COVID-19: el cambio de ruta en el sector asegurador

Perspectivas

COVID-19: el cambio de ruta en el sector asegurador

El contexto de la epidemia actual trae diversos retos para las compañías aseguradoras, pero también ofrece nuevas oportunidades para replantear los esquemas de negocio y operación que hasta la fecha han mantenido.

En entrevista con Eduardo Esteva, Socio Líder de Servicios Actuariales y Assurance en Auditoría, en Deloitte México.

Ciudad de México, 13 de abril de 2020.

En octubre de 2019, la calificadora Moody’s señaló que, aun cuando la situación del sector asegurador era “estable” en ese momento, la desaceleración económica por la que atravesaba el país iba a propiciar, en 2020, una baja en la demanda de seguros entre la población, tanto en el ramo de daños como de vida. Lo que aún no se tenía contemplado en ese entonces era el escenario de una pandemia, como el que actualmente se vive en México y todo el mundo.

Definitivamente, la contingencia sanitaria propiciada por el COVID-19 ha tenido, y seguirá teniendo, una serie de impactos importantes para la industria aseguradora del país, producto del nivel de desempleo que se pronostica, las caídas en las tasas de interés, el impacto en el tipo de cambio y la reducción en sus ventas, entre otros aspectos.

Con las acciones que se están tomando como medidas de contención ante la actual pandemia, se espera un cambio temporal en la siniestralidad de diversos ramos de seguros (vida, automóviles, gastos médicos y daños), así como en la forma en la que se reportará y pagará la misma, aunque se esperaría que en el mediano plazo se incremente el conjunto de siniestros.

Lo anterior implicará que los patrones de desarrollo, tanto de siniestros ocurridos como pagados, no sean estables, lo que puede impactar en la valuación de reservas de siniestros de las empresas.

Además de los cambios en siniestralidad y en la valuación de reservas, el flujo de efectivo, la atención de siniestros, el nivel de ventas y la calificación de agencias calificadoras son otras de las áreas en las que las aseguradoras están siendo impactadas, derivadas de esta contingencia.

Ante esta situación, ¿existe algún camino para que las aseguradoras hagan frente a este nuevo panorama? Como tal, no existe una receta única. Cada compañía de seguros, dependiendo de su forma de operar, necesita hacer proyecciones financieras con escenarios, según sus necesidades, para determinar la situación en la que se encuentra y las acciones a realizar.

En función del análisis general que se haga de la situación de la empresa, ésta tendrá que elegir estrategias para la fuerza de ventas; para retención de clientes; para adecuar las tarifas de los productos, y/o para la contención de costo y redefinición de las inversiones. Las soluciones, como hemos dicho, varían según el caso.

Sin embargo, ¿existe la posibilidad de que el contexto actual pueda representar nuevas áreas de oportunidad para el sector asegurador? Aunque parezca un poco extraño, la respuesta es afirmativa. Hoy puede ser el momento oportuno para que las compañías de este ramo retomen temas que no han sido prioritarios.

Por ejemplo, se pueden realizar estudios de gastos (analizar cómo estoy gastando y en qué; así como redefinir las inversiones y apostar por una transformación financiera y actuarial, mediante el uso de robots y la digitalización) o la generación de nuevos productos que ataquen las necesidades del mercado, bajo reglas diferentes.

En el caso particular de México, la situación se vuelve complicada para el sector asegurador, debido a la baja penetración que los seguros tienen en el mercado nacional, con bajos niveles de contratación.

Desde hace tiempo se sabe, por ejemplo, que existe un seguro obligatorio de autos, pero su fiscalización no ocurre, por lo que la gente no lo contrata, a diferencia de lo que sucede a nivel mundial. En general, hay una escasa cultura de riesgo y, por ello, no se contratan seguros; además, el reto para las aseguradoras sigue siendo diseñar una nueva estrategia para ofrecer productos de calidad, acordes a la capacidad de compra de la población.

Por esta razón, la pandemia puede significar una buena oportunidad, un parteaguas, para replantear el negocio de los seguros. Es momento de que los directores y consejos de cada compañía del sector tomen decisiones y se arriesguen a hacer las cosas pensando en el porvenir.

Como escribió hace poco Henry A. Kissinger, ex secretario de Estados de los EE.UU., en The Wall Street Journal: estamos atravesando por un momento en el que “el desafío para los líderes es gestionar la crisis mientras construyen el futuro”. No hay marcha atrás.

El sector asegurador necesita hacer proyecciones financieras con escenarios, según sus necesidades, para determinar la situación en la que se encuentra y las acciones a realizar. 

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