AgroInnovación, la revolución de cómo experimentamos con los alimentos Ha sido salvado
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AgroInnovación, la revolución de cómo experimentamos con los alimentos
La innovación responde a la necesidad de adaptar los modelos de negocio a múltiples factores interrelacionados: desde las preferencias de los consumidores demandando productos más saludables hasta la disrupción tecnológica aplicada como el uso de drones.
Artículo de opinión escrito por Pedro Rodrigo, socio responsable de Agrobusiness
La inversión mundial en AgroInnovación está alcanzando niveles sin precedentes, procediendo una parte muy relevante –lo que es una novedad- de espacios no tradicionales, como son startups, venture capitals e incubadoras especializadas en el sector alimentario. En 2017, se estima que se cerraron en la industria adquisiciones de startups por más de 2.200 millones de dólares, con una alta participación de estos actores, impulsados también por grandes multinacionales con un doble objetivo: lograr una mayor proximidad a estos nuevos espacios de innovación y capturar un crecimiento marginal que hoy no consiguen orgánicamente.
Esta ola de innovación no ha llegado por casualidad. Responde a la necesidad de adaptar los modelos de negocio a múltiples factores interrelacionados. Por un lado, los profundos cambios en las preferencias de los consumidores demandando productos más saludables, funcionales, de proximidad y con mayor transparencia sobre su origen y elaboración. Por otro lado, la intensidad de la disrupción tecnológica aplicada al sector con múltiples ejemplos en campos como la inteligencia artificial, la biotecnología, la agricultura de precisión o el uso de drones. A ello se suma, la preocupación por la sostenibilidad del sistema y la necesidad de dar respuesta a retos globales como el aumento y envejecimiento de la población, la malnutrición, la obesidad (en España alcanza al 27% de los jóvenes entre 2 y 17 años), el despilfarro de alimentos, el proceso de “urbanización” de la sociedad, el cambio climático, la gestión del agua, de los residuos plásticos,… y, todo ello, en un contexto de constantes cambios regulatorios que afectan, por citar algunos, a la formulación, trazabilidad y etiquetaje de productos, a los acuerdos vigentes de libre comercio o a aspectos fiscales y medioambientales.
Todos ellos están generando innumerables oportunidades para innovar a lo largo de toda la cadena de valor, revolucionando el modo en el que producimos, procesamos, vendemos, distribuimos y, en definitiva, experimentamos nuestros alimentos. AgroInnovar hoy requiere conjugar la visión tradicional de la función de I+D -más orientada a la reformulación de productos como garantía del crecimiento en el corto y medio plazo-, con la aplicación de recursos a esta otra innovación, más disruptiva, que permite la adaptación de los modelos de negocio y de la propuesta de valor, a través de productos y servicios diferenciados, aprovechando todas estas oportunidades.
En este contexto, es necesario que cada compañía, sobre la base de apuestas estratégicas claramente definidas, construya su propio ecosistema de AgroInnovación. Ecosistema que, para dar respuesta a este entorno, deberá ser complejo, colaborativo y dinámico. La elevada fragmentación del colectivo agroalimentario en España condiciona las opciones en esta materia que, necesariamente, pasan por tener muy clara la estrategia y por la adopción de un espíritu de colaboración entre el conjunto de actores de la industria alimentaria.