Igualdad de género

Perspectivas

Igualdad de género

Hay avances, pero no son suficientes

Para que una población, gobierno u organización pueda llamarse inclusivo, es necesario que dentro de su estructura y en todos los ámbitos de su desarrollo exista una plena participación de las mujeres.

Tomando como base este contexto, y en respuesta a las numerosas críticas que recibió en el pasado por la escasa representación femenina entre sus filas, este año, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) decidió dar un giro en su organización y ser dirigido exclusivamente por mujeres.

En entrevista con Adriana Berrocal, Socia de Financial Advisory Services en Deloitte México.

Ciudad de México, 29 de enero de 2018.

La decisión generó encabezados en diversos diarios del mundo, así como una especial atención al evento que, no obstante, aun con esta medida, se mantuvo con un nivel muy bajo de participación femenina (21% en general y 8% en el caso de la delegación mexicana).

A pesar de ello, se trató de un suceso histórico que generó un importante reflector hacia la asistencia de las mujeres, el cual podría tener un efecto positivo para ellas en las próximas ediciones.

Y es que en la búsqueda de una mayor equidad de género, plantear el tema como relevante no es asunto menor. Y menos tomando en cuenta que, de acuerdo con el mismo WEF, en The Global Gender Gap Report 2017 -que cubre a 106 países-, la brecha global de género puede cerrarse en exactamente 100 años, en contraste con los 83 años previstos en el reporte de 2016.

El informe también aporta datos relevantes, como el hecho de que pasarán 217 años más para que se cierre la brecha salarial entre hombres y mujeres (58%) y para que haya una representación equivalente en el lugar de trabajo.

De igual forma, explica que la brecha de género en materia política es la que muestra el mayor progreso –un asunto que podría estar relacionado con la implementación de cuotas–, pero que incluso así requeriría 99 años para cerrarse.

No hay duda de que cada vez más organizaciones han comenzado a implementar programas para impulsar una mayor participación de las mujeres, no obstante, la realidad es que el paso al que evoluciona la diversidad de género es aún desalentador.

Y aunque en la actualidad ya contemos con herramientas para medir e informar públicamente sobre el progreso que está teniendo la igualdad de género –estadísticas, informes y reportes como los del WEF, incluso–, éstas no han sido suficientes para cerrar las brechas.

Si bien en algunos aspectos se observan progresos, aún faltan muchos años -100, de acuerdo con The Global Gender Gap Report 2017, del WEF- para que la brecha global de género pueda cerrarse.

Los caminos hacia el empoderamiento

Uno de los principales pronunciamientos que se hicieron durante esta edición del Foro Económico Mundial fue el de las dirigentes del evento, quienes llamaron a impulsar la educación y el financiamiento a las mujeres como una vía de empoderamiento e igualdad de género.

Lo cierto es que se trata de una fórmula que no resulta novedosa y cuya implementación ha sido insuficiente, pues además de impulsar la educación, se deben garantizar las condiciones para el desarrollo profesional de las mujeres, ya que aunque en muchos países estén incorporadas a la fuerza de trabajo en números suficientes, aún tienen problemas de retención y promoción.

Asimismo, es necesario trabajar en liderazgos corporativos que no discriminen y que faciliten una mejor distribución de las labores no remuneradas (como el trabajo doméstico), así como crear facilidades de financiamiento que ayuden a las mujeres a lograr la suficiencia financiera a través de más y mejores oportunidades para demostrar su capacidad y reafirmar la confianza en sus habilidades.

Sabemos que para lograr un desarrollo inclusivo deben considerarse las necesidades específicas de las mujeres en la planeación y el financiamiento de proyectos, y para ello es relevante que más mujeres ocupen posiciones en la toma de decisiones.

Esta es la única forma en la que pueden influir en asuntos públicos y en determinar prioridades políticas y de desarrollo que beneficien a la sociedad en general y no solo a una parte de la misma. Recordemos que para cerrar la brecha de género y realmente generar un cambio, se requiere la voluntad de todos, hombres y mujeres.

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