COVID-19: guía de actuación para altos ejecutivos

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COVID-19, el desafío de liderar en momentos de crisis

Claves para guiar a las organizaciones frente a la crisis del coronavirus

En este artículo, te mostramos los pasos que pueden ayudar a amortiguar el impacto de la crisis y permitir que tu organización se fortalezca tras ella. Para ello, hemos analizado las estrategias de diferentes líderes de Deloitte en todo el mundo para ofrecer a los directivos y a sus equipos conocimientos prácticos para la toma de medidas más adecuadas.

Dependiendo de la geografía y el sector, las empresas se encuentran en diferentes fases en la lucha contra el brote. Pero, al margen de este factor, la actuación de los CEOs debe ser similar a la hora de afrontar una crisis de estas características. En este sentido, hemos definido cinco cualidades fundamentales de liderazgo resiliente con las que debe contar un buen directivo:

  1. Corazón y cabeza: un líder resiliente debe ser empático y capaz de ponerse en la piel de sus empleados y clientes, pero, al mismo tiempo, debe ser firme y racional para proteger el rendimiento económico de la compañía. 
  2. Lo primero es la misión: los líderes deben de ser capaces de estabilizar sus empresas durante la crisis y, en estas circunstancias extraordinarias, buscar nuevas oportunidades.  
  3. La rapidez es importante: un líder resiliente debe tomar medidas decisivas en el corto plazo.    
  4. Liderar la narración: es fundamental tomar la iniciativa siendo transparentes sobre la realidad actual y, a la vez, dibujar un escenario futuro convincente que inspire y motive a los trabajadores a perseverar. 
  5. Visión a largo plazo: los líderes deben mantener la visión de futuro, anticipando los nuevos modelos de negocio que, probablemente, surjan y buscar la innovación que definirá a la empresa del mañana.

Una crisis se desarrolla en tres marcos  temporales que los CEOs deben tener en cuenta y asignar los recursos en consecuencia: 

  • Responder: la empresa debe afrontar la situación actual y gestionar la continuidad. 
  • Recuperarse: se debe aprender de la experiencia y conseguir emerger más fuertes. 
  • Prosperar: la compañía se prepara y da forma a su nueva realidad. 

Con el enfoque adecuado, esta crisis puede convertirse en una oportunidad para avanzar, crear valor añadido y generar un impacto social positivo

Es importante que los líderes resilientes sean empáticos y tengan en cuenta el lado humano de la crisis. La prioridad debe ser la protección de los empleados, asegurando su salud y seguridad, seguido de su bienestar económico. Además, por el bien de esos mismos empleados y clientes, así como de los acreedores e inversores, los líderes deben proteger el rendimiento financiero durante la crisis tomando decisiones firmes y basadas en hechos.

Para ello deben:

  • Centralizar la toma de decisiones para lograr consistencia, velocidad y firmeza, sin permitir que la incertidumbre nos paralice.·       
  • Catalogar las fuentes de financiación con las que cuenta la empresa incluyendo líneas de crédito no utilizadas, aportaciones de capital social, etc.     
  • Articular los diferentes escenarios económicos en los que la organización puede verse envuelta, escalando desde el leve, al moderado y finalizando con el severo.  
  • Predecir el impacto financiero de los diferentes escenarios en la rentabilidad y liquidez de la compañía.   
  • Definir qué productos, servicios, segmentos de clientes, líneas de negocios o empleados son los más críticos para el flujo de caja, tanto en el escenario actual como en el futuro y, por lo tanto, deben ser preservados.    
  • Identificar las herramientas que tiene la empresa para influir en los resultados financieros, como la reducción de gastos discrecionales, congelación de contrataciones o el cierre temporal de plantas.
  • Las empresas que ya contaban con un plan de crisis frente a una recesión tienen una ventaja y puede que solo necesiten algunos ajustes para afrontar las circunstancias actuales. 

Lo que debemos tener claro es que, en medio de una crisis, el propósito de una empresa debe permanecer firme. Esto no es negociable, ya que el propósito es el punto donde la cabeza y el corazón se unen. Mientras que muchas organizaciones hoy en día han articulado un propósito más allá del beneficio, este corre el riesgo de ser ignorado en las decisiones del día a día. En una encuesta reciente, el 79% de los líderes creen que el propósito de una organización es fundamental para el éxito de los negocios. Sin embargo, el 68% afirmó que no se utiliza como guía en los procesos de toma de decisiones dentro de su organización.

La adopción de decisiones que se ajusten al propósito de la organización es particularmente importante durante una crisis, cuando las empresas están sometidas a una presión cada vez mayor y las partes interesadas prestan mucha atención a cada movimiento. Cuando las empresas se centran en un propósito auténtico los empleados sienten que su trabajo tiene sentido, los clientes incrementan su fidelidad a las marcas y potencian su transformación.

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