Robótica y normativa

En un entorno en continua evolución, que requiere actuar en un ambiente más volátil y complejo que el que veníamos experimentando, los CFO´s se enfrentan a un contexto cambiante en lo que a normativa financiera y no financiera se refiere. Además de, por supuesto, a la necesidad de aplicar las nuevas tecnologías a sus procesos.

La innovación, estar al día de la normativa que afecta a las organizaciones y ser conocedor de información no financiera -referente a las mejores prácticas en gobierno corporativo- son tres tendencias que ayudan a gestionar la incertidumbre, tan común en este ámbito. De hecho esta información no financiera es la que actualmente valoran inversores y potenciales accionistas en el análisis previo que realizan de las compañías.

Con la finalidad de abarcar las diferentes temáticas que representan una diferenciación en el tiempo y modo de adaptarse a las nuevas exigencias del mercado, varios socios de Deloitte han participado en unas jornadas lideradas por Concha Iglesias, socia de Deloitte responsable de las Industrias de Medios de Comunicación y Entretenimiento y de Tecnología.
 

Impactos que se derivan de la nueva normativa IFRS

El conocimiento de los cambios de las normativas es vital para la adaptación al nuevo entorno. Así nos lo contó Raúl Fidalgo, Director del Departamento Técnico (Contabilidad) de Deloitte, el cual se centró en las normas IFRS 15 (Ingresos), IFRS 9 (Instrumentos financieros) e IFRS 16 (Arrendamientos).

Tal y como se expuso en la jornada, la complejidad en la aplicación de la norma de Ingresos (IFRS 15) – obligatoria a partir del 1 de enero de 2018- es alta, aunque depende de la operativa de la compañía. Es por esta razón por la que resulta importante que todas las compañías analicen la diferente tipología de contratos formalizados con los clientes, de forma que puedan estimar el periodo necesario para la evaluación y adecuación a la norma.

Respecto a la norma sobre Instrumentos financieros (IFRS 9) obligatoria a partir del 1 de enero de 2018 -un cambio que afecta a todas las compañías independientemente del sector en el que operen-, es precisamente el deterioro de valor de las cuentas por cobrar comerciales, el cual está basado en la pérdida esperada y no en la incurrida, como se venía aplicando en el pasado.

En relación a la norma de Arrendamientos (IFRS 16), aunque dicha norma no es imperativa hasta el ejercicio 2019, es importante que las compañías evalúen el posible impacto. Una actuación que viene motivada por un supuesto: en caso de disponer de una amplia variedad y cantidad de contratos de arrendamiento, la aplicación de la norma puede ser compleja y afectar incluso a los sistemas de información y procesos.
 

Retos a los que se enfrentan las compañías

Jose Luis Daroca, socio del área de GIOS, completó el análisis con las lecciones aprendidas en los proyectos acometidos por la Firma. Explicó que la aplicación de estas tres normas implica, en función de la dimensión de la entidad, cambios decisivos en la organización en general. Concretamente, la aplicabilidad de la norma de Ingresos (IFRS 15) ha afectado en diferentes corporaciones a áreas como sistemas, operaciones e incluso comercial. Por eso es indispensable revisitar los sistemas, procesos y controles internos, por lo que se recomienda llevar a cabo un análisis previo de las posibles implicaciones que podría llegar a alcanzar para dimensionar el tiempo necesario de adecuación a la norma.

Asimismo, si bien los impactos de la norma de Instrumentos Financieros (IFRS 9) en compañías no financieras estarán más dirigidos al área contable, se pone de manifiesto la conveniencia de realizar una evaluación adecuada de dichos impactos. En particular desarrollar un modelo de estimación de pérdida esperada para activos financieros adecuado a las operaciones de cada compañía, así como considerar las refinanciaciones de deuda que hayan podido existir antes de la fecha de efectividad de la norma.

Por último, se remarcaron algunas de las oportunidades que ofrece la norma de Arrendamientos (IFRS 16) para minimizar impactos indeseados como consecuencia de que aún queda más de un año hasta su fecha de efectividad obligatoria (1 de enero de 2019).
 

El buen Gobierno Corporativo, a la palestra

Junto a la información financiera, es necesario tener en cuenta la información no financiera referente a las últimas buenas prácticas de Gobierno Corporativo, y cómo esta información va a ser especialmente clave para algunos de los stakeholders, que ya empiezan a incluir este tipo de datos en sus análisis previos de las compañías.

Helena Redondo y Ana Sánchez Palacios, ambas Socias de Risk Advisory de Deloitte, y Jose María Elías de Tejada, Socio de Deloitte Legal, intervinieron en un panel dinámico moderado por Concha Iglesias, en el que se repasaron los principales aspectos regulatorios de las sociedades mercantiles, con el foco puesto en las mejores prácticas de gobierno corporativo y en particular en las Comisiones de Auditoría, la constitución de estos órganos en las entidades de interés público de forma simétrica a las sociedades cotizadas y las recomendaciones de la Guía Técnica de la CNMV sobre composición, funcionamiento y competencias de las mencionadas Comisiones.

Junto a la información financiera, es necesario tener en cuenta la divulgación de la información no financiera y cómo esta información va a ser tratada por los sujetos obligados a la vista de la trasposición de la Directiva 2014/95UE, del Parlamento y del Consejo y de las expectativas de algunos de los stakeholders.

A lo largo del panel se explicó el contenido de las diferentes normas y tendencias que configuran los sistemas de gobierno corporativo de las sociedades relevantes, cotizadas y no cotizadas.
 

Robótica: una herramienta que aporta calidad y eficiencia en los procesos financieros

Luis González Gugel, socio de Robotics de Deloitte, con una ponencia eminentemente práctica, explicó en qué consiste esta herramienta y cómo puede ser utilizada por las compañías para mejorar la calidad de su información y ganar en eficiencia.

El grado de involucración de la Robótica en las organizaciones, aunque actualmente no sea muy desarrollado, debe ser gradual debido a los buenos resultados que reporta. Existen, de hecho, diferentes tecnologías en función de la profundidad de implementación que cada compañía requiere afrontar: desde un RPA (Robotics Process Automation) que imita las acciones humanas hasta llegar a la máxima disrupción de esta tecnología, la Inteligencia Artificial.

Tal y como se explica desde Deloitte, la clave de una buena estrategia en Robótica es concebir al robot como una alternativa a la ejecución de tareas repetitivas de bajo valor añadido y cuya finalidad sea orientar al personal a la realización de tareas más complejas. De hecho, al entender los desafíos que se pueden plantear en una organización respecto de la adopción de trabajo digital y su impacto transformador, la Robótica se pone al servicio de ambos sectores aportando un valor diferencial y crítico.