Cambio climático para líderes empresariales: una guía básica

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Guía para líderes empresariales sobre el cambio climático

Preguntas clave y conocimientos esenciales sobre el cambio climático

Qué genera el calentamiento global, cómo combatirlo y qué responsabilidades tienen las empresas. En Deloitte creamos una guía básica para comprender el desafío que enfrenta la humanidad en materia climática.

El cambio climático es un desafío innegable y ocupa, cada vez más, un lugar fundamental en la discusión sobre el futuro de nuestro planeta y de la sociedad en general. El sector empresarial no es ajeno a este reto y tiene la responsabilidad, tanto de generar estrategias para la mitigación y la reducción de gases de efecto invernadero, como de formar líderes con conocimiento que puedan priorizar y tomar las decisiones correctas en esta materia.

Este manual es una guía básica creada por el equipo de Deloitte que tiene como objetivo descubrir información nueva y objetiva a los líderes que tienen inquietudes sobre los conceptos más relevantes del cambio climático y cómo pasar de la conciencia a la acción.

¿Qué es el cambio climático y por qué está sucediendo?

Las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) son la principal causa del cambio climático desde la era industrial. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y otras actividades humanas atrapan el calor generado por estos gases (CO2, metano, entre otros) cerca de la superficie y provocan un aumento en la temperatura mundial.

Desde la revolución industrial, las concentraciones de CO2 han aumentado más de un 30% hasta las 414 partes por millón (ppm), frente a las 180-300 ppm reseñadas antes del desarrollo industrial. En consecuencia, la temperatura de la tierra aumentó 0,2 grados por década.

El cambio climático es innegable

Ante esto la ciencia es tajante. El 98% de los científicos respaldan que el calentamiento global es un hecho y que ha sido provocado por la actividad humana. A pesar de la precisión con que la comunidad científica ha predecido el aumento de las temperaturas, no contaban con la velocidad con que estas repuntarían y la gravedad de los impactos que tendrían en la vida cotidiana.

Lo que anteriormente se presentaba en modelos predictivos o en presentaciones en congresos de investigación, ya es una realidad. El cambio climático nos muestra su peor cara a menudo, la frecuencia y la gravedad de los desastres naturales está relacionado con este fenómeno. Asimismo, la desertificación, el aumento en el nivel del mar, la acidificación de los océanos, la reducción de la calidad del aire son consecuencias palpables.

¿Es tan grave que aumenten un poco las temperaturas? Es más, el calentamiento global ya es un factor de riesgo en más de 150 mil muertes anuales en el mundo y podría acentuar la migración de más de 140 millones de personas en solo 30 años.

Tres de las principales consecuencias del cambio climático son:

Océanos cálidos. Los océanos absorben el exceso de CO2, y un incremento acelerado de este gas genera acidificación en las aguas, lo que reduce la biodiversidad en los océanos. Adicionalmente, con aguas más cálidas, las capas de hielo en los glaciares se derriten y el nivel del mar aumenta. Se estima que los costes económicos para las ciudades costeras como consecuencia de las inundaciones alcancen hasta 1 billones de dólares a 2050.

Pobres y vulnerables. La inseguridad alimentaria, la falta de agua y el impacto en la salud afectarán directamente a las poblaciones más vulnerables. Con un calentamiento de 2 grados, casi 600 millones de personas estarían expuestas al desabastecimiento de agua. En pocas palabras, el cambio climático es un multiplicador de pobreza.

Biodiversidad y alimentación. En un planeta más cálido la cantidad de alimentos que se pueden cultivar es menor, por ejemplo, los rendimientos de trigo podrían caer un 6%, los de arroz hasta un 3,2%, y esto solo por el aumento de 1 grado en la temperatura mundial. El desabastecimiento sería una premisa.

¿Cómo afecta el cambio climático a las empresas?

El trabajo, la fuerza laboral, los suministros, los costes, todo se ve impactado por el efecto del cambio climático. Nada se escapa a este fenómeno.

En materia de trabajo, se espera que el cambio climático tenga efectos directos sobre la producción. Estudios recientes revelaron que en Estados Unidos podría haber una caída del 1,2% del PIB por cada grado de aumento de la temperatura.

A escala mundial, la reducción del PIB per cápita puede ser de un 7% a 2100 si la temperatura mundial aumenta 1,5 grados centígrados.

La fuerza laboral también se verá impactada. Para 2100, se espera que más de 1.000 millones de personas sean vulnerables a las olas de calor. Por cada aumento de un grado centígrado la productividad laboral caería entre un 1% y un 3%. Entre 2008 y 2016, cerca de 25 millones de personas se han visto obligadas a migrar por las condiciones climáticas extremas.

Y los sitios de trabajo cambiarán. Al menos 136 ciudades portuarias con poblaciones superiores a un millón de personas podrían estar en riesgo de inundaciones. Adicionalmente, el mercado de bienes inmuebles tendría graves afectaciones pues se verían afectados por la incertidumbre climática.

¿Qué podemos hacer para mitigar esto?

Los científicos en esto también son muy claros. Si queremos lograr la neutralidad climática para 2050 deberíamos reducir a la mitad los GEI para 2030.

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático explicó que, para evitar efectos devastadores, es necesario mantener los aumentos de la temperatura de la tierra por debajo de los 1,5 grados centígrados.

Lo anterior implica una transformación radical y compleja del sistema económico y de nuestro modo de entender la energía, el transporte, la alimentación, etc.

¿Qué papel asume cada colectivo en este tema?

Los consumidores empiezan a interesarse. Según una reciente encuesta europea, el 94% de los consultados dicen que la protección del medio ambiente es importante y un 40% de los millennials, preguntados en el Estudio Millennial 2020 de Deloitte, aseguró que iniciaría o rompería una relación con una marca en función del impacto que genere en el medio ambiente.

Los empleados se preocupan cada vez más. Un 80% de los ejecutivos consultados por Deloitte en 2020 indicó que sus empleados se sentían “muy preocupados” por el efecto del cambio climático en sus trabajos. Asimismo, el 45% de los millennials buscaría cambiar de trabajo si su empresa no implementara prácticas sostenibles.

En el caso de los inversores, las cuentas son claras. Dos de cada tres CFO europeos informaron sentir presión por parte de los accionistas para que actúen sobre el cambio climático.

Y desde los gobiernos y los entes de regulación, hay dos velocidades. En los últimos 30 años la cantidad de leyes relacionadas con el clima se ha multiplicado por 10.

No obstante, dos tercios de los adultos estadounidenses encuestados recientemente dicen que el gobierno está haciendo muy poco para reducir el impacto del calentamiento global. Y en una encuesta global, el 57% de los consultados no votaría por un partido cuyas políticas no tengan contenido ambiental.

¿Qué pueden hacer las empresas?

El camino por crear estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático no es nuevo, y muchas empresas ya aplican planes ambiciosos en este sentido. No obstante, aquellas organizaciones que no lo han hecho deben empezar por:

Entender

  • Comprender de forma holística el impacto de la compañía en el medio ambiente. Fijarse metas claras.
  • Crear un plan integral, basado en la ciencia y que motive nuevas prioridades en los objetivos del negocio.

Reducir

  • Implementar estrategias de reducción de emisiones contaminantes y analizar las opciones de descarbonización, tanto del negocio principal como de la cadena de valor.
  • Crear conciencia de los impactos climáticos en cada uno de los líderes de la compañía.

Integrar

  • Promover acciones que se apoyen en la gestión responsable del medio ambiente y no solo en la mitigación de los efectos de las operaciones.
  • Integrar la conciencia climática dentro de la función empresarial.