transformación digital bancaria

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La transformación tecnológica bancaria en LATAM

Latinoamérica y España han vivido juntas, en las dos últimas décadas, una de las mayores transformaciones de sus sistemas financieros que se han visto en la historia. En ella, la tecnología ha sido, sin duda, uno de los factores esenciales que han permitido este cambio.

En el caso de la mayoría de los países latinoamericanos (Brasil, México, Argentina, Chile, etc.) el nivel de bancarización de la población ha crecido de forma muy relevante, lo que ha contribuido a que la mayoría de las entidades haya visto crecer los volúmenes transaccionales y la cantidad de interacciones con sus clientes de forma exponencial. En paralelo, se ha producido un aumento de la cultura financiera y una mayor sofisticación de la demanda de los clientes.

Todo ello, ha llevado a que la práctica totalidad de las entidades se haya visto en la necesidad de hacer inversiones en tecnología. Asimismo, la gran mayoría de las entidades que continúa operando en la actualidad ha mantenido fuertes procesos de inversión en su transformación tecnológica y operativa.

En este sentido, se pueden citar programas efectuados por entidades de origen brasileño, como Itaú, Bradesco o Caixa Federal; entidades argentinas, como Banco Nacional, Banco de Galicia o Banco de la Provincia; entidades chilenas, como Banco de Chile; colombianos, como Banco de Bogotá o Banco Cafetero; o venezolanos, como Banco del Caribe. Por otra parte, se ha de destacar el trabajo efectuado por empresas de origen estadounidense, como Citibank o Bank Boston, que efectuaron programas de transformación en los países en que operaban.

Me gustaría destacar, de entre todos los anteriores, los enormes y exitosos procesos de transformación que han liderado importantes bancos de nuestro país en Latinoamérica durante las dos últimas décadas.  Tuve la suerte de dirigir uno de ellos y seguir muy de cerca este escenario, por lo que siento orgullo de haber participado en este proceso y admiración por la brillante ejecución de los equipos que participaron.

Estas entidades españolas partieron de situaciones similares, adquiriendo en múltiples países bancos que estaban experimentando un crecimiento muy grande en su base de clientes, con una población cada vez más exigente en cuanto al requerimiento de servicios financieros, un nivel de regulación a veces agobiante y una supervisión también cada vez más rigurosa. Todo ello, conformó un punto de partida en que la inversión en tecnología se hacía inevitable y la combinación entre los usos bancarios del sistema financiero español, la tecnología disponible en el momento y la casuística, usos y costumbres de cada uno de los países eran los ingredientes de un cóctel que podría haber resultado explosivo, si no hubiera sido por el compromiso sin límites de un conjunto de cientos de profesionales, tanto empleados de los bancos a nivel global y nivel local, como de un conjunto de empresas de consultoría que apoyaron en el proceso.

De estos casos de éxito de la banca española destacaría algunos factores. En primer lugar, la importancia del cambio en los procesos; la involucración de las áreas de negocio que se sentían comprometidas con la transformación -siendo una primera versión de las metodologías ágiles actuales-; el apoyo de la Alta Dirección de las entidades financieras; y el cuidado en los procesos de gestión del cambio que se ocupaban de la reingeniería de procesos, de la formación y la comunicación, tanto interna como externa. En segundo lugar, el uso de una metodología de gestión de proyectos ampliamente probada y en la que no tiene cabida la improvisación. En tercer lugar, el uso de una arquitectura técnica sólida, que garantizaba la homogeneidad de las distintas aplicaciones junto con un estudio detallado de lo que, entonces, se llamaba Interfaz Gráfica de Usuario y que podríamos considerar como el origen y primeros pasos de la experiencia de usuario.

Tras este primer paso de transformación, estos grupos bancarios han seguido invirtiendo en tecnología y, en estos casos, la parte de la cuenta de resultados que se debe a Latinoamérica es muy relevante, ya que aporta una diversificación geográfica y de divisas, así como una gran riqueza en la gestión por la cantidad de ejecutivos y trabajadores que dicho proceso incorporó a posiciones relevantes en ambas organizaciones.

Los avances actuales en Cloud Computing, Movilidad o Big Data dan resultados palpables para clientes, gracias a la solidez de aquellos primeros cambios transformacionales que se llevaron a cabo. Y lo más importante, estos actores están tomando posiciones de liderazgo en sus organizaciones en la revolución digital, en un proceso que no ha hecho más que empezar.