diagramas Burndown

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Diagramas Burndown: herramienta o arma de destrucción

Los diagramas 'Burndown', también llamados de quemado de historias, son ampliamente usados en los equipos Scrum. Estos gráficos, pensados inicialmente para dar información y permitir la inspección del propio equipo acerca del progreso hacia el objetivo del Sprint, se han convertido en muchas ocasiones en el peor enemigo del propio equipo, poniendo trabas a la propia evolución del Sprint. Se han transformado en armas de destrucción en vez de útiles herramientas de inspección, transparencia y adaptación, al servicio del equipo Scrum.

Origen y propósito

Por lo que he podido investigar, fue el propio Ken Schwaber el que los creó a principio de los años 2000, en un intento de proporcionar herramientas a los equipos Scrum para su uso durante el Sprint.

El gráfico fue ganando popularidad en los años siguientes a su creación y su uso fue siendo cada vez mayor.

El gráfico ‘Burndown’ es tremendamente simple, en un eje, el X, tenemos el tiempo transcurrido del sprint, generalmente en días, en el Y, tenemos la cantidad de trabajo a realizar durante el Sprint, generalmente medido en puntos de historia de usuario o una medida similar conforme a lo que estemos utilizando con nuestro equipo. Cada unidad de tiempo que vayamos consumiendo vamos representando el avance que hayamos realizado en el trabajo pendiente, quemando aquellos puntos o unidades de medida, que hayamos completado. Esto nos va dibujando una escalera descendente, que nos permite visualizar fácilmente el estado en el que nos encontramos y si avanzamos adecuadamente en el progreso de nuestro sprint. La pinta que tiene un gráfico ‘burndown’ es similar a esta:

Diagrama Burndown

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los equipos Scrum, es que esta herramienta ideada para aportar una visión realista, rápida, que facilite la transparencia y que permita no sólo una inspección objetiva, si no también una adaptación regular dentro del Sprint y al servicio del equipo de desarrollo Scrum, se ha convertido en más ocasiones de las deseables en una herramienta para la mal entendida gestión de equipos Scrum, desde el punto de vista más tradicional de la visión gestora de un proyecto, usando el grafico como pura herramienta de gestión y esgrimiendo su información como arma para presionar al equipo en la consecución de sus objetivos.

La dirección ama los gráficos

La dirección ama un gráfico por encima de todas las cosas. Apoyados en la máxima de que lo que no se puede medir, no se puede gestionar adecuadamente, el gráfico ‘burndown’ es un invitado a la fiesta de la gestión tradicional en un mundo salvaje que son los proyectos ágiles.

Este gráfico, mirado desde el punto de vista de un gestor tradicional, indica la desviación del progreso del sprint conforme a una proyección ideal. Si vamos por encima de la estimación ideal, hay que apretar, si vamos por debajo, tenemos margen, ¿podremos meter más trabajo?

El gráfico además se actualiza en tiempo real, idealmente, por lo que es una constante fuente de información para el gestor tradicional. Adicionalmente, la inclusión de herramientas digitales, ha automatizado la generación del gráfico y por lo tanto en muchos casos ha convertido este diagrama de uso exclusivo e interno del equipo Scrum, en un arma de gestión tradicional de seguimiento del desempeño del sprint y de comparación entre diferentes equipos Scrum, haciendo que una herramienta se convierta en un potencial problema.

  • Burndown usado dentro del equipo = Herramienta
  • Burndown usado fuera del equipo = Arma potencial

La definición de éxito del Sprint es alcanzar el objetivo del mismo y el diagrama de ‘burndown’ es una herramienta que nos ayuda a visualizar cómo se está comportando el progreso. En base a la observación y la adaptación, el equipo y sólo el equipo, puede aplicar medidas correctoras que cambien las tendencias de ese progreso. Alguien que desde fuera del equipo quiera analizar la gráfica, no dispondrá de los elementos necesarios de juicio para emprender medidas de ningún tipo, así como para obtener un análisis certero de la situación que esta refleja.

La transparencia y la apertura en Scrum no son una invitación a ser administrados.

Verdades sobre los gráficos de Burndown

Toda herramienta o práctica que usamos en Scrum tiene sus ventajas y desventajas, pero sólo entendiendo sus limitaciones y aportaciones, podemos obtener los máximos beneficios.

Probablemente uno de los mayores defectos de los diagramas de ‘burndown’ es la creencia de que pueden existir por si mismos de forma aislada.

La gráfica muestra datos puros que con su simple observación sólo nos permiten conocer el estado actual, pero no nos ofrece información de todo lo que nos ha llevado a ese punto, ni de cómo va a evolucionar la situación a futuro. Esa información pertenece al equipo y en muchos casos este tendrá que atender de manera individual para identificar el foco de la situación detectada atendiendo a una inspección más profunda de diversos factores.

Recordemos que un elemento de la gráfica del ‘burdown’ se considera quemado, cuando ha sido dado por hecho, con todas las implicaciones que esto conlleva en Scrum. Mientras eso no ocurre, el gráfico es opaco la situación de ese elemento, quedando toda la información en manos del equipo. Por esto mismo, es muy complejo el inferir un análisis realista desde fuera del equipo Scrum, aunque la gráfica muestre una desviación o un avance por encima de lo estimado.

La realidad y las circunstancias subyacentes pueden corregir esa imagen en cuestión de segundos u horas, o no corregirla en absoluto.

Conclusión

En mi experiencia el uso de gráficas o diagramas ‘burndown’ es tremendamente útil para los equipos Scrum y para la organización. Ahora bien, hay que escapar de trasladar dichos gráficos al terreno de la gestión tradicional y sobre todo a convertirlos en una herramienta de comparación del desempeño de los equipos.

Las gráficas ‘burndown’ pertenecen al equipo Scrum sola y exclusivamente. Aportan transparencia a la organización y le permiten al equipo activar también la inspección y la adaptación, pero no son en absoluto una herramienta de pura gestión.

El Manifiesto Ágil establece que la comunicación cara a cara es la forma más efectiva de pasar la información, por lo que sólo mirar a un gráfico extrapolando conclusiones, no parece la mejor manera de actuar.

La pregunta fundamente que uno se debe hacer es: "¿Nos ayuda la gráfica ‘burndown’ a lograr el objetivo del Sprint?". Si la respuesta es afirmativa, no cabe duda de que debemos usarla; en caso negativo, debemos preguntarnos primero, el por qué. ¿Entiende el equipo el concepto de objetivo del Sprint? ¿Están claros los conceptos de transparencia, inspección y adaptación? ¿Hay miedo a elementos externos que fiscalicen el trabajo del equipo? ¿Se usa la herramienta para compararnos con otros? Todas estas preguntas y otras muchas pueden subyacer en el rechazo o en el fracaso del uso de una gráfica ‘burndown’.

La verdadera agilidad viene de entender el por qué estás haciendo algo y ser lo suficientemente valiente para enfrentarte a las conclusiones de tu propia introspección.

Conoce a nuestro experto

Julio Roche

Julio Roche es Specialist Director del área de System Development&Integration, en la práctica de DxD de Deloitte. Profesional con más de 25 años de experiencia en el mundo del desarrollo de soluciones tecnológicas, su labor se encuentra actualmente focalizada en el terreno de la movilidad y la transformación digital, lo que le ha llevado a estar involucrado en procesos de implantación de metodologías ágiles desempeñando todos los roles que estas enumeran. Ha sido Agile Coach&Trainer, Scrum Master, Product Owner y parte del Development Team.