Reajuste de cuentas públicas, corrección de precios y cambio estructural

Con el triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales se ha dado inicio a la implementación de un plan de reajuste de las finanzas públicas, saneamiento del balance del Banco Central y desregulación en sectores clave de la economía real, marcando así el comienzo de un período de cambio estructural y reacomodamiento de precios relativos.

Los desafíos para la nueva administración son múltiples: inflación en ascenso, déficit fiscal crónico financiado con emisión monetaria, fuertes distorsiones de precios relativos, vencimientos de deuda en moneda extranjera (en particular con el FMI), una deuda comercial de importadores muy por encima de los valores promedio, pasivos remunerados del BCRA que generan una gran carga de pago de intereses, reservas internacionales netas en niveles críticos y salarios reales muy debilitados.

Mientras que el 2023 estuvo signado por una de las sequías más severas de la historia, mayores precipitaciones permiten prever una fuerte recuperación de las exportaciones del sector agropecuario para 2024. A su vez, el sector energético configurará un factor clave tanto como fuente de divisas al país por mayores exportaciones como por el ahorro en importaciones de combustibles, dejando atrás muchos años de balanza negativa.

Estos factores configuran un 2024 marcado por profundos cambios en el esquema macroeconómico, financiero y político, en conjunto con una importante contracción en el PIB proyectada en 1.5%. La consistencia y credibilidad del nuevo programa económico determinará si en la segunda mitad del año se alcanzará la estabilización de la economía y una reducción de la inflación.