Perspectivas

¿Qué debe seguir en la supervisión basada en riesgos?

El sistema financiero dominicano comenzó un proceso de transformación de su marco regulatorio para incorporar las mejores prácticas internacionales con el fin de que los intermediarios financieros gestionen el negocio de acuerdo a un enfoque basado en riesgos.
 

El reglamento de gestión de riesgos y el establecimiento de la matriz de riesgo de legitimación de capitales son dos ejemplos de la transformación que impulsa la Superintendencia de Bancos y que trazan una ruta correcta hacia la adopción de las mejores prácticas.

A nivel internacional, ya terminó el periodo de implementación de Basilea III y comenzaron medidas transitorias que se extenderán hasta el 2027. Los principales retos que la regulación dominicana y por lo tanto los intermediarios financieros deben tomar en pro de asegurar la estabilidad y seguridad en los mercados son:

 

1- Gestión del riesgo de liquidez

Actualmente la medición estándar que tienen las entidades continúa a través de ratios financieros, que son métricas cada vez menos utilizadas dentro de una gestión integral del riesgo de liquidez. Es momento de avanzar a las mejores prácticas establecidas en Basilea III. Como punto de partida, el marco regulatorio debe establecer en sus roles y responsabilidades que las entidades definan su estrategia de liquidez y sus principales políticas.

Esto incorpora la necesidad de establecer un marco de Gobierno que pasa a considerar tipos de liquidez (diaria, operativa, estructural), más el conocido índice de cobertura de liquide (ICL), que considera el nivel de calidad de los activos para enfrentar problemas en el flujo de caja en el corto plazo. Además, se consolidan los modelos de pruebas de estrés, simulacros de crisis y los planes de contingencia de liquidez, para formalizar el marco a través del cual las entidades actuarían ante situaciones adversas. Todo esto contribuye a entidades más seguras y más eficientes en la gestión de sus activos. 

 

 

2- Marco de riesgo operativo

Actualmente las entidades no consideran requerimiento de capital en el índice de solvencia por riesgo operativo. Debe avanzarse al menos con el enfoque estándar promovido por Basilea II desde el 2004 y continuar la gestión del riesgo operativo a través de las metodologías de mapeo de proceso críticos y registro de incidentes. A través de esto último, algunas entidades podrían comenzar a comparar los requerimientos de capital de sus modelos internos con los establecidos en el enfoque estándar. Es necesario que las entidades asuman capital por sus riesgos operativos pues es una exposición inherente al negocio.

 

3- Riesgo de crédito y la pérdida esperada

La regulación debe promover los incentivos para que las entidades desarrollen los modelos de pérdida esperada de sus carteras de crédito, no solo como parte de la estandarización hacia las Normas Internacionales de información financiera, sino como una mejor forma de reflejar los resultados esperados en los estados financieros. De igual forma, los modelos de pérdida esperada deberían a contribuir a reflejar los factores cíclicos de la economía dominicana, de forma que le permita al regulador establecer medidas macro prudenciales para que el sistema sea más seguro y esté más preparado ante posibles crisis.

 

4- Valor razonable y riesgos de mercado

La gestión de riesgos de mercado debe ser integral y considerar la optimización de la liquidez y de las partidas del balance general. Con el instructivo que promueve el uso del valor razonable, recientemente publicado, se entiende que el primer paso previo a cualquier cálculo es categorizar las inversiones según los objetivos de negocio, para posteriormente valorarlas y finalmente reflejarlo en los estados financieros.

Con esto, el paso a seguir es robustecer las herramientas de medición para medir la sensibilidad de la entidad ante cambios en los factores de riesgo de mercado, sean las tasas de interés, los precios o el tipo de cambio y considerar el impacto en los indicadores de negocio y de riesgo.

Similar a la gestión de la liquidez, la gestión de pruebas de estrés y planes de contingencia es esencial para los riesgos de mercado, donde puede tomarse como base para el planeamiento y las simulaciones el ejercicio de  adecuación de capital que exige el reglamento de riesgos.

 

5- Riesgo estratégico y gobierno corporativo

El gobierno corporativo moderno no solo debe contar con una estructura formal, establecida y documentada. Debe incorporar la estrategia como parte fundamental para evaluar el funcionamiento de la estructura de gobierno. Ya la regulación ha avanzado en el establecimiento de perfiles de riesgo como descriptores en un momento del tiempo del nivel de riesgo. Pero, estos indicadores pueden ser sólo de monitoreo o propios de la gestión del área de riesgos sin necesidad de estar vinculados a los objetivos estratégicos. Por ello, aparece el concepto de Declaración de Apetito de Riesgo (DAR) como la revelación del apetito de riesgo organizacional, lo cual se compone por definir el apetito y el riesgo de los diferentes objetivos estratégicos. En la DAR, las Juntas Directivas se aseguran que las valoraciones cuantitativas o cualitativas clave de la entidad, se miden y monitorean, permitiendo tomar acciones en caso de ser necesario y asegurando entendimiento entre el riesgo y el negocio.

 

El sistema financiero dominicano ha dado pasos importantes para consolidarse con mejores prácticas y buscando la eficiencia y la estabilidad. El reto es acelerar el paso a nivel normativo para profundizar la cultura de riesgos y que todo el proceso permita madurar a las entidades para que la gestión del riesgo se convierta de un simple cumplimiento normativo a un activo productivo dentro de la entidad. 

 
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