Infraestructura

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Infraestructura, el reto que viene para las Zonas Económicas Especiales

Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) cuentan ya con un marco jurídico y una autoridad federal para regular su funcionamiento. El siguiente paso en el que se debe trabajar es en su infraestructura, un desafío complicado, con un costo de inversión millonario y que, sin duda, tomará tiempo.

En entrevista con Juan A. Pizano, Socio de Impuestos en Deloitte México.

Como si habláramos de una especie de construcción o edificio, hoy podemos decir que los cimientos para echar a andar las Zonas Económicas Especiales (ZEE) están listos.

El proyecto, que busca convertir determinadas áreas geográficas del país en regiones altamente productivas, cuenta ya con un andamiaje legal sólido, establecido en la Ley Federal de las Zonas Económicas Especiales, que lo convierte en un proyecto transexenal.

De igual forma, cuenta ya con una Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales, que tiene la misión de planear, promover, regular, supervisar y verificar el establecimiento y desempeño de éstas.

Este órgano es la única vía de entrada para los proyectos que busquen establecerse en las zonas, lo que lo convierte en una institución autónoma de los niveles de gobierno tanto estatal como municipal.

Todos estos componentes constituyen la parte vital, es decir, los soportes fundamentales para la puesta en marcha de las ZEE, sin embargo, aún hace falta una parte, una tarea que sin duda será complicada y que llevará más tiempo. Nos referimos a la infraestructura.

El dotar de infraestructura a estas regiones, que son zonas con un índice de desarrollo muy por debajo de la media nacional, es un reto con un costo de inversión millonario en el que las autoridades deben de trabajar.

En ese sentido, es importante que esta labor se realice en las áreas en donde primeramente vayan a florecer los proyectos, de lo contrario, se corre el riesgo de crear los llamados ‘elefantes blancos’, zonas con la infraestructura necesaria pero sin los usuarios para explotarla.

El único camino para el financiamiento de esta infraestructura es mediante los mecanismos que actualmente existen, que contemplan a la inversión pública –realizada por parte del gobierno federal–, la realizada por las Asociaciones Público Privadas –como concesiones–, así como por el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).

El dotar de infraestructura a estas regiones, que son zonas con un índice de desarrollo muy por debajo de la media nacional, es un reto con un costo de inversión millonario en el que las autoridades deben de trabajar.

Los beneficios en la zona de influencia

La manera en la que se garantizará que los beneficios que generen las Zonas Económicas Especiales realmente recaigan sobre la población en donde serán instaladas es una tarea en la que los gobiernos estatales y municipales jugarán un papel muy importante.

Y es que son ellos quienes tendrán que coordinar la acción social, es decir, las políticas públicas de desarrollo e inclusión encaminadas a que los beneficios de las ZEE se filtren e impacten a las zonas de influencia, más allá del área física en la que se ubiquen.

Los gobiernos estatales y municipales serán las entidades encargadas de coordinar el abastecimiento de las necesidades de las Zonas Económicas Especiales, como entretenimiento, comida e incluso servicios de salud.

Zonas Económicas Especiales

El éxito de las ZEE, ¿un resultado medible?

La autoridad federal ha apostado por diversos elementos que sirvan como gancho para atraer a nuevos inversionistas a las Zonas Económicas Especiales, como los incentivos fiscales anunciados recientemente.

Uno de ellos, al que podríamos calificar como el más esperado, es la Ventanilla Única, un concepto que simplificará la realización de trámites para la puesta en marcha de los proyectos –pues todo el proceso se realizará en un solo lugar– y que, sin duda, será el detonante real de las zonas.

Pero, ¿cómo y quién medirá el éxito de estas ZEE? Los encargados de realizar esta labor serán Banobras y la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales, quienes realizarán una valoración técnica tanto financiera como económica del desempeño que reporten estas regiones y los beneficios sociales que generen en sus áreas de influencia.

Las ZEE son, sin duda alguna, un mecanismo que ha probado ser muy exitoso en otros países. En México, es un proyecto de largo plazo que se ha iniciado bien y que cada vez está más cerca de ocurrir.

Las ZEE en México son un proyecto de largo plazo que se ha iniciado bien y que cada vez está más cerca de ocurrir.

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