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Transformación digital en Paraguay
Por Zulma Pizzurno, Gerente de Risk Advisory - Deloitte Paraguay
En los últimos años el término “transformación digital” forma parte de los objetivos estratégicos principales de varias entidades públicas y privadas a nivel nacional e internacional. Pero ¿qué significa la transformación digital en un contexto general? y ¿qué implica la adopción de la misma en los diferentes sectores económicos y en nuestra vida diaria?
Buscando el significado de trasformación digital, podemos encontrar lo siguiente:
“Es la reinvención de una organización a través de la utilización de la tecnología digital para mejorar la forma en que la organización se desempeña y sirve a quienes la constituyen”
“Es el cambio asociado con la aplicación de tecnologías digitales en todos los aspectos de la sociedad humana”
En términos prácticos y en un contexto general podríamos decir que la “transformación digital” es el cambio de lo “físico” a lo “digital”, siendo este último albergado y traducido por un artefacto tecnológico como ser: computador, teléfono inteligente, electrodomésticos, etc.
El Paraguay no está ajeno a esto y ha instalado su propia agenda digital, intentando con ello su propia “transformación digital” basados en los cuatro pilares diseñados para tal fin: Conectividad, Gobierno Digital, Economía Digital y Fortalecimiento Institucional.
No obstante, con la aparición del Covid-19 y la necesidad de aplicar el aislamiento social como una de las principales medidas para frenar el contagio, el término “transformación digital” cobró aún más fuerza y muchos actores del sector público y privado se han sumado a la búsqueda de iniciativas asociadas a la trasformación digital de su negocio como un medio que les permita subsistir ante la crisis que genera la pandemia.
En Paraguay, venimos experimentando iniciativas asociadas a la trasformación digital, y solo por citar algunos ejemplos podríamos mencionar que: la SET permite la presentación de DDJJ vía web, el IPS permite la administración de empleados desde su sitio web, así como el agendamiento y consulta de medicamentos vía apps, los bancos de plaza cuentan con web transaccional y en la mayoría de los casos app transaccional, Ande y Essap permiten el cobro de facturas mediante bocas de cobranza que a su vez cuentan con mecanismos de transacción digital, el poder judicial empezó a usar insipientemente los expedientes judiciales electrónicos, los supermercados y casas de electrodomésticos cuentan con plataformas e-commerce, las telefonías además de permitir gestiones de sus servicios de telefonía e internet mediante apps, han migrado a servicios de billetera digital. Podemos mencionar además que varios de los rubros mencionados han implementado chatbots o formularios digitales en sus sitios web para la atención de sus usuarios finales. Es importante acotar que, si bien varios de los casos mencionados han trabajado en mejorar la experiencia del cliente o usuario final con la implementación de la tecnología, en muchos de esos casos se registran tareas pendientes a nivel interno para agilizar procesos y la burocracia siempre reinante.
Por otro lado, no debemos olvidar que existe un grupo de entidades que se han mantenido con una mecánica de trabajo más tradicional ya sea por el tamaño, porque el rubro o la competencia no lo exigía, por no contar con recursos o simplemente por adoptar una actitud cómoda, en esos casos se puede observar prácticas de atención a usuarios de forma presencial, el manejo del papel como soporte de varias actividades y el uso de la tecnología de una forma más reservada. Sin dudas, este tipo de organizaciones han sido las más afectadas en lo que respecta a la continuidad del negocio en los tiempos que vivimos y por lo mismo muchas de estas empresas se vieron obligadas a aceptar a la tecnología como un aliado para su negocio, corriendo ciertos riesgos de vuelta por la inexperiencia.
En cualquiera de los escenarios presentes en nuestro país es importante tener en cuenta que no existe un check list que determine que una empresa ha logrado implementar la transformación digital de su negocio, así como no existe una receta única para su implementación, y si bien puede existir ciertos requerimientos comunes en función al rubro y sector económico al que pertenece, la realidad es que cada empresa debe evaluar su necesidad de automatización y digitalización, en función al servicio o producto que ofrece, al propósito de la compañía, la proyección del negocio y los objetivos estratégicos que tenga definidos.
Ahora bien, es importante tener en cuenta que la transformación digital en un espectro más amplio y a nivel país depende en gran medida de una conexión a internet de calidad, a bajo costo y con alcance a todas las zonas geográficas de nuestro país, condiciones que de momento no se encuentran presentes, pero que forman parte de la Agenda Digital del Gobierno, siendo uno de los principales objetivos mejorar la conectividad que como primer paso se definió establecer una Red Nacional de Fibra Óptica (RNFO) y como segunda medida la conexión de dicha red a cables submarinos de fibra óptica, sin depender de nuestros países vecinos.
Pero la transformación digital no está asociada únicamente a iniciativas mediante internet y sitios web, entre las iniciativas que podrían formar parte de un proyecto de transformación digital podemos citar: digitalización de documentos, factura electrónica, web transaccional, tableros dinámicos, código de barras, apps, robots, firma digital, entre otros. Considerando además que la adopción de nuevas tecnologías si bien es el punto de partida, no es solo eso, normalmente se encuentra asociado a cambios importantes en otros aspectos, por ejemplo: los procesos internos, el plantel de profesionales, la estrategia del negocio y la cultura, este último quizás es el más difícil de adaptar y a la vez es uno de los más importantes ya que permite el éxito de los diversos cambios que se vayan aplicando en materia de transformación digital.
Evaluado las ventajas que puede generar el uso de la tecnología en el negocio, de forma general podemos mencionar que permite:
- Agilizar los procesos involucrados.
- Mayor precisión de las actividades.
- Trazabilidad de las actividades.
- Establecer reglas para el desarrollo efectivo de actividades.
- Remplazar el papel físico.
- Albergar y procesar un gran volumen de información.
- Manejo ordenado de la información.
- Acceso rápido a los datos.
- Agrupar y consolidar la información para la toma de decisiones.
Además de evaluar los beneficios que se pueden obtener con el uso de la tecnología en el negocio, en un proyecto de transformación digital se debe considerar los mecanismos a implementar para proteger y monitorear la tecnología involucrada, que ante una gestión inadecuada podría poner en riesgo la continuidad del servicio y perjudicar inclusive la reputación de la compañía, exponiendo a la misma a la pérdida de confiabilidad y de clientes, entre otras cosas.
Para evaluar el riesgo involucrado, volvamos a nuestro concepto de transformación digital, donde decíamos que es el cambio de lo “físico” a lo “digital”, siendo este último albergado y traducido por un artefacto tecnológico, esto quiere decir que la información ya no la tenemos en un cajón bajo llave en el edificio de nuestra compañía, la tenemos en un servidor con conexión a internet, en un servidor alquilado cuya administración no está en nuestras manos o en la nube cuya infraestructura ni siquiera se encuentra en territorio nacional, entonces ¿Qué hacemos?.
En este sentido lo recomendable en primer lugar es analizar cada caso y ser conscientes de los riesgos asociados a la tecnología para luego gestionarlos. Clasificando los riesgos a alto nivel podemos citar los siguientes como los más relevantes o de mayor impacto:
- Pérdida de información: por fallas del servidor, por fallas en la trasmisión de la información o por eliminación voluntaria o involuntaria.
- Exposición y fuga de información sensible: por permisos de acceso inapropiados o por ataques internos o externos.
- Información incompleta o errónea: por falla de procesos automáticos, por saturación del servidor o por cambios inapropiados.
Finalmente podemos decir que la transformación digital llegó a Paraguay para quedarse, que debemos aprovechar y disfrutar de la experiencia y las bondades que ofrece, pero que a la vez debemos ser conscientes de que existe muchas aristas que atender para lograr el éxito deseado es este proceso.