Un desafío: toca el turno de la solidaridad

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Un desafío: toca el turno de la solidaridad

Ya queda menos para que finalice esta legislatura y uno de los proyectos más esperados, la Ley de Mecenazgo, parece que quedará olvidada en el cajón.

Artículo escrito por Cristino Fayos, socio de Deloitte Abogados

Ya queda menos para que finalice esta legislatura y uno de los proyectos más esperados, la Ley de Mecenazgo, parece que quedará olvidada en el cajón. Las entidades englobadas por esta Ley –principalmente fundaciones, asociaciones y ONGs-, si bien tienen como denominador común la ausencia de ánimo de lucro, cada una tiene un núcleo bien variado, o de asistencia social, cultural o de investigación científica.

Fijando nuestra atención en las que comúnmente se denominan ONGs, que tienen fundamentalmente un fin social y de cooperación al desarrollo, hay que destacar el potencial impacto que sobre las mismas podrían tener los nuevos incentivos a los donativos que perciban aprobados en la reciente reforma fiscal.

En esta línea, se han aumentado los porcentajes de deducción. Para las personas físicas destaca como se pasa de un porcentaje de deducción del 25% a uno del 75% sobre los primeros 150 euros y el resto sobre esta última cantidad sería del 30%. Aunque hay sectores que opinan que el legislador debería haber sido más generoso incrementando el importe de la deducción, lo que sí es cierto es que, al menos, si colaboramos con 150 euros, tan solo soportaremos un coste de 37,5 euros, el resto, 112,5 lo sufragaría la Administración tributaria. Parece que ya hay menos excusas para no contribuir con estas entidades.

Es previsible que volvamos a oír –y mucho- sobre impuestos en los próximos meses. IVA cultural, donativos a partidos, cuentas en el extranjero, sociedades instrumentales, y un largo etcétera seguirá acaparando titulares. Si bien no queremos banalizar sobre estos temas, sí nos gustaría que también se hablara y se abordase la necesaria reforma de la Ley del Mecenazgo, que como decíamos parece haberse olvidado. Algo prometido, esperado y sobre todo, necesario.

Pero por ahora debemos quedarnos con lo que tenemos y ver el lado positivo. Las nuevas deducciones deberían invitar a colaborar con el tercer sector. En los Presupuestos Generales del Estado para el 2015 se estima que el coste a efectos del IRPF de la deducción fiscal por donativos será de tan solo 89 millones de euros. Ojala rompamos el cálculo presupuestario y obliguemos al Ministerio de Hacienda a registrar una partida extraordinaria. Desgraciadamente, necesitados los habrá siempre, tanto en España como fuera. Solidarios, esperemos que también. Especialmente ahora. Se nos presenta un nuevo desafío, uno más, añadiría, ahora más que nunca toca ser solidarios.

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