Las no cotizadas y el Buen Gobierno

Más allá de los requerimientos nacionales e internacionales, el Buen Gobierno -que engloba la forma en que las organizaciones se estructuran, se dirigen y se controlan con la finalidad de alcanzar sus objetivos estratégicos- se ha revelado con los años como una verdadera palanca de seguridad y valor.

El camino y los resultados obtenidos por las empresas cotizadas gracias al implantación de medidas de Gobierno Corporativo impulsaron ya, cierto tiempo atrás, a las que no cotizan en Bolsa a plantearse en qué medida era ventajoso para ellas el asimilar las mejoras prácticas en este ámbito. Hoy, como refleja el “Estudio de Buen Gobierno Corporativo en Sociedades no Cotizadas”, elaborado por Deloitte, más de la mitad de las compañías no cotizadas, consideran prioritario el Gobierno Corporativo, y el 96% lo consideran, como mínimo, relevante. Y la nueva Ley de Información no Financiera va a acentuar esta tendencia.

El avance en estos años ha sido grande. Pero todavía queda margen de mejora sobre todo en áreas como la gestión de riesgos, ciberseguridad, digitalización y lucha contra el fraude como desvela el estudio. Es cierto que las compañías no cotizadas han logrado un grado de madurez notable en el ámbito de la planificación estratégica y que dos de cada 3 compañías gestionan de forma activa los riesgos. Pero también es cierto que todavía un 39% no dispone de ningún mecanismo formal de identificación y gestión de riesgos a pesar de la responsabilidad legal de supervisión de riesgos de los consejos de las compañías. Y este es sólo un ejemplo.

Ante este pasado y predecible progreso en el ámbito del Buen Gobierno, se enmarca la nueva Ley de Información no Financiera que va a irrumpir con fuerza y que impactará, en un primer momento, a cualquier empresa de más de 500 trabajadores, y, en un segundo, a las de más de 250 empleados. Los nuevos requerimientos legales de reporting a las empresas en cuestiones relacionadas con el medioambiente, con el personal y vinculadas a derechos humanos, con la lucha contra el soborno y con aspectos sociales, obligarán a establecer mecanismos para obtener y reportar los datos relativos a estos indicadores de forma íntegra y trazable, para asegurar una adecuada verificación posterior. Así, no hay duda de que estos nuevos requerimientos legales darán un nuevo impulso a las cuestiones de Gobierno Corporativo en las empresas españolas no cotizadas.

Porque al fin y al cabo en un futuro ya muy cercano, Gobierno Corporativo será sinónimo, cada vez más, de gestionar una empresa integrando la sostenibilidad en sus tres vertientes: el valor económico, el valor social y la gestión responsable de los recursos ambientales. Para cualquier tipología de organización.