como niveles de apetito los niveles regulatorios, de forma que la DAR de poco sirve como herramienta de gestión. Por ejemplo, para un banco sería difícil explicar que una entidad establezca como apetito de riesgo coeficiente de solvencia del 10% cuando ese es el límite con el cual se considera un nivel normal en la regulación.

 

Separación de indicadores de medición

Hay indicadores clave que la entidad puede gestionar, y que dependiendo del nivel que presenten, se pueden tomar acciones en la Administración para asegurar que con el nivel deseado se consigan los objetivos. Sin embargo, hay una serie de indicadores, que si bien es cierto pueden ser muy útiles para comprender el comportamiento de variables y pueden explicar que factores críticos tienen mayor riesgo, son poco o nada gestionables para la entidad y por lo tanto no deberían estar en la DAR. Por ejemplo, la entidad, posiblemente a través de la Unidad Financiera o de Riesgo puede monitorear el tipo de cambio o las reservas monetarias internacionales y según su variación reportar alertas sobre su comportamiento, pero difícilmente una Junta Directiva pueda tener apetito por los niveles de estos indicadores, sino que mas bien, el comportamiento de estos influyen en administración para tomar decisiones de la Administración en su gestión normal del negocio.

 

Poca formalidad en el proceso

La DAR debe contar con una metodología de cómo se construye y detalle el porqué de los indicadores con sus límites. Que explique el proceso de actualización, con los roles y responsabilidades de quienes participan. En este proceso puede cambiar el apetito, el riesgo, o ambos. También debe incorporar el seguimiento a los indicadores y los planes de acción que salen al evaluar el estado de los mismos. Muchos de estos elementos, se tienden a observar en el Manual de Riesgos, como herramientas más de control del gestor de riesgo para modificar límites y no como una herramienta de la Junta Directiva que por lo tanto incorpora la estrategia.

 

La DAR es una herramienta muy útil para que la Junta Directiva formalice el proceso de aprobación de su estrategia vinculada a su apetito de riesgo. Está en constante calibración por las entidades y en la medida que el proceso madure, la Junta Directiva podrá sacar mayor provecho para asegurar el cumplimiento de los objetivos según el apetito de riesgo definido.

 
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