Fintech tienen ‘luz verde’

Perspectivas

Fintech tienen ‘luz verde’

¿Qué sigue para ellas?

La autorización para que las empresas de tecnología operen dentro del sistema financiero mexicano traerá beneficios para todos los actores, pero también diversos retos que éstas deberán superar para perdurar como negocios.

Entrevista con Carlos Orta, Socio Líder de Riesgo Regulatorio en Deloitte México.

Ciudad de México, 12 de febrero de 2020.

¿Está seguro mi dinero? ¿Quién me garantiza su protección al realizar pagos o transferencias electrónicas? Seguramente, éstas y otras preguntas han venido a tu mente si alguna vez has pensado en utilizar los servicios de alguna institución de tecnología financiera (ITF), específicamente, las dedicadas a los fondos de pago electrónico, que se encuentran aún en proceso de autorización para operar.

Hasta hace dos años, era difícil responder a ambas interrogantes, pero a partir de la publicación de la Ley para Regular a las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech), el 9 de marzo de 2018, los usuarios tienen una mayor certidumbre al respecto, pues con ese marco legal, no solo se establecieron las reglas de operación de las ITF, sino que, además, se otorgaron facultades a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) para vigilar y sancionar el comportamiento de dichas entidades.

El pasado 22 de enero, a casi un año de la publicación de esta ley, el Comité Interinstitucional al que se refiere la Ley Fintech dio la primera autorización a una institución de fondos de pago electrónico para operar dentro del marco legal establecido, y se espera que, en los próximos meses, se termine de dar el aval a todas las ITF que buscan un lugar dentro del sistema financiero del país que cumplan con lo dispuesto en la Ley.

El inicio de operación legal de las fintech sin duda traerá cambios en el sistema financiero actual, además de ciertos desafíos, tanto para las instituciones de tecnología financiera como para las tradicionales, y determinadas ventajas, sobre todo para los usuarios. ¿A cuáles nos referimos?

En Deloitte creemos que, en primer lugar, la regulación de las ITF traerá una mayor competencia en el sistema financiero, lo que facilitará la diversificación de productos. Además, habrá mejores oportunidades de financiamiento para pequeñas y medianas empresas (por ejemplo, mediante el crowdfunding, que es un fondeo colectivo), así como la reducción de tasas y precios en los servicios ofrecidos a los usuarios.

Todo ello contribuirá, en suma, a generar una mayor inclusión financiera, con mecanismos más ágiles y, sobre todo, seguros para los mexicanos. Mediante controles en el capital, gobierno corporativo, metodologías para la calificación, control interno, seguridad tecnológica, entre otras cosas, la Ley Fintech y las disposiciones que emanan de ella brindan a los usuarios la certeza jurídica de que los servicios que obtienen son de una entidad regulada y supervisada por las autoridades.

En cuanto a los beneficios que tendrán las ITF, se encuentra, igual que para los usuarios, la certidumbre jurídica de que están realizando actividades permitidas por la ley. Esto dará impulso a una mayor participación de capital privado, a través de fondos de inversión, lo que permitirá, eventualmente, que dichas entidades financieras cuenten con mayores recursos para el desarrollo de su negocio.

Pero, además de beneficios, la Ley Fintech traerá diversos retos para las ITF. Por ejemplo, se debe tomar en cuenta que el costo de operación de una entidad financiera, que busque mantenerse en regla, será más elevado que el de una empresa sin regulación.

Sin embargo, bajo nuestra óptica, el desafío más grande para las fintech será consolidar su modelo de negocio. Tradicionalmente, este tipo de empresas empiezan a operar con pérdidas, por lo que el reto está en generar una mayor utilidad para sus accionistas, sin repercutir en su operatividad, así como en ganar presencia en el mercado mexicano y sumar proyectos y capacidades.

Para lograr todo lo anterior, será necesario recurrir a inversiones que, aunque en un principio representen un gasto, a final de cuentas detonarán el crecimiento del negocio, harán más rentables a las compañías y, por tanto, les permitirán perdurar dentro del sistema financiero mexicano.

El inicio de operación legal de las fintech traerá cambios en el sistema financiero actual,  tanto para las instituciones de tecnología financiera como para las tradicionales.

México, puntero en el entorno mundial

Con la publicación de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech), México se convirtió en el primer país del mundo en establecer un ordenamiento legal en la materia.

Si bien antes de esa ley, había países como el Reino Unido, los Estados Unidos y Singapur, que regulaban algunos conceptos en la materia, México fue el primero en tener bajo una sola estructura legal a todos los temas fintech que había en el país.

¿Cuáles son esos temas? Principalmente, las opciones de fondeo colectivo (crowdfunding) y de pago electrónico, los activos virtuales, el sandbox y el open banking, mismo que abrirá la puerta a nuevos negocios y/o participantes dentro del sistema financiero.

En el caso particular del open banking –cuyas disposiciones están por emitirse– se trata de un tema muy relevante que permitirá la aparición de nuevos negocios, así como la incursión de más participantes dentro del sistema financiero nacional, lo que promoverá la competencia. Dicha plataforma, además, permitirá ofrecer a los usuarios servicios hechos de acuerdo al perfil de cada uno de ellos.

Así, con la publicación de la Ley Fintech y con la entrada en operación de estas instituciones dentro del marco legal, nuestro país consolida su posición, al menos en la región de América Latina, como puntero en la materia.

El arranque de actividades legales de las ITF indudablemente modificará toda la industria de servicios financieros de México, en una incursión que generará beneficios, pero también retos importantes que habrá que afrontar. Lo primordial para las fintech, será, de ahora en adelante, brindar servicios de calidad, hacer crecer el negocio, alentar la competencia y, por qué no, mostrar al mundo las capacidades regulatorias de nuestro país en este tema. 

Con la publicación de la Ley Fintech y con la entrada en operación de estas instituciones dentro del marco legal, nuestro país consolida su posición, al menos en la región de América Latina, como puntero en la materia.

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