Turismo médico

Perspectivas

México, una gran oportunidad para el turismo médico

El aumento en el número de extranjeros que vienen a México para recibir tratamientos clínicos es el reflejo de una rama turística que va en ascenso.

Gracias a su infraestructura y a la capacidad de sus profesionales, nuestro país cuenta con importantes ventajas para consolidarse como uno de los grandes destinos del sector.

Entrevista con Teresa Solís, Industry Expert de Consumo en Deloitte México.

Ciudad de México, 14 de mayo de 2019.

Desde hace algunos años, se ha incrementado la presencia de visitantes extranjeros que vienen a nuestro país para recibir atención médica. Esta situación ha dado origen a un concepto turístico relativamente nuevo, que se basa en la derrama económica generada por todas aquellas personas que tienen el propósito de someterse a tratamientos clínicos o estadías de recuperación, y por sus acompañantes. Nos referimos al turismo médico.

El turismo médico o de la salud se puede definir, de manera general, como el flujo de personas, de un país a otro(s), para recibir tratamientos, curas o intervenciones quirúrgicas de cualquier índole. Al mismo tiempo, se trata de una actividad económica muy importante, que aglutina diversos servicios: desde hospitales y laboratorios hasta hoteles, restaurantes y agencias de viajes.

Aunque es difícil tener cifras exactas sobre el número de viajeros en busca de tratamientos médicos en México, la Secretaría de Turismo de Baja California refirió que, en 2018, 1.3 millones de personas, procedentes de los Estados Unidos, viajaron a ese estado para recibir algún tipo de cuidado médico. Todas ellas, en conjunto con otras 1.5 millones que las acompañaron en sus viajes, generaron una derrama económica de alrededor de mil millones de dólares.

Pero, ¿qué factores han impulsado esta industria en nuestro país? Desde nuestra perspectiva, son diversos: el primero, la ubicación. Como todo tipo de turismo, el enfocado a la salud tiene, en gran medida, un carácter regional; es decir, se desarrolla en un radio promedio de cuatro horas de viaje, ya sea por la vía terrestre o aérea.

Por lo tanto, la mayoría de los visitantes que entran a México con el propósito de recibir atención médica provienen de los Estados Unidos y de Canadá, donde –como ocurre en los países desarrollados– las personas tienen cada vez una mayor esperanza de vida y cuentan con los recursos necesarios para costear este tipo de tratamientos.

De ahí que las ciudades de la frontera norte del país, como Mexicali, Tijuana, Ciudad Juárez y Reynosa, sean, por ahora, de las más beneficiadas por este tipo de turismo, lo que no necesariamente significa que esa región sea la única en la que este sector puede crecer de manera significativa. Destinos de playa (la Riviera Nayarita o Mazatlán) y del centro del país (San Miguel de Allende, Chapala, Ajijic) también registran una alta presencia de pacientes extranjeros.

Otro factor que ha potenciado el turismo médico en nuestro país es el costo. En México, los tratamientos son mucho más baratos (entre 40% y 65%) que en los países vecinos del norte.

Los servicios dentales son un ejemplo del contraste de precios en uno y otro lado de la frontera con la Unión Americana: mientras que un implante dental cuesta entre 700 y mil dólares en la ciudad de Algodones, en Baja California, en los Estados Unidos los costos pueden ascender hasta los cinco mil dólares, según explicó un odontólogo a la revista Forbes en su más reciente edición.

A estas condiciones se suma el efecto que han tenido algunas medidas políticas, como las modificaciones hechas por el presidente de los EE.UU. al programa de salud de su país, llamado Medicare (conocido coloquialmente como Obamacare), el cual, mediante subsidios del gobierno, ofrecía cobertura médica a más de 30 millones de estadounidenses de bajos recursos que hasta ese momento no estaban asegurados.

Con dichos decretos que han desincentivado la afiliación de personas al programa de salud de esa nación, se calcula que habría un enorme potencial de pacientes sin seguro médico que México podría captar. Sin embargo, para lograrlo, aún hay algunos retos por superar.

El turismo médico se trata de una actividad económica muy importante, que aglutina diversos servicios: desde hospitales y laboratorios hasta hoteles, restaurantes y agencias de viajes.

Las áreas de oportunidad para la industria

Los beneficios del turismo médico en materia económica son evidentes, ya que alientan la inversión y generan empleos. De acuerdo con un análisis elaborado por Deloitte, en 2018, el tamaño de la industria del turismo médico en México alcanzó los 14.1 mil millones de dólares (9% del total a nivel mundial), con una contribución directa al sector turismo de 3.5 mil millones de dólares.

Con la creciente demanda de servicios clínicos, por parte de visitantes de otros países, no solo se dan empleos a médicos, enfermeras y camilleros; también se detonan otros sectores, como el de transportistas, hoteleros y el de recreación, por parte de los pacientes y todas las personas que los acompañan en sus viajes.

Para satisfacer esa demanda, México cuenta con la infraestructura adecuada, así como con un alto grado de capacitación profesional y equipamiento e insumos de última generación. Estas condiciones dan una gran ventaja a nuestro país como destino de turismo médico, pero todavía es necesario mejorar algunas cuestiones.

Un área de oportunidad muy importante son las capacidades lingüísticas, ya que en el país se requieren profesionales médicos o a nivel técnico (enfermeras, fisioterapeutas, camilleros) que cuenten con un adecuado manejo de idiomas para brindar un mejor servicio a los pacientes.

Por otra parte, se debe mantener el proceso de mejora continua de los clústeres médicos (grupos de empresas e instituciones interconectadas en el sector salud).

La operación de éstos implica actividades logísticas, económicas y comerciales, pero también una vinculación muy estrecha –y que debe cuidarse– con los centros académicos y de investigación. Al mismo tiempo que se trabaja en su promoción, a través de la creación de una marca y las recomendaciones dentro de la comunidad médica.

En tercer lugar, la industria del turismo médico puede aprovechar la sobreoferta de doctores que se gradúan en las universidades del país. Esta es una buena oportunidad para mejorar la calidad de los servicios y contribuir a la recuperación de los pacientes.

Finalmente, el desarrollo del turismo médico abre un enorme potencial para el sector de las aseguradoras, ya que todavía existen muchas restricciones en la venta de seguros médicos a los extranjeros que, de otra forma, podrían buscar, en mayor proporción, tratamientos en nuestro país.

Tomando en consideración todos los factores anteriores podemos concluir que México, en definitiva, es un destino en ascenso del turismo médico. Por ahora, solo queda atender los requerimientos de la industria para consolidar nuestra posición a nivel mundial y mantener los buenos niveles que, hasta la fecha, el sector ha mostrado.

La industria    del turismo médico puede aprovechar la sobreoferta de doctores que se gradúan en las universidades del país. Esta es una buena oportunidad para mejorar la calidad de los servicios y contribuir a la recuperación de los pacientes.

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