La gestión de personas en un mundo post COVID-19

El COVID-19 ha acelerado importantes retos a los que las organizaciones han tenido que hacer frente, entre ellos la gestión de personas. La situación vivida ha urgido a encontrar respuestas a preguntas acerca de la forma idónea de gestionar equipos a distancia; sobre cómo lograr que los trabajadores cuya labor requiera de presencia física en el puesto de trabajo se sientan seguros; o cómo promover nuevas herramientas para la colaboración digital. A su vez, paralelamente, ha crecido exponencialmente la interacción de las personas con la tecnología.

Ante estas realidades, poner el foco en determinadas palancas clave supone una oportunidad para la evolución de las empresas en materia de gestión del talento.

La primera palanca está relacionada con la cultura y el compromiso de nuestros empleados. En estos momentos de dificultad, donde no solo la economía se ha visto afectada, sino también las emociones de nuestros empleados, se debe ahondar en el sentido de pertenencia y de contribución de nuestra gente. Es importante que todas las personas de la cadena de valor entiendan que su contribución no es solo con la organización sino también con la sociedad. Según la última edición de nuestro estudio “Global Human Capital Trends”, el 93% de los encuestados está de acuerdo en que el sentido de pertenencia impulsa el desempeño de la gente. Y ahora necesitamos más que nunca que nuestros colaboradores den lo mejor de sí.

En segundo lugar, debemos trabajar el wellbeing de nuestros empleados que nos ayudará también a conseguir su compromiso. Y no nos referimos sólo a iniciativas como ofrecer yoga, mindfulness o coaching a nuestra gente sino a diseñar cada puesto de trabajo considerando el bienestar. Debemos aprovechar la tecnología (automatización, inteligencia artificial, etc.) para mejorar los puestos de trabajo e, incluso, reducir riesgos y contribuir así a que los empleados puedan centrarse en la aportación de valor.

Otro aspecto clave, que se ha impuesto por pura necesidad ante la pandemia, es el surgimiento de nuevas formas de trabajar. Este objetivo ambicioso requiere potenciar las herramientas y espacios digitales que permitan y promuevan el trabajo colaborativo y dinámicas de trabajo ágiles. Estas son las dos claves para el desarrollo de todas las áreas de cualquier organización en este nuevo ambiente de revolución tecnológica y que permitirán apostar por soluciones antes inimaginables.

Por último, en este entorno en "movimiento" constante, las organizaciones deben cerciorarse de que los líderes y el resto de los colaboradores desarrollan las nuevas capacidades necesarias (lo que llamamos upskilling o reskilling). Capacidades no sólo técnicas o digitales sino también más humanas como la empatía, la resolución de problemas, la capacidad de adaptación, entre otras, y que permitirá a empleados y organización ser más resilientes y estar preparados para retos futuros.