Bitcoin: nuevas alternativas de inversión, los mismos riesgos

Perspectivas

Bitcoin: nuevas alternativas de inversión, los mismos riesgos

A inicios de 2024, el valor del Bitcoin creció considerablemente, en parte como reacción al anuncio de la Secretaría de Finanzas de los Estados Unidos, que aprobó la venta de fondos administrados (conocidos como 'ETFs') basados en la criptomoneda. Con ello, se abre el panorama de este activo en el mundo financiero, pero ¿también se genera mayor seguridad para el inversionista?

En entrevista con Gustavo Méndez, Socio de Servicios Financieros en Deloitte Spanish Latin America.

Ciudad de México, a 26 de abril de 2024.

En enero de 2024, la Securities and Exchange Commission (SEC) de los Estados Unidos aprobó la creación de ETFs de Bitcoin1, fondos administrados por entidades financieras que permiten a los inversionistas obtener ingresos sobre el valor de las criptomonedas, sin tener que adquirirlas directamente.

Para marzo, estos fondos se habían convertido en uno de los instrumentos financieros más vendidos en el mercado estadounidense, y, en parte por ello, el Bitcoin tuvo un crecimiento considerable en valor (de $42,265.19 USD por unidad en diciembre de 2023 a $70,844.01 USD en marzo de 20242).

Si bien es posible leer estos acontecimientos como relacionados entre sí, no podemos decir que exista una relación causa-efecto entre ellos. Desde su introducción en el panorama financiero, el Bitcoin destaca por su volatilidad, al ser susceptible a depreciaciones y apreciaciones repentinas.

Esto se debe a diversos factores, como su escasez, al existir un número limitado de criptomonedas3, o a las transacciones de gran volumen que tienden a hacer los inversionistas con mayor liquidez de Bitcoin (llamados coloquialmente ballenas4), generando variaciones profundas en el mercado.

El surgimiento de los ETFs de Bitcoin, entonces, debe ser leído como una alternativa más de inversión en este activo, que no deja de ser de carácter profundamente especulativo. Si bien representa una mejora en cuanto a la confiabilidad de la inversión, este instrumento es independiente al acto de invertir en Bitcoin de forma directa: entender la diferencia es fundamental para salvaguardar la inversión personal y tomar las mejores decisiones financieras.

Debemos entender la diferencia entre invertir en los ETFs de Bitcoin e invertir en Bitcoin de forma directa, para salvaguardar la inversión personal y tomar las mejores decisiones financieras. 

'ETFs' de Bitcoin: ¿a mayor regulación, mayor seguridad?

Un Exchange-Traded Fund (ETF) es un fondo controlado por un banco de inversión, que es vendido en fracciones a un grupo diverso de inversores. Estos participan para beneficiarse de un activo, cuyo control depende de la organización a cargo5. De esta manera, los riesgos comunes a una inversión directa (en acciones o, como en este caso, en criptomonedas) se mitigan.

Con ello, se facilita un soporte regulatorio indirecto, pues, ya que la entidad que adquiere el Bitcoin es un fondo de inversión que observa todos los aspectos legales, se genera mayor confianza al participar en estos activos que al comprar criptomonedas de manera directa. Con más seguridad, viene un mayor interés por invertir, lo que influye en las transacciones de Bitcoin y, por lo tanto, en el crecimiento del valor del activo.

Al tiempo que crece el valor, disminuye la incertidumbre y se amplía el mercado en el que operan las criptomonedas, haciendo más versátil su papel dentro del ecosistema financiero. Sin embargo, que el mercado de ETFs sea más seguro, gracias a la confiabilidad de las instituciones que lo gestionan, no significa un crecimiento en la fiabilidad del Bitcoin en sí.

Para participar en Bitcoin, es necesario tomar en cuenta todas las complejidades que vienen con una criptomoneda. Al ser un tipo de tecnología blockchain, estos activos digitales prometen la posibilidad de la descentralización, de volver las transacciones más fáciles y eficientes6. Sin embargo, esa promesa todavía está por cumplirse, ya que el uso de esta tecnología sigue en proceso, por lo que invertir en activos basados en ella es un acto especulativo.

El desarrollo de fondos administrados sobre cualquier criptomoneda debe ser leído como independiente del valor del activo en sí, por lo que los(as) inversores no deben dejarse llevar por el entusiasmo e invertir directamente, atraídos(as) por su alta valuación. Es fundamental incentivar la regulación sobre estos activos,  y mantener la paciencia y la capacidad de previsión sobre todas las complejidades que conllevan.

Prudencia, el mayor valor para el inversionista

Más allá, entonces, de la coyuntura actual, el Bitcoin y los activos digitales pueden ser beneficiosos para ciertos perfiles de inversionistas, mientras que representan una volatilidad poco confiable para otros. ¿Cómo saber a cuál de estos perfiles se pertenece?

Antes de tomar la decisión de invertir en Bitcoin, es importante considerar la disponibilidad de dinero, así como el apetito de riesgo que se tiene. Aquellos inversionistas que no son profesionales, ahorradores con patrimonio o personas que están buscando entrar en el mercado, deben ser más prudentes con su inversión: lo ideal es que no pongan más de 10% de su efectivo en criptomonedas, para evitar los riesgos que conlleva su comportamiento impredecible.

Antes de tomar una decisión de inversión, cualquiera que sea, es fundamental tener un apetito de riesgo definido. Si este es poco, lo ideal es participar en bonos gubernamentales, que son altamente confiables pero tienen rendimientos más bajos; si es mediano, es posible empezar a participar en acciones, o en fondos administrados. Participar en la última frontera de los instrumentos de inversión, donde se enmarcan el Bitcoin y otros mercados de poca regulación, requiere de un apetito de riesgo más alto.

Mientras más alto sea el apetito de riesgo, es más importante tener un conocimiento claro del mundo financiero. Promover la educación financiera, y adoptar una cultura de información y receptividad alrededor de estos temas, es muy importante para generar un mercado financiero estable, a nivel estructural, mientras que a nivel personal, permite evitar adentrarse en riesgos innecesarios, como el endeudamiento o la pérdida de recursos7.

A medida que el Bitcoin se convierte en un activo más ampliamente aceptado, con la apertura de nuevas modalidades de inversión y su paulatina inclusión en el panorama bursátil, y que la tecnología se desarrolla para construir su verdadero potencial, habrá distintas oportunidades para el inversionista. Para aprovecharlas, lo fundamental es entender las diferencias entre productos financieros, atender el apetito de riesgo, y mantener en todo momento la claridad sobre qué beneficios buscamos, así como cuáles son los riesgos que queremos asumir, al momento de realizar una inversión.

Antes de tomar la decisión de invertir en Bitcoin, es importante considerar la disponibilidad de dinero, así como el apetito de riesgo que se tiene. 

[1] Secretaría de Finanzas de los Estados Unidos, “Statement on the Approval of Bitcoin Echange-Traded Funds”, 10 de enero de 2024. 

[2] Statista, “Bitcoin (BTC) price per day from July 13, 2021 to April 7, 2024”, 12 de abril de 2024.

[3] El Bitcoin funciona a partir del intercambio de certificados digitales registrados en una bitácora de operaciones, la cual registra las transacciones de cuentas independientes en un sistema cerrado, que consta en un número predefinido de criptomonedas; a mayor volumen de intercambio de estas transacciones, mayor crecimiento en el valor del Bitcoin (Bitcoin, How it Works, 17 de enero de 2024).

[4] Coindesk, “Ballenas Bitcoin: ¿Qué son y cómo detectarlas?”, 11 de enero de 2024. 

[5] BlackRock, “Explicación de los ETFs”, visto 17 de abril de 2024.

[6] Deloitte, “Blockchain, visión tecnológica”, visto 17 de abril de 2024. 

[7] Deloitte, “Educación Financiera: El reto está en la difusión”, entrevista con Gustavo Méndez, visto 17 de abril de 2024. 

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