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Inflación, un camino de dos vías para las empresas manufactureras
A principios de marzo, la inflación fue materia central de decenas de notas periodísticas y el objeto de discusión de diversos análisis. El 9 de marzo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que, al mes de febrero, se registró una inflación acumulada anual de 4.86%, una cifra superior al límite permisible del Banco de México, de 4 por ciento.
Como era de esperarse, el alza en la inflación trajo consigo un aumento de 0.58% que, en el mismo febrero y en comparación con el mes anterior, presentó el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
En entrevista con Manuel Nieblas, Líder de la Industria de Manufactura en Deloitte México.
Pronto comenzaron a surgir decenas de panoramas y pronósticos que mostraban el impacto que estos números tendrían en el desarrollo de diversos sectores. El que hoy nos ocupa es el de la industria de manufactura.
Uno de los principales factores que incrementó la inflación fue el alza en los precios de los combustibles registrada en enero pasado, que propició que subieran los costos de transportación, incluso arriba de la misma inflación.
El aumento en este tipo de costos y gastos, relacionados directamente con el movimiento de materias primas, afectó a las finanzas de las compañías manufactureras, quienes al ver incrementado el costo total de su producto, se quedaron con solo dos opciones:
- Absorber el incremento de su margen de utilidad, lo que implicaría menores ganancias.
- Traspasar el incremento de costos hacia el consumidor final, lo que implicaría subir los precios y afectar al comprador.
El mismo escenario ocurre cuando hablamos del impacto que ha tenido el tipo de cambio en el sector manufacturero, y es que la mayoría de las compañías de la industria utilizan insumos de importación, lo que también ha incrementado sus costos y los ha llevado a elegir entre algunas de las dos opciones ya mencionadas.
Dos caminos, ¿cuál elegir?
El panorama actual ha llevado a las compañías manufactureras a enfrentarse a la misma pregunta: ¿incremento el precio de mi producto y recupero el efecto que ha tenido el incremento al costo o tengo margen para absorberlo, al menos en el corto plazo, de tal forma que no tenga problema con el mercado?
Más allá de elegir entre una u otra opción, lo importante es que, de alguna forma, las empresas del ramo realicen un análisis asertivo de sus costos y traten de contenerlos al incremento mínimo, para que de esta manera no se afecte el precio final del producto y se incentive al consumidor.
Si al final de cuentas el consumo aumenta, también lo hará la producción, lo que permitiría al fabricante compensar en un futuro los efectos de disminución que tuvo en sus márgenes de utilidad por absorber en un principio el incremento de los costos.
¿Precipitarse? Nunca
Al menos en lo que resta de este 2017, la inflación será un factor determinante para el desarrollo económico y productivo de México, al cual deberemos prestar la atención necesaria y analizar su comportamiento.
Sin embargo, el aspecto más importante, desde el punto de vista de las compañías manufactureras, es no tomar decisiones precipitadas en relación a los incrementos que se están teniendo en algunos insumos por efectos de la inflación o del tipo de cambio.
En su lugar, las compañías deben realizar análisis más precisos de sus estructuras de costos, los cuales les permitan tomar decisiones mucho más enfocadas, que realmente le generen valor a la compañía y que, al final del día, promuevan que el consumidor final siga fortaleciéndose.
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