El impacto de los PERTEs en el Sector Energético

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Un PERTE, dos PERTE, tres PERTE, …

Análisis sobre el componente energético de los diferentes PERTEs publicados hasta el momento 

En los últimos meses hemos asistido a la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, de un creciente número de proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE). A la fecha de elaboración de este artículo, ya son nueve los PERTE formalmente aprobados, y otros han sido anunciados. Muchos de estos PERTE contienen actuaciones relacionadas con el Sector Energético.

También se ha emitido la orden que tiene por objeto regular la estructura y el funcionamiento del Registro Estatal de las entidades interesadas en los PERTE, así como los procedimientos necesarios para su utilización por parte de los departamentos ministeriales interesados.

Como es bien conocido, los PERTE son proyectos de carácter estratégico con gran capacidad de arrastre para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad de la economía española, con un alto componente de colaboración público-privada y transversales a las diferentes administraciones. Son una nueva figura, con vocación de permanencia, concebida como un mecanismo de impulso y coordinación de proyectos prioritarios. Su objetivo es contribuir a una gestión ágil y eficiente de los fondos europeos, y reforzar aquellos proyectos que contribuyan claramente a la transformación de la economía española.

Desde un punto de vista práctico, los PERTE establecen una serie de objetivos de actuación sobre los que se dirigirán las inversiones a realizar por las empresas (en consorcio o individualmente). Estas inversiones serán financiadas por los programas de ayudas (ya sean subvención a fondo perdido o préstamos blandos) organizados por el Ministerio responsable de cada PERTE, fundamentalmente a través de convocatorias de subvenciones.

En los PERTE se justifica la importancia y la necesidad del proyecto; se describen los ámbitos de actuación, las medidas de apoyo y su coherencia con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; el presupuesto disponible; el impacto esperado; y, por último, el esquema de gobernanza planteado.
Un PERTE, por tanto, es, fundamentalmente, una hoja ruta, una estrategia. Esa hoja de ruta se instrumentaliza a través de las órdenes de bases reguladoras para la concesión de ayudas y las que lanzan las convocatorias a las que se pueden presentar las entidades interesadas.

Aun cuando ya conocemos un número importante de PERTE, todavía están pendientes las bases reguladoras y las convocatorias de muchos de los programas de ayudas que aparecen descritos en estos PERTE. Hasta ahora se han lanzado, sobre todo, las líneas y los programas más sencillos, similares a los de años anteriores o que no requieren trámites complejos de notificación previa o comunicación a la Comisión Europea, como son los asociados al autoconsumo o a la infraestructura de recarga eléctrica. Como excepción a este criterio general, ya conocemos la convocatoria de ayudas para actuaciones integrales a la cadena industrial del vehículo eléctrico y conectado. Sin duda, esta convocatoria nos proporciona algunas orientaciones importantes para otras posibles convocatorias similares, como las asociadas a la eólica “off-shore” o a los denominados clústeres o valles de hidrógeno renovable.

A la espera de nuevos pasos relacionados con el despliegue de las actuaciones contenidas en los PERTE, nos gustaría realizar un breve resumen del contenido de algunos PERTE especialmente relevantes por su conexión con el Sector Energético. Comenzaremos describiendo un PERTE tecnológico, como es el PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento. Posteriormente, nos centraremos en PERTE sectoriales, como los asociados al vehículo eléctrico y conectado, al sector agroalimentario y al sector naval; y, por último, repasaremos el contenido de algunos aspectos del PERTE de economía circular.

El PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento

El pasado 14 de diciembre de 2021, el Consejo de Ministros aprobó el PERTE asociado a las energías renovables, el hidrógeno renovable y el almacenamiento (PERTE ERHA). El principal objetivo del PERTE ERHA es potenciar y consolidar las cadenas de valor españolas asociadas a la transición energética. Para ello se pretenden impulsar las cadenas productivas asociadas a las energías renovables (con especial foco en la energía eólica marina), a la producción y la utilización del hidrógeno renovable, y al despliegue de nuevas tecnologías ligadas al almacenamiento energético y a la gestión flexible de la energía.

El Gobierno ha justificado el PERTE ERHA en la necesidad de maximizar las oportunidades sociales, ambientales y económicas de la transición energética y reforzar la autonomía estratégica española y europea en el ámbito de las energías renovables, el hidrógeno y el almacenamiento, consolidando la cadena de valor existente y posicionando a nuestro país como referente tecnológico y de conocimiento en este ámbito.

EL PERTE ERHA no es algo disruptivo, se basa, principalmente, en la hoja de ruta del hidrógeno (de octubre de 2020), en la estrategia del almacenamiento energético (de febrero de 2021) y en la hoja de ruta de la eólica marina y las energías del mar (de diciembre de 2021). Aunque no supone un cambio en la estrategia general en estos ámbitos, resulta importante porque identifica a estos vectores y tecnologías energéticas como claves para la transición energética y permite disponer de las ventajas que proporciona que un proyecto sea considerado como un PERTE (agilización administrativa, posibilidad de acceder a un mayor volumen de apoyo, etc.).

Para lograr sus objetivos, el PERTE ERHA plantea diversas medidas “transformadoras”, articuladas como instrumentos específicos de inversión, y “facilitadoras” en áreas como la digitalización y la tecnología, o la capacitación, la formación profesional y el empleo. En total el PERTE ERHA movilizará una inversión pública de 6.920 millones de euros y pretende movilizar una inversión privada de 9.450 millones de euros.

Las medidas transformadoras pretenden cubrir toda la cadena de valor de la transición ecológica, desde el desarrollo de conocimiento al despliegue comercial y su integración en los distintos sectores. Por su desarrollo en el PERTE ERHA, destacan las medidas asociadas a los proyectos singulares y de innovación, incluyendo investigación básica, bancos de pruebas y plataformas de ensayo, desarrollo de nuevos prototipos, y proyectos piloto; el refuerzo de las capacidades productivas, desarrollando actuaciones relacionadas con adaptaciones logísticas en puertos y el reciclaje de determinados residuos; y el despliegue de determinadas tecnologías como los demostradores de electrólisis a gran escala y los clústeres o valles de hidrógeno renovable, el almacenamiento energético, o los biogases. También resultan especialmente interesantes las medidas de apoyo a la integración de la cadena de valor del hidrógeno nacional en la cadena de valor europea. En este sentido, las iniciativas IPCEI (Important Project of Common European Interest) proporcionarán un marco de colaboración europeo que permitirá utilizar estas ayudas fuera de las limitaciones del Reglamento de Ayudas de Estado que aplica de forma general, aunque no estén exentas de notificación.

En definitiva, se trata de apoyar a una industria que ya parte de una buena posición y que será clave en el desarrollo económico de España en los próximos años. Las empresas ubicadas en nuestro país cubren más del 90% de la cadena de valor del sector eólico y un 60% de la cadena de valor del sector fotovoltaico. En el ámbito de las renovables marinas, la cadena de valor española, asociada a la energía eólica y al sector naval, ya está compitiendo con éxito a nivel global para el suministro de sistemas, equipos y servicios. España es el país de la Unión Europea con más instalaciones de investigación y desarrollo de energías marinas (incluyendo centros de pruebas en mar abierto). En este sentido podemos citar que, de 27 soluciones flotantes para energía eólica marina identificadas como activas a nivel mundial, 7 son patentes españolas. También tenemos capacidades muy relevantes en áreas como la electrónica de potencia, el almacenamiento térmico asociado a las centrales termosolares, o el reciclaje y la segunda vida de las baterías. En el ámbito del hidrógeno renovable, contamos con empresas en todos los eslabones de la cadena de valor, pero las empresas son de reducida dimensión y resulta imprescindible que se desplieguen medidas de apoyo que nos permitan acelerar su desarrollo.

El PERTE para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado

El PERTE para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado (PERTE VEC), aprobado por el Consejo de Ministros el 13 de julio de 2021, tiene como objetivo la creación de un ecosistema para el desarrollo y la fabricación de vehículos eléctricos y conectados, mediante el impulso a la industria del automóvil innovadora, con fuerte tracción sobre otros sectores económicos, para dar respuesta a la nueva movilidad sostenible y conectada, y a la generación de nuevas actividades.

Las principales razones que justificaron que éste fuese el primer PERTE aprobado por el Gobierno fueron que este sector representaba, aproximadamente, el 15% del total de las exportaciones españolas y, aproximadamente, el 11% de la cifra de negocios industrial de España. También se destacaron su fuerte efecto multiplicador sobre la actividad económica y su efecto vertebrador del territorio, con 17 fábricas repartidas en diez Comunidades Autónomas. En términos de empleo, el PERTE asocia cerca de 2 millones de empleos al sector automovilístico, 300.000 de ellos de forma directa.

EL PERTE VEC propone actuaciones en dos ámbitos diferenciados:

  • Un primer ámbito asociado, principalmente, a actuaciones relacionadas con la cadena industrial, como la fabricación de equipos originales, baterías, pilas de hidrógeno y otros elementos complementarios, y que cuenta con uno de los programas de ayudas específicos con mayor dotación de la historia en España, 2.975 millones de euros.
  • Un segundo ámbito, con medidas facilitadoras para la creación de una nueva movilidad, en la que se incluyen programas de ayuda para la adquisición de vehículos eléctricos y para el despliegue de la infraestructura de recarga. En este segundo bloque también se incluyen diversas medidas normativas para favorecer la electrificación de la movilidad.

El PERTE VEC prevé una inversión total de más de 24.000 millones de euros, con una contribución del sector público de 4.295 millones de euros y una inversión privada de 19.714 millones de euros. De estas cantidades, el plan de incentivos a la instalación de puntos de recarga, a la adquisición de vehículos eléctricos y de pila de combustible, y a la innovación en electromovilidad, recarga e hidrógeno verde, prevé unas inversiones públicas de 1.100 millones de euros y una inversión privada complementaria de 7.608 millones de euros.

El PERTE Agroalimentario

El PERTE agroalimentario (PERTE Agro) fue aprobado, por el Consejo de Ministros, el 8 de febrero de 2022. El PERTE Agro plantea un conjunto de medidas y actuaciones basadas en cuatro líneas estratégicas:

  • Impulsar la transformación tecnológica del sector.
  • Profundizar en el suministro de alimentos sanos, seguros y saludables.
  • Mejorar la dimensión y la cohesión social del sector agroalimentario.
  • Promover un uso eficiente de los recursos naturales y de la energía en la producción agroalimentaria.

La necesidad del PERTE Agro se ha justificado considerando la enorme relevancia del Sector Agroalimentario en España. Este sector representa cerca del 10% del Producto Interior Bruto y ha superado el umbral de los 50.000 millones de euros en exportaciones. España es la octava potencia mundial agroalimentaria, suponiendo este sector el 20% del total de las exportaciones de nuestro país. Desde el punto de vista del empleo, el sistema agroalimentario, ocupa a más de dos millones y medio de personas, de los que 780.500 personas corresponden a la agricultura y a la ganadería, 31.100 a la pesca extractiva y acuicultura, y más de medio millón a la industria agroalimentaria. El sector distribución contribuye con más de un millón de ocupados.

Dentro de las medidas transformadoras del PERTE Agro relacionadas con el Sector Energético, se proponen, entre otras, líneas de apoyo para mejorar la eficiencia energética de las instalaciones (incluyendo medidas para favorecer el ahorro de agua y la eficiencia energética en los regadíos), y para favorecer la implantación de instalaciones de energía renovable y autoconsumo. También resulta importante destacar que existen medidas incluidas en otros PERTE que complementan y facilitan las incluidas en el PERTE Agro. Esto es así por la propia configuración de los PERTE que, en algunos casos, tienen carácter sectorial y en otros temático. Así, dentro del PERTE ERHA, antes descrito, también se incluyen medidas de apoyo al autoconsumo, a las renovables térmicas y al biogás que resultan facilitadoras de las actuaciones contenidas en el PERTE Agro. En relación con el biogás, serán susceptibles de apoyo instalaciones de biogás a partir de residuos de industrias, deyecciones ganaderas y restos de cultivos, así como las correspondientes instalaciones de aprovechamiento de biogás y de tratamiento del material digerido.

Para conseguir sus objetivos, el PERTE Agro contará con una inversión pública de unos 1.000 millones de euros, a los que se añadirán otros 1.000 millones de euros de inversión privada.

El PERTE para la industria naval

En el caso del sector naval, la aprobación del PERTE se produjo el pasado 15 de marzo de 2022. Entre sus objetivos se encontraba transformar la cadena de valor de la industria naval para garantizar su competitividad a medio y largo plazo. Para lograrlo, el PERTE propone un conjunto de medidas para favorecer su diversificación hacia las energías renovables marinas y los buques de bajas emisiones, su digitalización, la mejora de su sostenibilidad medioambiental y la capacitación de sus empleados.

El PERTE Naval señala que esta industria ocupa a unas 70.000 personas, con alto grado de cualificación, y supone unos 7.500 millones de euros de facturación anual. También señala que existen más de 20 astilleros en España con capacidad para construir buques de gran volumen, y con una fuerte orientación a la exportación. Estas razones justifican, en opinión del Gobierno, la aprobación de este PERTE.

Para cumplir con los objetivos antes descritos está prevista una inversión total de 1.460 millones de euros, con una contribución pública de 310 millones de euros y una contribución privada de 1.150 millones de euros. Se pondrá en marcha una línea de inversiones para la modernización y la diversificación del sector, y otra dedicada a las tecnologías de aplicación en el ámbito naval, incluyendo las asociadas a las a tecnologías renovables marinas (soportes, subestaciones, etc.). También, se concederán ayudas en materia de investigación y desarrollo e innovación (I+D+i).

Además de estas medidas, se proponen un conjunto de medidas facilitadoras asociadas a la regulación en el ámbito de las energías renovables marinas, entre ellas:

  • Proyecto de real decreto por el que se aprueban los planes de ordenación del espacio marítimo de las cinco demarcaciones marinas españolas.
  • Adecuación del marco administrativo de autorización de instalaciones renovables marinas.
  • Aspectos asociados a la I+D+i en el ámbito de la Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar en España.

El PERTE de economía circular

El PERTE de economía circular, aprobado el 8 de marzo de 2022, busca acelerar la transformación del sistema productivo español hacia un modelo más eficiente y sostenible en el uso de materias primas. Para conseguirlo, el PERTE se centra en dos líneas de actuación. En primer lugar, propone desarrollar actuaciones sobre un conjunto de sectores clave con mayor potencial: el textil, el plástico y el de los bienes de equipo para energías renovables. En segundo lugar, también propone actuaciones transversales para impulsar, con carácter general, la economía circular en la empresa.

El Gobierno ha justificado la necesidad del PERTE por varios aspectos. La economía circular tiene potencial para crear unos 700.000 puestos de trabajo en Europa, de los que, al menos, un 10% podría generarse en España. Además de favorecer esta creación de empleo, el desarrollo de una economía circular mejorará la resiliencia de la economía española, al reducir la dependencia del exterior, especialmente en un contexto de escalada de precios e incertidumbre sobre la disponibilidad de materias primas.

El PERTE dedica un especial protagonismo a los aspectos relacionados con la economía circular en varios aspectos relacionados con el Sector Energético, en particular en lo relacionado con las baterías y las instalaciones eólicas y fotovoltaicas.

Respecto a las instalaciones de producción renovable, el PERTE propone medidas para abordar la problemática de las instalaciones que agotan su vida útil, con mayor urgencia en el caso de la eólica, pero con retos importantes también para la fotovoltaica. La renovación de equipamientos supondrá la generación de volumen relevante de residuos que, de no ser adecuadamente tratados, implicaría un impacto relevante sobre el medio ambiente. En la actualidad, las palas de los aerogeneradores son frecuentemente depositadas en vertedero, dando lugar, además, a la pérdida de posibles materias primas secundarias. La fotovoltaica, por su parte, también genera residuos durante las fases de instalación y mantenimiento de las infraestructuras, tanto debido a roturas como a fallos de funcionamiento. En este ámbito, el PERTE propone un conjunto de medidas para favorecer el desarrollo de productos con diseños innovadores de cara a la prolongación de su vida útil y al ahorro de costes de material, simplificando el proceso de fabricación y favoreciendo un reciclaje más sencillo. También, propone medidas para incentivar la creación de ecosistemas de reciclaje eficientes, impulsando no sólo una tecnología que recupere las materias primas para nuevos productos, sino también la mejora en los procesos de desmantelamiento “in situ”, de manera que el trasporte de los residuos hasta las plantas de tratamiento genere también un menor impacto.

Respecto a las baterías, aunque existen algunas plantas de tratamiento de baterías y pilas (principalmente, de plomo ácido, alcalinas y de zinc-carbono) en España, no se dispone de plantas de tratamiento final de pilas y acumuladores basados en litio, por lo que actualmente han de ser mayoritariamente exportados para su tratamiento. En este campo, el PERTE prioriza la reutilización o adaptación de baterías para nuevos usos, y el impulso de los mercados de reciclado y de cierre del ciclo de los materiales valiosos reutilizables en otros productos. Debido al volumen que se va a generar, se proponen medidas específicas para el desarrollo de sistemas que implementen la segunda vida de las baterías procedentes de los vehículos eléctricos.

Para conseguir todo esto, el PERTE pretende movilizar una contribución pública por valor de 492 millones de euros, a la que se añadiría una aportación privada de, aproximadamente, 740 millones de euros.

Consideraciones finales

Los PERTE se están utilizando, básicamente, como hojas de ruta o estrategias que describen el conjunto de actuaciones (modificaciones normativas y programas de ayuda) que pretende desarrollar el Gobierno, en diferentes ámbitos, en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Son una guía muy útil para preparar próximos pasos y para orientar posibles proyectos. También, que una determinada actuación sea considerada como un PERTE, nos permite acceder a un conjunto de ventajas (agilización administrativa, posibilidad de acceder a un mayor volumen de apoyo, etc.).

Los PERTE, por tanto, no son convocatorias de ayudas. Las convocatorias se producen al amparo de estas estrategias. En este sentido, el acceso a los fondos detallados en los PERTE se desarrolla, principalmente, a través de procesos articulados mediante unas bases reguladoras y las convocatorias correspondientes que, típicamente, incorporan criterios de selección de los proyectos como el componente innovador, la participación de pequeñas y medianas empresas (PYME), la replicabilidad y escalabilidad, la eficiencia de la inversión, la generación de empleo, el impacto social y de género, y la contribución a la transición justa, al reto demográfico y a la cohesión territorial.

El Sector Energético es protagonista en muchos de los PERTE aprobados hasta la fecha, bien desde un punto de vista de tecnologías, de sectores o incluso de reutilización y reciclaje al final de la vida útil de los proyectos. Conocer el contenido de los PERTE nos ayuda a preparar buenos proyectos para su presentación a las diferentes convocatorias.
 

Artículo publicado en Cuadernos de Energía (Enerclub) y escrito por Carlos Bofill, socio responsable del área de Subvenciones e Incentivos de Deloitte Legal y miembro del Deloitte European Center for Recovery and Resilience, y Oliverio Álvarez Alonso, socio responsable del área de regulación técnico-económica de la industria de Energía, Infraestructuras y Telecomunicaciones (EIT) de Deloitte y coordinador del Deloitte European Center for Recovery and Resilience para el Sector de Energía.

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