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Perspectivas
Banca en México
Sin crédito no hay crecimiento
El crédito es una pieza fundamental para el crecimiento de la banca en México. Al cierre de 2016, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la cartera de crédito de la banca múltiple al sector privado creció 12.9%, equivalente a 4.3 billones de pesos y a cerca del 34% del Producto Interno Bruto (PIB).
Estos resultados influyeron para que, en el mismo periodo, la banca mexicana registrara un Índice de Capitalización –que mide la solvencia de la institución, tomando como base sus fortalezas – de 14.9%, según cifras del mismo organismo, y que sus activos crecieran 11.6%, al pasar de 7.6 billones a 8.5 billones de pesos.
En entrevista con Ignacio Valle, Socio Líder de Servicios Financieros.
La colocación de un mayor número de créditos por parte de la banca es, sin duda, indicio de que existe una actividad económica creciente y del surgimiento de importantes proyectos y desarrollos de infraestructura para el país.
No obstante, el crecimiento en el otorgamiento de créditos por parte de las instituciones bancarias, -específicamente de créditos comerciales- también se debe a la incertidumbre que ha generado el resultado electoral de los Estados Unidos, el cual ha provocado que exista una posible reestructura en las deudas que algunas compañías tenían (en materia de plazos y tasas, y sobre todo si el monto se encontraba en dólares), lo que exige un fondeo y un apoyo extra de la banca.
En ese sentido, la banca se ha visto en la necesidad de tener un acercamiento con las diversas empresas de diferentes industrias con el objetivo de apoyarlas en el manejo controlado de estas reestructuras, lo que le ha permitido crecer en ese ámbito.
La conclusión es clara: si no hay un otorgamiento de crédito adecuado, con una calidad conveniente, la banca no puede crecer de manera sostenida durante un determinado lapso de tiempo, como lo ha hecho los últimos años.
A mayores tasas, ¿cómo quedan los créditos?
El pasado 30 de marzo, por quinta vez consecutiva, el Banco de México decidió elevar su tasa de interés. Esta ocasión, el incremento fue de 25 puntos base, dejando una tasa referencial de 6.5 por ciento.
Esta alza sin duda impactará a diversos sectores de la banca, principalmente al crédito, pues al ser mayor el costo del dinero, subirán las tasas a las que las instituciones financieras otorgan créditos y, por ende, quienes necesiten fondos prestados deberán pagar más por ellos.
No obstante, si existe una buena calidad crediticia y se guardan las proporciones del otorgamiento del crédito esta situación no necesariamente tiene que implicar un crecimiento en el índice de morosidad.
Por el contrario, un factor que sí podría subir este índice sería el incremento que, por el alza en las tasas de interés, pueden registrar productos de la canasta básica. Y es que, al no crecer el salario de la población en la misma proporción que los precios de los bienes, la gente busca alternativas de recursos –como los créditos al consumo– y tiende a sobreendeudarse.
Los principales retos en 2017
Sobre el primero, el no tener claro aún qué pasará con las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América Latina (TLCAN) podría generar una ola de especulación en los mercados, la cual sin duda afectaría al desarrollo de la banca.
Respecto al segundo punto, el desafío es implementar cambios tanto en los sistemas como en los productos que ofrece la banca, alineándolos al nuevo pensamiento de la generación millennial y modificando la dinámica de acercamiento hacia el usuario.
Nos encontramos viviendo un momento importante para la banca en México, un tiempo en el que los modelos establecidos en años atrás y las fortalezas del sector –un banco central autónomo (Banxico), mayores y mejores regulaciones, y una política monetaria más robusta– nos han permitido sortear las épocas de crisis y afrontar las nuevas vertientes en la economía.
Este año, la banca mexicana enfrentará dos retos principales: la incertidumbre generada por el contexto actual y la transformación digital.