La evolución de RRHH

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La evolución de RRHH: de orquesta a banda de Jazz

En esta época de disrupción y cambio, la preocupación por el talento y las personas ocupa cada vez más una posición de mayor relevancia en las agendas de los directivos. ¿Qué puestos van a desaparecer y qué hago con las personas que actualmente los ocupan? ¿Cómo hago que automatización, inteligencia artificial y habilidades humanas trabajen juntas? ¿Qué skills van a necesitar mis empleados en el futuro? ¿Cómo le puedo sacar el máximo partido al mercado de talento global? ¿Cómo manejo a las distintas generaciones dentro de mi plantilla?

Son muchos retos a los que las organizaciones hoy tienen que hacer frente para transformarse, y muchos de ellos tienen la etiqueta de personas. No hay duda de que, en este contexto de transformación, RRHH debe ser un player clave para liderar el cambio de la mano del negocio. Pero, ¿nos hemos preguntado si nuestra área de RRHH está preparado para afrontarlo?

Los Recursos Humanos tradicionales que conocemos hoy en día en una gran cantidad de organizaciones son aquellos que podríamos asimilar a una orquesta. Un grupo de personas uniformadas, donde cada una tiene asignado un instrumento que tocar con una partitura determinada que debe seguir, sin demasiada autonomía; donde un director da instrucciones con su batuta y el resto sigue, y se nota si hay algún instrumento que se sale del guion. Esto convierte a los RRHH en áreas reactivas y con dificultad de cambio, acostumbradas a trabajar a ritmos ya procedimentados y no tan ágiles. ¿Encaja esto con el nuevo ritmo de las empresas, de los individuos y de la sociedad? ¿Cómo conseguimos que esta área esté a la altura del rol que se le pide en las empresas?

“Adaptarse o morir” dicen, y no les falta razón. Y no es precisamente el momento de desaparecer sino de reinventarse. De pasar de ser un rol administrativo en segundo plano a una figura clave en el Comité de Dirección, que aporta un valor único en el proceso de transformación de las compañías. Es el momento de dejar de ser una orquesta y convertirse en una banda de Jazz, donde no hay un director sino un Jazzman o Jazzwoman, un líder que inspira, que da libertad y pie para la creatividad, la innovación y la improvisación. Un equipo donde los miembros de la banda pueden experimentar y aprender para mejorar; donde cada uno juega con sus talentos, que no han sido asignados sino escogidos. La banda de Jazz es un equipo en el que se crea de forma conjunta, en el que cada instrumento tiene su propia voz, se ensalza la diversidad, y en el que distintos skills y expertise toman el liderazgo cuando se necesita (y no son siempre los del Director). La función del Jazzman es sacar lo mejor de la banda y proporcionar a sus integrantes las herramientas necesarias para que puedan ser las mejores versiones de sí mismos cuando toquen y brillar.

No podemos operar de la forma tradicional si queremos tener éxito en un mundo en plena transformación. El área de RRHH no conseguirá asumir este rol tan importante que está adquiriendo cada vez más en la agenda de transformación de las empresas si no hace la transición hacia un equipo orientado a adaptarse a los cambios, capaz de innovar y movilizar a la organización de forma ágil. Como decía Miles Davis, uno de los compositores americanos más relevantes en el jazz: “No es que toques la nota equivocada. Son las siguientes notas que tocas las que hacen que esa nota fuera la equivocada o no”.