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Liderazgo en remoto

En respuesta al COVID-19, la mayoría de las organizaciones se están centrando en la planificación de escenarios y en definir las respuestas operativas necesarias para garantizar la continuidad del negocio. Sin embargo, tales planes no siempre tienen en cuenta las capacidades de las personas para adaptarse a esta situación ni las emociones que intervienen en este proceso.

Según el estudio de Deloitte "Willing and Able: Building a crisis resilient workforce", sobre comportamiento de los profesionales en situaciones de crisis, las personas están dispuestas a colaborar y dar su mejor versión. Para ello deben, por un lado, sentir su rol como algo importante para que la organización en la que trabajan pueda dar la respuesta adecuada ante una determinada situación. Por otro, sentir que lo que hacen, de algún modo, es importante para la sociedad. Por último, sentirse comprometidos con un propósito común. Encontrar el sentido, esa es la clave.

Las personas que integran y dan vida a las organizaciones, han visto cambiar su rutina y se enfrentan, entre otros, al reto de adaptarse rápidamente a la nueva situación mientras continúan aportando valor en su puesto de trabajo desde sus hogares. En estos momentos de incertidumbre, los líderes – en el sentido más amplio de la palabra - desempeñan un papel determinante para ayudar a mantener el foco.

Necesitamos líderes que sientan la responsabilidad de ayudar a sus colaboradores. Líderes, que promuevan activamente la comunicación y el diálogo. Capaces de guiar y crear claridad en medio de la incertidumbre. Líderes que ejemplifican lo que se espera de las personas en estas situaciones, que reconocen los esfuerzos de sus equipos en circunstancias difíciles… que fomenten el intercambio de ideas e impulsen el compromiso… que sientan trascendente su contribución a sus equipos, a sus clientes y a la sociedad. Y que contribuyan a que las personas a quienes lideran se sientan apoyadas en estos momentos excepcionales… y todo ello, en remoto. No parece tan sencillo, ¿verdad?

Para ello, como líderes, en estos momentos, deben poner especial foco en las cinco “C”: confianza, colaboración, comunicación, contribución y celebrar.

Lo primero y más importante, trabajar desde la confianza. El trabajo en remoto solamente funciona con confianza. Es el pilar sobre el cual se sustenta cualquier relación. Asumir la intención positiva. Saber que nuestros equipos están dando lo mejor de sí mismos en estos momentos, dadas las circunstancias. Fomentar la colaboración, impulsar el sentido de pertenencia y contribución a algo más grande que uno mismo. Comunicarse más y mejor, recordemos que esto va de gestionar emociones. Reconocer las contribuciones colectivas, primero, e individuales después, en estos momentos excepcionales. Y, por último, como decía John Kotter (Leading Change), no nos olvidemos celebrar los éxitos (grandes y pequeños). En estos momentos es clave buscar espacios para ser optimistas.

Artículo de Sergio Duarte, director de Consultoría de Human Capital de Deloitte, publicado en el Diari de Tarragona