Potencial humano

Ciudad de México, 9 de abril de 2019.

La gran mayoría de las compañías alrededor del mundo busca identificar el alto potencial de los trabajadores; sin embargo, muchas de ellas lo hacen de forma incorrecta. De acuerdo con la revista Harvard Business Review, 66% de empresas alrededor del mundo invierte en programas de identificación de talento, pero solo 24% de ellos se considera exitoso.

Elaborar un diagnóstico adecuado sobre capital humano requiere, además de conocer las habilidades de las personas, identificar su capacidad de aprendizaje y de adaptación a diversas situaciones.

George Hallenbeck, del Centro para el Liderazgo Creativo de los Estados Unidos, ha señalado que “el potencial es poder zigzaguear y tener éxito en lugares que están fuera de tu zona de confort”.

Pero, ¿cómo medir el potencial de los colaboradores de una organización? Regularmente se establece una tabla de categorías, basada en estudios de comportamientos que son más probables a desarrollarse en el futuro. Se trata de una proyección de competencias, no de una evaluación del desempeño actual de los participantes.

Lo ideal es que este proceso sea realizado por parte de profesionales ajenos a la empresa, con la intención de darle mayor objetividad a la evaluación y evitar que interfieran en ésta cualquier tipo de sentimientos, como podría suceder con alguna instancia dentro de la empresa. Al mismo tiempo, esto favorecerá el manejo y comprensión de la información obtenida.

Los esfuerzos para evaluar y desarrollar el talento de los empleados es una tarea que ha cobrado relevancia en los últimos años, no solo en lo que respecta a las estructuras organizacionales, sino incluso como una política de desarrollo a nivel global. Tan es así que organismos como el Banco Mundial (BM) y gobiernos de diferentes países han acordado invertir en mecanismos para fortalecer y medir el capital humano¹.

Por ejemplo, desde finales de 2018, el BM estableció el Índice de Capital Humano, con el objetivo de cuantificar lo que cada país destina a rubros como educación y salud, y con ello, medir los niveles de riqueza de cada nación. Se trata, en síntesis, de transitar de un modelo mundial de riqueza basado en el PIB a uno centrado en el potencial de los miembros productivos de una sociedad.

En sintonía con este nuevo escenario, y ante la naturaleza cambiante del trabajo, es apremiante preparar a los profesionales para que enfrenten los desafíos del futuro y tengan mayores oportunidades de crecimiento. Evaluar adecuadamente su potencial será, por supuesto, una labor importante que generará un impacto no solo en su desarrollo, sino en el de toda la organización.

^{1. “Invertir en las personas para desarrollar capital humano” (2018). Banco Mundial. Fecha de consulta: 27 de marzo de 2019.}