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Preparar a los trabajadores para el futuro

Formar al trabajador adaptable del futuro

Entre la pandemia y las nuevas tecnologías, los trabajadores están experimentando una enorme perturbación. Muchos de ellos están abandonando sus empleos para ocupar mejores puestos en otros lugares. Sin embargo, otros están atrapados en trabajos no deseados y las empresas tienen problemas para cubrir los puestos vacantes, lo que dificulta el crecimiento económico.

En este sentido, es probable que los avances tecnológicos y la consiguiente transformación de los modelos de negocio den lugar a importantes cambios con afectación directa sobre los profesionales en un futuro próximo.

Las administraciones públicas de todo el mundo tratan de adaptar las políticas laborales a esta nueva realidad económica. El objetivo es preparar a los trabajadores para el futuro y promover una mano de obra tan dinámica como la economía que impulsa. Estas políticas intentan mejorar la eficiencia de los mercados laborales mediante cambios en los marcos de educación, formación profesional, acreditación y empleo.

Estos son algunos de los desafíos a los que se enfrentan los trabajadores actualmente:

  • Existen desajustes de competencias. La evolución de la tecnología ha dejado obsoletas algunas competencias y ha creado una demanda insatisfecha de otras.
  • Las tasas de participación de la población activa han disminuido. De acuerdo con los datos de la OCDE.
  • La rotación laboral ha alcanzado nuevos máximos.
  • El teletrabajo ha alterado radicalmente el dónde y el cómo se trabaja.
  • En Europa, se estima que 24 millones de personas —alrededor del 11% de la mano de obra— han trabajado en plataformas digitales al menos una vez.

Las economías necesitan trabajadores adaptables para funcionar con eficacia en este contexto inestable y soportar futuras crisis. Desafortunadamente, muchas políticas gubernamentales en materia de empleo se han basado en un modelo de trabajo de la era industrial. El trabajo está evolucionando a un ritmo vertiginoso y las políticas laborales deben seguir sus pasos.

Además, las administraciones públicas se enfrentan a múltiples presiones para desarrollar la resiliencia de los trabajadores.

No se prevé que se recuperen muchos de los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia. Investigadores de la Universidad de Chicago consideran que entre el 32% y el 42% de los despidos provocados por la COVID-19 serán permanentes. Eso significa que, a pesar de la fortaleza del mercado laboral, algunos trabajadores deberán aprender nuevas competencias para acceder a nuevos puesto.

Muchos gobiernos están promoviendo políticas que preparan a la población para adaptarse no sólo a los nuevos puestos, sino a ámbitos completamente distintos. Se han identificado seis grandes cambios en relación con la generación de trabajadores con capacidad de adaptarse a nuevos entornos:

  • Cambio nº 1: La función del sector público en la promoción de acreditaciones alternativas
  • Cambio nº 2: La mejora de la cualificación orientada al empleo
  • Cambio nº 3: Las administraciones públicas como intermediarias
  • Cambio nº 4: La redefinición del empleo para los gig workers
  • Cambio nº 5: Infraestructuras de apoyo para conseguir trabajadores con mayor capacidad de adaptación
  • Cambio nº 6: La adaptación a las transformaciones de la educación superior

Mirando al futuro

  1. Invertir en la formación continua para retrasar el inicio de la dependencia en unas poblaciones que envejecen rápidamente.
  2. Replantear la definición del término «empleo» para incluir nuevos tipos de trabajadores, como los trabajadores esporádicos o gig workers.
  3. Reforzar el ecosistema laboral.
  4. Establecer mecanismos para las acreditaciones alternativas que ofrezcan una forma clara y concisa de entenderlas y evaluarlas.

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