Nearshoring: llegó el momento de instalar la producción en México

Perspectivas

'Nearshoring': llegó el momento de instalar la producción en México

Actualmente, México figura como un territorio sumamente atractivo para la relocalización de las cadenas productivas, gracias a la cercanía que tiene con uno de los principales mercados a nivel mundial: los Estados Unidos. No obstante, trasladar sus procesos e infraestructura representa diversos desafíos que las organizaciones deben considerar.

En entrevista con Cecilia Montaño, Socia Líder de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte Spanish Latin America; y Xavier Ordóñez, Socio Líder de Cadena de Suministro en Deloitte Spanish Latin America.

Ciudad de México, 4 de agosto de 2022.

En este momento, alrededor de los puertos más importantes del mundo y en filas que se extienden varios kilómetros en los mares, decenas de barcos cargados de contenedores están esperando su turno para arribar a sus destinos y proveer los productos y componentes que necesitan los mercados y las empresas de distintas regiones.

Si consideramos que 90% del transporte total de bienes se lleva a cabo vía marítima1, el tiempo de espera de las embarcaciones en las costas es un claro reflejo de la congestión que han estado experimentando, desde hace algunos meses, las cadenas globales de suministro: de acuerdo con cifras recientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), seis de cada diez barcos cargueros, en 2021, sufrieron retrasos notorios en sus trayectos a causa de esta disrupción2.

Debido a lo anterior, así como por los efectos económicos de la pandemia, los conflictos geopolíticos internacionales y la escasez de recursos, las empresas han comenzado a replantear su logística, mediante un enfoque distinto de operación: el nearshoring.

¿En qué consiste dicho concepto? En que una organización transnacional establezca sus procesos de fabricación, ensamblaje o proveeduría en el país o continente en el que los va a comercializar, reduciendo con ello el riesgo de sufrir interrupciones operativas, de dos formas: 1) garantizando la disponibilidad de los suministros durante el proceso de fabricación; y, 2) facilitando el traslado de los productos terminados al mercado meta, para que sean comercializados.

En este tema, México se ha posicionado, en los últimos meses, como un país atractivo para aquellas compañías que desean relocalizar sus operaciones en nuestra región. ¿A qué se debe este fenómeno y qué pasos se pueden dar para aprovechar, de la mejor manera, la coyuntura económica actual?


[1] ICS, Shipping Policy Principles for Pandemic Recovery: A Call to Action to Governments from the Global Shipping Industry, junio de 2022.

[2] ONU, Conferencia de Comercio y Desarrollo, Review of Maritime Transport 2021, 2022.

Los desafíos de ‘mudarse’ a México

Aunque, históricamente, una buena parte de las disrupciones comerciales se ha resuelto en poco tiempo, lo cierto es que el ambiente de negocios actual ha demostrado ser una excepción, por las distintas adversidades climáticas, económicas, sanitarias y geopolíticas ocurridas en los últimos años.

En este escenario, en el cual resulta poco práctico sostener actividades productivas a escala intercontinental y las personas desean disponer inmediatamente de los productos que les interesan, nuestro país se presenta estratégicamente atractivo para hacer nearshoring, principalmente por ser colindante con uno de los mercados más importantes del mundo: los Estados Unidos, y por las facilidades con las que cuenta para llevar productos a este territorio, gracias al Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Además, debido a que el conflicto comercial entre nuestro vecino del norte y China todavía está vigente, fabricar productos en México (para ofrecerlos en Norteamérica) se ha convertido en uno de los grandes objetivos de muchas compañías transnacionales, más aún de las provenientes de Asia, a fin de aminorar el impacto financiero de esta disputa.

En este aspecto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) afirmó que nuestro país podría ser el mayor beneficiado por el nearshoring en la región, con un potencial para obtener hasta $35 mil 300 millones de dólares al año, gracias a la exportación de bienes (lo que representa casi la mitad de los $78 mil millones de dólares anuales que lograría generar América Latina y El Caribe siguiendo esta estrategia de negocios1).

Pero realizar esta ‘mudanza’ de operaciones no es un asunto sencillo para las empresas y, posiblemente, el principal desafío que tendrán las compañías será comprender y cumplir con nuestra actual regulación, ya que, para operar en México, deben cumplir con un procedimiento administrativo que demora entre tres y nueve meses (incluso más, en algunos casos). Esto representa, para al menos 28.2% de las organizaciones, un obstáculo para lograr sus objetivos de negocio, de acuerdo con una encuesta reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía2.

En ese sentido, establecer un escenario propicio para la llegada de nuevas empresas a nuestro país, a través de acciones como la agilización de trámites, resultará fundamental para aprovechar al máximo el contexto económico mundial.

Por su parte, las compañías que planean relocalizarse en México deben llevar a cabo un análisis de su panorama de mercado, ya que el número de requisitos administrativos para iniciar actividades comerciales varía por sector y, entre más complejo sea un proceso industrial (en términos de proveeduría y del número de materias primas que requiere reunir en nuestro territorio) el nearshoring será más desafiante.

Finalmente, las organizaciones podrían enfrentarse a retos adicionales, como la búsqueda de la ubicación ideal para un negocio (site selection) o la localización del talento y de los recursos necesarios para sus procesos (como agua, electricidad, minerales o componentes de proveeduría), los cuales demandarán investigación, inversión y tiempo.

[1] BID, “El BID, aliado del gobierno mexicano en el fomento del nearshoring”, 6 de julio de 2022.

[2] Inegi, Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas 2020, publicada en agosto de 2021.

El principal desafío que tendrán las compañías será comprender y cumplir con
nuestra actual regulación.

Relocalización, una práctica especializada

Tomando en cuenta todos los aspectos previamente señalados, lo más recomendable es que las compañías que desean venir a México cuenten con asesoría especializada, a fin de tener un panorama más completo de negocios en la región y, así, determinar las mejores decisiones y estrategias comerciales.

La importancia de la asesoría queda reflejada en algunos casos registrados en el pasado, como el de empresas que intentaron que sus productos calificaran como originarios de Norteamérica (para evitar el pago de aranceles), diseñando procesos de ensamblaje en México, pero, desafortunadamente, sin contemplar todos los requisitos establecidos en el T-MEC (que son rigurosos y abarcan, incluso, componentes y fórmulas de ensamble), lo cual trajo, como consecuencia, un gasto mucho mayor de recursos para corregir cada contratiempo.

Por ello, las compañías deben emprender, de forma eficiente y con un alto valor agregado, proyectos complejos a fin de elegir la ubicación y los proveedores adecuados, contratar mano de obra de diferentes países, revisar procesos, aprovechar los tratados comerciales y otros programas, así como cumplir con todas las regulaciones aplicables.

En caso de que ya se haya intentado hacer nearshoring antes, se pueden explorar nuevas oportunidades, como la adopción de esquemas operativos de transición o la elaboración de estrategias que permitan aprovechar los beneficios fiscales disponibles para su industria, una vez que se hayan constituido legalmente.

Otro aspecto que deben tomar en cuenta las empresas que decidan relocalizarse es que, al hacerlo, será complicado que puedan regresar a su ubicación original (suponiendo que, en un futuro, se estabilicen las cadenas globales de suministro), debido a que esta estrategia comercial es muy costosa y requiere no solamente del traslado de sus procesos de producción, sino llevar consigo a los proveedores (o sustituirlos), lo cual toma tiempo y esfuerzo significativos.

Sin embargo, si las empresas toman esta decisión con base en un plan de negocios sólido, teniendo una visión a futuro clara y, cuando sea necesario, con el consejo de especialistas, sin duda recuperarán su inversión y podrán brindar a sus clientes de la región una mayor oferta de productos disponibles, a precios competitivos.

Algunas empresas, anticipando el escenario en el que actualmente nos encontramos, fueron visionarias y ya dieron el paso hacia la práctica del nearshoring en México. Esto no significa que otras organizaciones ya no puedan apostar por esta estrategia comercial y aprovecharla; es decir, muchas compañías todavía están a tiempo de adoptarla, a fin de prosperar en un contexto que sin duda seguirá siendo desafiante.

Las empresas deben llevar a cabo proyectos complejos, a fin de elegir la ubicación y los proveedores adecuados, contratar mano de obra, aprovechar los tratados comerciales, así como cumplir con todas las regulaciones aplicables.

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