Historia movimiento agile

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Historia del movimiento Agile

Hacia la Agilidad y más allá (III parte)

Como vimos en los capítulos anteriores (I parte y II parte ), el movimiento Agile viene de lejos en respuesta a una nueva ingeniería, la de software, que no se comporta como las ingenierías tradicionales y sobre las que aporta un entorno cambiante y de frecuencia constante y con poco intervalo.

Las metodologías tradicionales, en especial la más adoptada en la época y que sobrevive hasta nuestros días, la Waterfall, se movía bien en entornos más pesados, con un ciclo de cambio largo y donde nos creíamos capaces de definir y planificar de antemano varios años de trabajo.

Nos habíamos quedado en que, el probablemente mayor contratista de software en el mayor mercado de desarrollo de esa época, el Departamento de Defensa americano, viró hacia la adopción de procesos iterativos de desarrollo a finales de los años 90, y que visionarios del mundo del desarrollo empezaban a abrazar la idea de métodos alternativos que permitieran una mejor adaptación al cambio y una mayor colaboración entre los partícipes en un proyecto de software.

Pero no sólo los visionarios pedían un cambio …

Los profesionales también se apuntan a iterar sus desarrollos

Al mismo tiempo, profesionales del mundo del software estaban desarrollando metodologías iterativas más específicas que abrazaban los mismos conceptos.

Por ejemplo, Jeff Sutherland y Ken Schwaber concibieron el proceso de Scrum a principios de la década de 1990. El término proviene del rugby y se refiere a un equipo que trabaja hacia un objetivo común. Ellos trabajaron Scrum en 1995 para presentarlo en una conferencia orientada a objetos, la famosa OOPLA ( existente aún hoy en día ) en Austin, Texas. Lo publicaron en un artículo titulado "SCRUM Software Development Process".

Scrum se basa en el concepto de que, para el desarrollo de productos nuevos y complejos, los mejores resultados se obtienen cuando a los equipos pequeños y auto-organizados se les asignan objetivos en lugar de tareas específicas. El equipo debía tener la libertad de determinar la mejor manera de alcanzar esos objetivos.

Scrum también definió ciclos de desarrollo iterativos ‘time-boxed’, cuyo objetivo era entregar software funcional listo para ser desplegado en producción. Hoy en día, la mayoría de los equipos que afirman practicar una metodología ágil dicen que están usando Scrum.

Quizás varias técnicas ágiles e iterativas, como XP o Lean, serían desconocidas si no fuera por el Manifiesto Ágil, generado en esa famosa reunión de 2001 en Snowbird. El Manifiesto es la declaración de propósito más clara y sucinta de un enfoque que fue la antítesis del modelo de cascada que todavía prevalecía en ese momento.

Como resultado, la comunidad de desarrollo de software se ha aferrado al Manifiesto Ágil y sus 12 principios como la declaración definitiva del movimiento de desarrollo de software ágil.

Hoy en día, cada vez más equipos se identifican con una metodología ágil. Mientras que muchos de esos equipos probablemente usan un modelo híbrido que incluye elementos de varias metodologías ágiles, así como cascadas, el que se identifiquen tan completamente con el movimiento ágil es un testamento de la fuerza y poder del movimiento.

Hacia la agilidad, y más allá

La agilidad parece habernos llevado donde estamos, pero seguro que este no es el final de la historia.

Hay vida más allá de lo ágil, aunque lo ágil fue un primer paso necesario y excelente para ver dónde podría aventurarse el desarrollo de software, pensemos dónde puede llevarnos la corriente que este movimiento ha generado en el mundo del desarrollo de software.

Preguntémonos, ¿Pueden los conceptos ágiles promover un cambio continuo y efectivo en nuestro software? ¿Podemos llegar a un punto en el que un "lanzamiento" de software, con todas sus mejoras, ya no sea un evento a planear, sino simplemente un acontecimiento diario, horario o minuto a minuto como respirar?

Los procesos ágiles son un primer paso necesario en esa dirección, pero la entrega continua requiere un cambio aún más radical. Esto significa que los desarrolladores pueden producir algo basado en su mejor conocimiento en ese momento, pero también deben estar totalmente preparados para eliminarlo o cambiarlo inmediatamente basándose, casi exclusivamente, en la reacción del usuario.

La historia que aquí os hemos contado, no está por terminar, está evolucionando y encontrando nuevos caminos hacia un mundo en el que la entrega continua y la adaptación constante al cambio sea algo completamente natural.

Os seguiremos informando en próximas entregas de las derivas que el movimiento ágil sigue protagonizando día a día.

Como decimos a menudo en el movimiento ágil, “Mientras encuentras tu destino, disfruta del camino”. Y qué camino ….

Conoce a nuestro experto

Julio Roche

Julio Roche es Specialist Director del área de System Development&Integration, en la práctica de DxD de Deloitte. Profesional con más de 25 años de experiencia en el mundo del desarrollo de soluciones tecnológicas, su labor se encuentra actualmente focalizada en el terreno de la movilidad y la transformación digital, lo que le ha llevado a estar involucrado en procesos de implantación de metodologías ágiles desempeñando todos los roles que estas enumeran. Ha sido Agile Coach&Trainer, Scrum Master, Product Owner y parte del Development Team.