Baja en los ingresos tributarios

Perspectivas

Baja en los ingresos tributarios

Un efecto temporal

Durante el primer trimestre de 2017, México recaudó 3.5% menos, en términos reales, que durante el mismo periodo del año anterior, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

La reducción en los ingresos tributarios –que ascendieron a un total de 732 mil 513 millones de pesos– se debió a la disminución registrada en la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a combustibles, producto de los estímulos fiscales aplicados en este concepto.

En entrevista con Miguel Llovera, Socio de Impuestos en Deloitte México.

Si bien esta caída es muy relevante, debido en gran parte a la dependencia que tiene nuestro país de la recaudación –prácticamente 95% de los ingresos del Estado provienen de los impuestos– y a la tendencia al alza que ésta ha mantenido durante los últimos tres años, debemos tener claro que es, simplemente, un efecto temporal.

Esto se debe a que en la actualidad no nos encontramos en un mercado de combustibles totalmente liberado y el IEPS sigue funcionando, en la mayor parte del país, como un mecanismo de subsidio al precio de los hidrocarburos.

En los años previos a la Reforma Hacendaria, derivada de la Reforma Energética, el IEPS en realidad funcionaba como un regulador del precio de los combustibles, que agregaba un margen de movimiento al costo máximo establecido por Pemex, lo que permitía que éste fuera menor.

Una vez que se incorpora la Reforma Hacendaria, lo que se hace es modificar la mecánica del IEPS, calculándose ahora como un valor fijo por litro.

La mecánica anterior obligaba a que la recaudación fuera marginal, toda vez que el precio era prácticamente el precio final de Pemex. En contraste, en la actualidad sí podremos observar una recaudación pero, desgraciada o afortunadamente, ésta estará en función del número de litros y solo podrá asegurarse en la medida en la que no existan subsidios.

Así, una vez que tengamos los precios de los combustibles totalmente liberalizados, deberá existir un mayor interés para importar combustible y, en consecuencia, podríamos observar ya el efecto real del IEPS en un mercado liberalizado, en el que lo que recaudará será sobre la importación.

En ese sentido, cuando se dé la apertura generalizada del precio de los combustibles en el mercado nacional, lo que podría resultar alarmante sería incluso el incremento que se registrará en la recaudación sobre IEPS, que sin duda terminaría con una tendencia positiva.

Subsidios: ni un exceso ni nada nuevo

La forma en la que se reconocen los ingresos tributarios es el neto. ¿Qué significa esto? El total de lo que se recauda menos los estímulos fiscales que se aplican.

Estos estímulos han venido incorporándose en la legislación desde hace ya muchos años, por lo que el monto y la aplicación generalizada de los mismos no constituyen nada nuevo.

Asimismo, en el caso del IEPS a combustibles, su aplicación no representa un estímulo en exceso en comparación con el que se otorgaba en épocas pasadas; es, simplemente, el resultado en la recaudación neta derivado de la liberación parcial del mercado de hidrocarburos.

Los ‘pros’ y ‘contras’

Si quisiéramos hacer una crítica de los estímulos en materia del IEPS a combustibles, su eliminación inmediata provocaría un incremento general en los precios de los productores vía transporte –que constituye un costo relevante para el sector manufacturero– o vía costos de producción –debido a que los energéticos representan un margen importante en esta rama–.

Si elimináramos estos subsidios, la consecuencia sería un incremento en el costo generalizado de diversos productos y una disminución de la competitividad del país, lo que conllevaría a mayores tasas de inflación y un golpe a la capacidad productiva de México.

Por otro parte, la conservación de este estímulo en lo que a combustibles respecta si bien provoca una menor recaudación, debemos recordar que esto es un efecto temporal, pues podría compensarse con un una mayor inversión y adquisición de bienes y servicios, con una tasa de IVA, e incluso con un mayor consumo de hidrocarburos.

La conservación de este estímulo en lo que a combustibles respecta si bien provoca una menor recaudación, debemos recordar que esto es un efecto temporal.

Sin cambios a la vista

Durante el resto del año, en lo que se refiere a estímulos fiscales, no observamos ninguna modificación, es decir, lo único que podemos anticipar es la continuidad de los mismos.

El único cambio que podría presentarse es la ampliación del estímulo en IEPS para que no solo se aplique a combustibles fósiles, sino también a biodiesel.

De ahí en adelante, no visualizamos ni un incremento en los incentivos ni una eliminación de los mismos, pues políticamente esto traería afectaciones en los precios generalizados y en la inflación del país.

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