Adiós a las '(L)IBOR'

Perspectivas

Adiós a las '(L)IBOR':

La transición a nuevas tasas de financiamiento

Las autoridades financieras han propuesto que, para finales de 2021, los bancos dejen de utilizar las Tasas Interbancarias de Oferta ('IBOR', por sus siglas en inglés) como base para determinar el costo de sus productos. ¿A qué se debe esto y qué consecuencias tendrá este cambio para las empresas?

En entrevista con Jon Fredrik Stryker, Socio de 'Treasury Advisory Services' en Deloitte México.

Ciudad de México, 7 de diciembre de 2020.

En 2012, las autoridades de Reino Unido detectaron algo que transformaría el mercado financiero mundial: algunos de los principales bancos globales, utilizando información falsa, manipularon a su conveniencia la Tasa Interbancaria de Oferta de Londres (LIBOR, por sus siglas en inglés).

La LIBOR, que se ha convertido en la tasa interbancaria más utilizada del mundo, surgió en 1986, cuando la Asociación de Banqueros Británicos la introdujo al mercado financiero de ese país, para establecer diariamente el interés (o costo de dinero) que dichas instituciones estarían dispuestas a pagar al contratar un préstamo interbancario.

Pronto, los bancos de todo el mundo adoptaron ésta y otras Tasas Interbancarias de Oferta (IBOR) similares, como modelos (o referencias) para determinar el costo de diversos instrumentos financieros en moneda extranjera (la mayoría, en dólares estadounidenses), como los financiamientos, las hipotecas, los créditos al consumo, entre otros.

Sin embargo, con el paso de los años, se descubrió que lo detectado en 2012 no era todo, sino que la publicación de información falsa, para influir y determinar el valor de las IBOR, se había convertido en un esquema utilizado por más bancos para manipular el mercado y obtener beneficios económicos.

Estas prácticas tuvieron consecuencias: los reguladores impusieron multas por cientos de millones de dólares y, para evitar que ocurrieran eventos similares, diversos países propusieron eliminar dichas tasas de referencia, entre ellos, Reino Unido, que en 2017 anunció la desaparición de la LIBOR, para finales de 2021.

Pero, ¿cuáles son las consecuencias de esta decisión? La primera es el establecimiento de nuevas Tasas Alternativas de Referencia (ARR, por sus siglas en inglés), las cuales ya no se basan en las estimaciones de un grupo reducido de bancos, como la LIBOR, sino en una metodología robusta, respaldada en operaciones reales del mercado financiero.

En México, por ejemplo, se comenzó a publicar, desde enero de 2020, la Tasa de Interés Interbancario de Equilibrio de Fondeo (TIIE de Fondeo), la cual se estima diariamente, con información real de los bancos, las casas de bolsa, el Banco de México y el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB). Con ella, además, se busca sustituir, a mediano plazo, la referencia anterior, es decir, la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE 28).

Sin embargo, a pesar de las ventajas y la certidumbre que traerá la eliminación de las tasas IBOR al mercado, esto también implicará importantes desafíos para las compañías con financiamiento u operaciones basadas en algunas de ellas. ¿A cuáles específicamente nos referimos y de qué forma podrían abordarlos?

Eliminar las tasas IBOR del mercado implicará importantes desafíos para las compañías con financiamiento u operaciones basadas en algunas de ellas.

Empresas: un futuro que debe renegociarse

Actualmente, el principal reto para las compañías de nuestro país es que gran parte de los instrumentos financieros que han contratado con instituciones bancarias (incluyendo los pasivos financieros) están basados en las antiguas Tasas Interbancarias de Oferta (como la LIBOR, para préstamos en moneda extranjera; o la TIIE 28, para operaciones en pesos mexicanos), las cuales van a desaparecer.

Esto quiere decir que el precio de estos instrumentos, una vez que se eliminen las IBOR, podría modificarse por la renegociación de los contratos para establecer en ellos las nuevas Tasas Alternativas de Referencia. ¿Qué hacer ante ello? Lo ideal será que las organizaciones comiencen a invertir tiempo y recursos en la evaluación de sus contratos vigentes para detectar, así, los cambios que les exige la transición, a fin de no resultar afectadas financieramente.

Algunos de los rubros en los que habrá un mayor impacto para las empresas son:

  • Préstamos con externos.
  • Préstamos intercompañías.
  • Inversiones de remanentes de efectivo.
  • Préstamos bancarios.
  • Bonos e instrumentos financieros derivados.

Pero el cambio no solamente tendrá repercusión en los productos financieros, sino también en las operaciones de las compañías, ya que una gran parte de ellas aún utiliza las tasas de interés actuales como base para crear proyecciones financieras, así como modelos de gestión de riesgos, y, por lo tanto, será necesario actualizarlos.

Ante este panorama, será aconsejable que las organizaciones, con el apoyo de asesores especializados, en caso de ser necesario, establezcan un plan de acción que favorezca, en los próximos meses, una transición sin contratiempos hacia las Tasas Alternativas de Referencia. En este proceso, dos aspectos serán indispensables: la renegociación de sus productos financieros con la banca y la transformación de sus procesos internos, desde los que tienen que ver con temas contables hasta tecnológicos y de control.

Es un hecho que la desaparición de las tasas interbancarias de referencia actuales será un reto importante para las empresas. Tener claridad sobre el impacto que este cambio puede generar en sus costos y operaciones, y buscar soluciones, de la mano de las instituciones financieras, será fundamental para que las organizaciones puedan hacer frente a los desafíos del futuro.

Será aconsejable que las organizaciones establezcan un plan de acción que favorezca una transición sin contratiempos hacia las Tasas Alternativas de Referencia. 

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