Ley Fintech

Perspectivas

México necesita una ley fintech ‘a la medida’

Su principal objetivo es, a través de la tecnología, facilitar y hacer más accesibles los productos y servicios financieros. Las empresas del sector fintech (tecnología financiera) son, en la actualidad, una realidad que México no puede ignorar.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en nuestro país operan alrededor de 160 organizaciones relacionadas con el desarrollo de tecnologías financieras, quienes han otorgado más de mil millones de pesos en créditos y cuentan con más de 540 mil usuarios activos.

En entrevista con Jorge Schaar, Socio de Asesoría en Deuda en Deloitte México.

Ante el crecimiento que este sector ha registrado durante los últimos años en México, y debido a que constituye un entorno de negocios totalmente nuevo, su regulación se convirtió en un proceso inminente. Por esta razón, en marzo pasado, la Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV), la SHCP y el Banco de México presentaron un borrador de Ley de Tecnología Financiera.

Para la elaboración del anteproyecto de ley, las autoridades tomaron en cuenta el modelo utilizado en otros países, sin embargo, muy poco se pudo replicar, pues la mayoría se encuentra en las mismas condiciones que nosotros, con algunas excepciones como Reino Unido, cuya regulación en la materia está muy desarrollada.

Si bien los modelos internacionales han servido para dar una noción sobre la dirección que esta nueva legislación debe tomar, no existe una serie de normas que México pueda aplicar de manera íntegra, pues lo que nuestro país necesita es, en realidad, una ‘Ley Fintech’ hecha a la medida.

En ese sentido, las autoridades federales hicieron un buen trabajo al incluir a todos los agentes involucrados en esta nueva industria –emprendedores, sector bancario y de capital privado– en el análisis y discusión del actual borrador de ley.

De cierta forma, con esta acción, la autoridad está reconociendo que necesita la opinión de todos estos agentes para poder generar un proyecto de ley muy aterrizado y muy acorde a las necesidades específicas de nuestro país.

De lo general a lo específico

El anteproyecto de ‘Ley Fintech’ se concentra principalmente en tres áreas: pagos electrónicos, financiamiento colectivo y activos virtuales –que se refiere a los valores que, actualmente, no están cubiertos por ninguna entidad financiera regulada, tales como el bitcoin–.

No obstante, las autoridades y todos los participantes en este nuevo ecosistema de negocios deben ser más específicos y evitar caer en generalidades al momento de analizar esta propuesta de ley.

Necesitan ser mucho más cuidadosos y comprender las diferencias que existen entre las diversas categorías de negocios y de activos que contempla el borrador, para poder así definir normas menos genéricas y mucho más detalladas.

¿Y las 'startups' financieras?

Uno de los puntos del borrador de ley que más se ha discutido es el alto nivel de capitalización que se propone tengan las startups financieras, quienes abiertamente han mostrado su inconformidad al respecto.

Sin duda, este escenario podría representar un obstáculo para el buen funcionamiento de los emprendedores, que podrían llegar a verse limitados debido a la cantidad de recursos que poseen, pues significaría para ellos invertir un monto mucho mayor al que tienen la capacidad de hacer.

Pero, ¿por qué la autoridad planteó ese requerimiento de importante capital para las startups? La respuesta es sencilla: para respaldar al usuario y brindarle la tranquilidad y la confianza necesarias de que los jugadores del ecosistema fintech tendrán con qué responder.

Finalmente, tendremos que esperar para ver cómo las autoridades y los participantes del sector definen la propuesta de Ley de Tecnología Financera, un sector tan nuevo y tan cambiante en el que México no se quiere quedar atrás.

Tendremos que esperar para ver cómo las autoridades y los participantes del sector definen la propuesta de Ley de Tecnología Financera, un sector tan nuevo y tan cambiante en el que México no se quiere quedar atrás.

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