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Hacia un nuevo modelo de Servicios Sociales más sostenible

España ocupa la cuarta posición en el ranking de países con mayor esperanza de vida del mundo, con una edad media de 83,3 años. Además, en los próximos años, la esperanza de vida seguirá aumentando y se estima que el porcentaje de población mayor de 65 años pasará del 18,2% actual al 24,9% en 2029. Estos datos, unidos a las previsiones de descenso de población joven, ponen de manifiesto el extraordinario reto al que se enfrenta España en materia de bienestar social.

En primer lugar, la analítica de datos debe convertirse en piedra angular para el desarrollo de cualquier servicio, pues la interpretación de los datos se vuelve indispensable para la creación de un servicio adecuado a las necesidades de la sociedad.

Y por último observamos como es necesario establecer nuevos canales de relación con los ciudadanos ya que más de la mitad de los ciudadanos calificaron el funcionamiento de los servicios sociales como poco o nada satisfactorio*.

 

¿Cuáles son las claves para avanzar en el camino del bienestar social?

  1. Transversalidad: Es necesario que la atención recibida por el ciudadano sea integral y adaptada a sus necesidades, lo que exige que los servicios se gestionen desde una perspectiva transversal, dando respuesta a todas las necesidades de la persona, ya sean del ámbito social, sanitario, educativo o de empleo.
  2. Heterogeneidad: Por otro lado, la prestación de los servicios sociales recae en una pluralidad de proveedores: sector público en sus diferentes niveles de la Administración, sector privado y Tercer Sector. Aquí el principal reto es el de la coordinación y la confluencia de sinergias, para que la heterogeneidad repercuta de forma beneficiosa en el servicio que se ofrece al ciudadano.
  3. Servicios sociosanitarios: Las Administraciones tienen ante sí el reto de diseñar un nuevo espacio sociosanitario que permita una mayor coordinación –asistencia médica, social y educativa– con el objetivo de centrarse en las personas y no en la enfermedad y ofrecer una continuidad asistencial.
  4. Tecnologías de la información: Las Administraciones deben apostar por las TIC y la gestión del dato para garantizar una mayor eficiencia en los recursos, una mayor coordinación de los servicios y una mejor adaptación a las necesidades del paciente, al facilitar, entre otras cosas, la comunicación con los mismos.

* Dato extraído del "Informe sobre estabilidad y mejoría en los servicios públicos" de la Agencia de Evaluación y Calidad (AEVAL)