Un nuevo paradigma empresarial contra el cambio climático

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Un nuevo paradigma empresarial contra el cambio climático

La gestión medioambiental como imperativo de liderazgo

Las empresas y la sociedad en general se ven amenazadas por los actuales acontecimientos climáticos, es por eso que las partes interesadas empiezan a exigir que las compañías actúen como administradoras de los recursos naturales.

Muchos son los desafíos que se viven hoy en día, pero el cambio climático es uno de los que más demanda atención. La comunidad científica concluye, casi unánimemente, que la actividad humana está transformando el clima de nuestro planeta de forma que amenaza negativamente el entorno y la civilización.

El cambio climático descontrolado pone en peligro el capital social y económico de las empresas y, seguramente, en un futuro se creará la “licencia social para operar” si actúa de forma responsable, acorde con el uso de recursos naturales requerido. Para esto, es necesario replantearse muchos de los paradigmas que, durante mucho tiempo se han dado por sentado.

La discusión de fondo no pasa por la falta de recursos o de herramientas, sino por la necesidad de un liderazgo renovado, que piense en cómo actuar rápidamente para mitigar los efectos actuales y adaptarse a un mundo más “limpio” en el futuro.

El cambio climático y la comunidad empresarial

Las consecuencias del cambio climático son preocupantes: inundaciones, escasez de alimentos, calor extremo, incendios forestales, entre otros. Estos escenarios solo podrán evitarse si se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Y es aquí donde las empresas tienen un papel preponderante.

Un grupo de casi 7.000 empresas informaron al Proyecto de Divulgación del Clima que los efectos del calentamiento global podrían traducirse en un riesgo financiero de casi un billón de dólares. Las compañías no son inmunes y por eso han empezado a responder en tres dimensiones:

1. Mitigación

En el ámbito empresarial, la mitigación se centra en investigar cómo reducir las emisiones relacionadas con el desarrollo del negocio de la organización.

Las empresas pueden contribuir a reducir las emisiones de dióxido de carbono: cambiando la fuente de generación de energía a una de bajas emisiones, como la solar, la eólica y la nuclear; electrificando los sistemas que dependen de la quema de combustibles fósiles, incluidos los vehículos y la calefacción de los edificios; adaptando los sistemas agrícolas y eliminando las emisiones acumuladas y que actualmente se encuentran en la atmósfera.

2. Adaptación

Adaptarse al cambio climático significa ajustar los efectos de las operaciones y actividades de las empresas a un nuevo escenario. Las consecuencias son cada vez más severas: sequías más prolongadas, inundaciones e incendios más frecuentes y cambios en el entorno natural del que dependen todas las empresas. Las compañías deben de intentar facilitar la adaptación a los cambios climáticos.

3. Crear valor

El valor se construye a través de estrategias empresariales, productos y servicios para explotar los retos que presenta el cambio climático.

Reducir las emisiones de carbono de la economía es un esfuerzo costoso y pondría en peligro algunos sectores cuyos modelos de negocio dependen de los combustibles fósiles. Sin embargo, es probable que se materialicen nuevas oportunidades para crear y capturar valor. Los nuevos modelos de negocio actuales optan por energías renovables, la electrificación del transporte y el cambio a procesos industriales de bajas emisiones, por ejemplo.

Cambiar el paradigma empresarial

El coste de las emisiones de efecto invernadero no es representativo frente al verdadero impacto medioambiental en la mayoría de mercados. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la responsabilidad que se le atribuye a las empresas y estas han respondido a ese desafío. Muestra de ello es que, casi 500 grandes empresas han aprobado objetivos para reducir las emisiones de GEI a partir de septiembre de 2020.

Ahora bien, las herramientas y enfoques que se han utilizado en el pasado para abordar esta crisis no ayudarán a evitar algunos de los peores impactos del cambio climático. Hay que evaluar las acciones ampliando el alcance y la escala de las actividades que están en juego. El objetivo de las industrias será competir eficazmente y crear valor de manera respetuosa con el clima.

Crear valor replanteando las prioridades

Algunas de las herramientas que utilizan las empresas para paliar la crisis climática son: evaluar el retorno de la inversión, los costos previstos frente a los beneficios y la posición competitiva. El cambio de paradigma pasa por priorizar iniciativas y perspectivas.

Recientes investigaciones, llevadas a cabo en más de 1.500 compañías, concluyen que aquellas que son más eficientes con sus emisiones de carbono, son más rentables y menos vulnerables a los riesgos macroeconómicos.

A menudo, los responsables de la toma de decisiones priorizan los resultados a corto plazo, olvidándose de aquellos que incluyen los efectos climáticos y que son a largo plazo. Las empresas deben optar por un enfoque más sistemático para poder identificar dónde pueden reducir su propio impacto.

Acción a escala industrial: crear valor modificando las prioridades

Una empresa que pretenda ser más respetuosa con el medio ambiente debe analizar el alcance de sus acciones y adaptar un enfoque colectivo, donde incluya desde sus clientes hasta sus competidores, para crear valor estratégico en esta materia.

No obstante, para una compañía pequeña es más difícil afrontar estos retos, por eso es necesario un enfoque a nivel industrial, para trabajar con proveedores y clientes. Por ejemplo, ganaderos y agricultores tienen dificultades para adoptar prácticas respetuosas con el medioambiente y, en un esfuerzo por cambiar, crearon el Consorcio del Mercado de Servicios del Ecosistema, con el objetivo de lograr un mercado que recompense las prácticas de agricultura sostenible.

Primero es necesario identificar cómo las organizaciones pueden tomar medidas y, sucesivamente, convocar a los competidores para cambiar colectivamente las reglas actuales. Las limitaciones están cambiando y aunque la toma de decisiones sigue siendo la misma, el resultado es diferente, ahora se opta por una forma de hacer negocios que sea respetuosa con el clima.

Acción a escala del ecosistema: Cambiar la definición de "valor"

Evitar el calentamiento global requerirá acciones de tal amplitud, profundidad y urgencia que a nivel empresarial e industrial no bastarán. Se necesita un cambio a nivel mundial que trascienda las fronteras tradicionales de la industria e incluya a los gobiernos, las organizaciones sin ánimo de lucro y a la academia.

El valor se mide por la capacidad que tienen las empresas de disponer de recursos naturales y sociales para seguir operando en el futuro. El clima es un asunto que va más allá de beneficios a corto plazo, es un reto global.

Algunas de las medidas para reducir el carbono en la atmósfera desde esta perspectiva son: reducir el desperdicio de alimentos, ampliar servicios sanitarios y educativos, promover una alimentación sana, cambiar las prácticas agrícolas y modificar las fuentes de electricidad por renovables.

Pensar en el clima

Una vez que los objetivos de las organizaciones están marcados, los líderes pueden poner en marcha los propósitos para mitigar las emisiones, adaptarse a los riesgos e identificar nuevos modelos de negocio.

Las compañías no deben limitarse a protegerse de los riesgos asociados con el clima, deben aspirar a ser administradores de la tierra, promoviendo una conciencia colectiva. Estos cambios solo son factibles si se lleva a cabo una transformación del modelo de negocio, así como, un cambio de mentalidad en toda la plantilla, desde proveedores hasta clientes.

Muchas empresas empiezan a actuar a pequeña escala, y aceleran los procesos a medida que aprenden más. Los objetivos finales son claros: descarbonizar la economía mundial y optar por energías renovables. Las industrias actuarán de diferentes maneras, pero lo importante es un cambio de mentalidad para dar prioridad al medioambiente y la estabilidad climática.

Adoptar una mentalidad de administrador del clima

El calentamiento global afecta a todos los países e industrias, aunque la intensidad y el momento varían. Las empresas cada vez son más conscientes de que solo la acción colectiva puede lograr resultados rápidos y eficaces a escala planetaria.

El éxito no reside solo en los avances técnicos, sino en un cambio de pensamiento a nivel personal y sistemático. Todos tienen la responsabilidad de cuidar las organizaciones y el planeta.