Gestión de riesgos en un mundo incierto

La contracción económica incrementó el riesgo de crédito tanto en clientes corporativos como minoristas. La presión por ingresos intensificó la reducción en gastos para la gestión de riesgos. En este marco se realizó la 12° encuesta sobre Gestión de riesgos de Deloitte (marzo a septiembre de 2020).

Las tendencias que emergen de las respuestas resultan en:

• Incremento del riesgo de crédito. El 62% de los encuestados establece que el riesgo de crédito será de alta prioridad durante los próximos 2 años.
• Gran foco en riesgos no financieros. Si bien prácticamente la totalidad de los encuestados establece que existe un adecuado manejo de los riesgos financieros, solo el 65% considera de igual manera la administración de riesgos no financieros. Muchas instituciones reconocen que existe trabajo pendiente en desarrollo de habilidades en estas áreas.
• Preocupación continua sobre ciberseguridad. 61% de los encuestados considera que administra adecuadamente el riesgo de ciberseguridad, pero el 87% establece que este riesgo continuará siendo de alta prioridad en los próximos dos años.
• Riesgos de terceras partes. Solo 44% de los encuestados establece que son muy efectivos en administrar el riesgo de terceras partes.
• Riesgos ESG (Ambiente, Social, Gobernanza). Con una preocupación creciente sobre el riesgo de cambio climático y la atención incremental en la responsabilidad social corporativa, el 47% de los encuestados establece que será una prioridad alta o extrema para las instituciones financieras.
• El potencial de la digitalización en la gestión del riesgo es otro punto destacado. La digitalización reducirá el costo asociado a la gestión del riesgo, pero los encuestados, establecen que aún la mayoría de las instituciones no ha adoptado estas tecnologías.
• Desafíos aún en la gobernanza de la gestión de riesgo, tanto en la adopción del modelo de tres líneas de defensa, en la actuación del Comité de Riesgos y en las funciones del Gerentes de Riesgo.
• Foco en las pruebas de estrés, reconociendo la necesidad de incorporar escenarios de estrés de riesgos no financieros.

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