Autos usados importados

Ciudad de México, 8 de noviembre de 2022.

Como parte del fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos, y prácticamente desde la primera mitad del siglo pasado, comprar automóviles en aquel país y trasladarlos a territorio nacional, en la mayoría de los casos, sin la documentación necesaria para ello, se ha convertido en una actividad común para millones de mexicanos de los estados fronterizos y personas de otras nacionalidades.

Ese tipo de unidades usadas e importadas de la Unión Americana o de Canadá y que no cuentan con documentos legales, también conocidas como chocolate (por su situación de irregularidad), han ido en ascenso en los últimos años y podrían alcanzar, para finales de 2022, un número total de 800 mil dentro del parque vehicular de nuestro país, de acuerdo con estimaciones de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA)¹.  

Para la industria automotriz nacional, esta cifra se traduce, principalmente, en menos ventas para los fabricantes de vehículos nuevos, así como para el segmento de seminuevos que existe en nuestro país. Pero ¿qué es lo que está impulsando la adquisición de vehículos usados que proceden de esos países? ¿Y qué otras implicaciones tiene esta situación para el sector automotriz nacional?   

_{[1] Boletín de la AMDA, “Subieron 0.9% crédito automotriz y 39% internación de vehículos usados al primer semestre de 2022”, 8 de agosto de 2022.}

El ‘acelerador’ de los autos irregulares

Si bien 2022 terminará, muy probablemente, como un año en el que se recuperarán las ventas locales de automóviles nuevos (en Deloitte, prevemos que se alcancen a comercializar alrededor de un millón 50 mil o 70 mil unidades, contra un millón 14 mil 680 que la AMDA reportó durante todo 2021), la escasez de inventario en las agencias automotrices también ha repercutido en la adquisición de este tipo de vehículos. 

¿A qué nos referimos? A que las armadoras (OEMs, por sus siglas en inglés) están enfrentando, desde hace varios meses, retrasos en el ensamblado de componentes electrónicos, debido a la falta de semiconductores (microchips) y, por lo tanto, se están demorando, entre uno y seis meses, en la entrega de las unidades a las agencias y, por consiguiente, a los consumidores finales. Esto hace que los interesados en adquirir un vehículo de forma inmediata busquen otras alternativas para conseguirlo.

Una de esas alternativas ha sido adquirir vehículos seminuevos, que son unidades en existencia y listas para entrega inmediata. Además, las agencias que comercializan estos vehículos han modificado sus esquemas de financiamiento, volviéndolos más accesibles para los clientes. No obstante, los precios de estas unidades han aumentado de forma considerable a lo largo de 2022, lo cual también ha llevado a los consumidores mexicanos a optar por autos de menor costo.

En ese sentido, para muchos consumidores, los autos usados de procedencia extranjera (principalmente de los Estados Unidos) representan otra alternativa más para adquirir un vehículo, ya que están disponibles en el momento y a un precio más cómodo para los consumidores, quienes son muy sensibles al tema de los costos.

Si a ello le sumamos las facilidades gubernamentales para regularizar este tipo de autos, resultan aún más ‘atractivos’ para la gente: con los decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación, el 19 de enero de 2022, para “fomentar la regularización de vehículos usados de procedencia extranjera”, y el 19 de septiembre de 2022, para ampliar el periodo de regularización de esas unidades¹, las personas interesadas solo deben hacer una cita a través de internet, presentar algunos documentos que acrediten su identidad y la posesión del auto, y pagar 2 mil 500 pesos por el trámite, para conseguir la regularización de sus vehículos.

Estas condiciones ocasionaron que, del 19 de marzo al 19 de septiembre del año actual se hayan regularizado 557 mil 697 vehículos, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana², y, según proyecciones de la AMDA, para el fin del plazo del decreto, podría haber 300 mil unidades más dentro del parque vehicular nacional³. Por lo tanto, el impacto en el segmento de autos nuevos es de grandes proporciones.

Debido a la incursión de los autos usados procedentes del extranjero, se han dejado de vender más de 167 mil unidades al año⁴, lo que representa alrededor de 20% del total de ventas del sector automotriz. Pero, ¿qué están haciendo las armadoras de autos del país para enfrentar esta situación?

_{[1] En el primero de esos decretos, la regularización de autos usados procedentes del extranjero solo estaba permitida en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas, y tenía como fecha límite el 20 de septiembre de 2022. Sin embargo, con el segundo decreto, se incluyó a Jalisco y se amplió la vigencia al 31 de diciembre de este año.}

_{[2] Excélsior, “Amplían plazo para regularizar autos chocolate”, 20 de septiembre de 2022.}

_{[3] Boletín AMDA, Idem, 8 de agosto de 2022.}

_{[4] En 2021, la importación de autos usados fue de 167 mil 64 unidades, lo que equivale a 16.5% del total de ventas de vehículos nuevos, de acuerdo con el “Reporte de Mercado Interno Automotor” (enero de 2022), de la AMDA.}

Ecosistema local: poco apto para los autos del extranjero

Aunque no existe una estrategia definida entre las armadoras de autos en el país, para con ello contrarrestar los impactos de la incursión de los vehículos irregulares procedentes del extranjero, dichas compañías, a través de sus organismos y representantes, se han pronunciado enfáticamente contra los decretos que facilitan y fomentan la adquisición de esas unidades.

La AMDA, de manera conjunta con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y la Industria Nacional de Autopartes (INA) han señalado que este tipo de vehículos representan un riesgo, ya que “no cumplen con las especificaciones para circular con seguridad”¹.

Además de esos reclamos, los autos usados que provienen del extranjero se encuentran, en nuestro país, ante una situación compleja debido a que no cuentan con el respaldo suficiente de otros actores del ecosistema local, como son, por ejemplo, las aseguradoras o las agencias automotrices.       

Es decir, los autos que proceden del extranjero están adaptados para cumplir con otro tipo de regulaciones y funcionar en otras condiciones, por lo tanto, se vuelven complejos los procesos de contratación de seguros o el de las verificaciones (son unidades con hasta 15 años de antigüedad). De igual forma, no resulta fácil conseguir refacciones para esos vehículos, puesto que, en las agencias, no suele haber el tipo de piezas que ocupan.

Parecería, por lo anterior, que la realidad a la que se enfrentan estas unidades en México es desafiante; sin embargo, el hecho de que existan medidas que promuevan su adquisición seguirá siendo un factor clave para que se inserten en el ecosistema de movilidad local. Esa es, en otras palabras, la razón por la que muy probablemente seguiremos viendo más de estos vehículos circulando en nuestro país, pero también cada vez mayores esfuerzos del gremio automotriz para superar el desafío que representan los autos usados que provienen del extranjero.

_{[1] Boletín AMDA, “Nuestra demanda contra el contrabando automotriz es sin distingos partidistas: AMDA”, 6 de octubre de 2022.}