Posted: 07 Jul. 2021 5 Tiempo de lectura

Hacking ético: qué es y cómo aprenderlo

En los últimos años, los ataques cibernéticos se han ido incrementando exponencialmente, causando daños en la economía mundial de alrededor de 600 mil millones de dólares al año, según varios estudios realizados por analistas del sector. Se estima que este número siga creciendo hasta cerca de 2,1 billones de dólares para 2019.

Las empresas representan el sector más afectado por este tipo de amenazas. Los ataques cibernéticos suelen tener como objetivo el activo más importante para una organización: los datos. Por ello, las empresas han convertido a la ciberseguridad en una prioridad, debido a los potenciales riesgos que estas amenazas entrañan.

Las empresas e instituciones se preocupan cada vez más por contar con férreas defensas que les permitan superar los posibles ataques a los que deban hacer frente y que, en muchos casos, se pueden prevenir a través del hacking ético.

Pero, ¿qué es el hacking ético y por qué es tan importante? El trabajo de un hacker ético en una empresa determinada consiste en penetrar en sus sistemas informáticos, redes y otros recursos de manera sistemática y organizada, con la previa autorización de la organización. Esto permite encontrar, conocer y solventar las vulnerabilidades que un pirata informático malintencionado o incluso una organización criminal podrían utilizar para acceder a los sistemas de la empresa.

El hacking ético profesional ha llegado a convertirse en una salvaguarda de empresas del mundo entero debido, a que es el único método efectivo para verificar la seguridad de una organización.

El objetivo del hacking ético es, por tanto, el de evaluar la seguridad informática e identificar vulnerabilidades en sistemas, redes o infraestructuras. Para ello, utilizan las mismas habilidades, métodos y técnicas que los hackers convencionales o de “sombrero negro” (en inglés, black hat), también conocidos como crackers, con el fin de eludir la seguridad tal como lo harían estos y determinar si es posible el acceso no autorizado u otras actividades maliciosas. Sin embargo, en lugar de aprovechar cualquier vulnerabilidad que encuentren para su beneficio personal, los hackers éticos las documentan y brindan asesoramiento sobre cómo remediarlas para que las organizaciones puedan fortalecer su seguridad informática. A modo de resumen, se podría decir que la principal diferencia entre un hacker ético y un cracker es la legalidad de sus acciones.

Y, ¿cómo se aprende a ser hacker ético? A pesar de que se ha convertido en una figura profesional muy demanda por las organizaciones, el hacking ético sigue siendo una disciplina muy joven. Esta actualidad es la principal causa por la que no existe una formación específica y oficial sobre hacking ético, sino que los profesionales suelen ser personas que cuentan con estudios en informática, matemáticas o seguridad de la información y que han aprendido técnicas de hacking de forma autodidacta.

Sin embargo, como respuesta a la creciente demanda y necesidad de las empresas en incorporar estas figuras para proteger sus sistemas de seguridad, también se ha ido incrementando la oferta educativa en esta materia. Por ejemplo, en España, la CyberAcademy de Deloitte cuenta con una certificación oficial en hacking ético que, además, está incluida dentro del programa de máster en Ciberseguridad de Deloitte - IMF.

No cabe duda de que las técnicas de hacking ético se han convertido en un instrumento indispensable para proteger la seguridad de las empresas, por lo que la presencia de hackers éticos en organizaciones seguirá creciendo y adquiriendo importancia den la batalla contra los ciberataques.