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Híbrido, presencial o remoto

¿Hacia qué modelo de trabajo deberían avanzar las empresas?

A fin de garantizar el bienestar de su talento y el éxito de sus operaciones, las organizaciones tendrán que evaluar diversos esquemas laborales como el híbrido, el presencial e, incluso, la habilitación de centros de trabajo periféricos que estén más cerca de los hogares de los profesionales.

En entrevista con Francisco Briseño, Socio de Capital Humano en Deloitte México.

Hasta hace algunos meses, se pensaba que, en cuanto pasara la pandemia, o por lo menos cuando el proceso de vacunación estuviera lo suficientemente avanzado, los profesionales podrían reincorporarse, gradualmente y con un mayor sentimiento de confianza, a sus centros de trabajo.

Sin embargo, conforme ha pasado el tiempo y aun cuando 61 millones de mexicanos (cerca de 50% de la población mayor de 18 años) ya cuenta con un esquema completo de vacunación contra el COVID-191, la mayoría de los trabajadores sigue mostrando cierta inseguridad para retornar a sus lugares de trabajo.

De acuerdo con el Tablero del Consumidor de Deloitte, a pesar de haber recibido ya la vacuna, solo 49% de los(as) encuestados(as) se siente seguro para regresar a sus oficinas o centros laborales y, de este porcentaje, quienes muestran una mayor disposición a hacerlo son las personas entre 18 y 34 años de edad.

Esta situación, y la consiguiente necesidad de garantizar la seguridad e integridad de sus colaboradores, ha hecho que las empresas exploren diferentes opciones para reanudar las labores en otros espacios fuera de los hogares.

¿Cuáles son esos modelos de trabajo hacia los que podrían avanzar las organizaciones? Francisco Briseño, Socio de Capital Humano en Deloitte México, conversó con nosotros, en entrevista, sobre éstas y otras cuestiones.

[1] Comunicado de la Secretaría de Salud, 4 de noviembre de 2021.

 

¿Por qué es importante, a nivel organizacional, el regreso al trabajo presencial?

Para algunas empresas, reunir a su gente en un mismo ambiente y espacio es fundamental, a fin de impulsar una cultura organizacional que les otorga identidad y valor. En estos momentos, si las compañías no cuentan con las plataformas tecnológicas que faciliten una interacción remota de calidad entre sus trabajadores, es muy complicado que transmitan a su personal los valores y principios que las hacen competitivas en el mercado.

Otro aspecto que es importante considerar es que los seres humanos estamos acostumbrados a adquirir nuevas habilidades mediante el trabajo colaborativo. Por ello, las empresas desean que, con la convivencia presencial entre los profesionales y sus líderes, se fomente la discusión, el intercambio de ideas y el aprendizaje, a la par que se mejora la eficiencia de ciertos procesos de trabajo y de comunicación, algo que no ocurre con el trabajo remoto.

Por otra parte, se debe entender que, para algunas personas, el regreso al trabajo en la oficina podría significar tener un espacio, ajeno al familiar, para desenvolverse, lo cual podría contribuir a mejorar su salud mental y la convivencia con sus seres queridos.

¿A qué razones podríamos atribuir la falta de seguridad o de confianza que siente la mayoría de los trabajadores para volver a su oficina?

Si bien es cierto que todavía no se supera por completo la pandemia, considero que un elemento fundamental ha sido la falta de estrategias de las empresas para dar a conocer cada una de las medidas y protocolos que han adoptado para combatir la emergencia sanitaria y garantizar el bienestar y la seguridad de sus profesionales. Si se cuenta, en cambio, con una comunicación adecuada, pueden combatirse mitos y rumores que podrían incrementar esa falta de confianza.

Por otro lado, durante el tiempo de confinamiento, algunos trabajadores se han convencido de que pueden trabajar de manera remota sin ningún problema y sin poner en riesgo su salud en el transporte o en los espacios públicos.

Recordemos que, antes de la pandemia, las personas solían invertir, diariamente, horas en el traslado a su lugar de trabajo y viceversa. Si desde entonces esto ya se traducía en un factor que impactaba su balance vida-trabajo, hoy, el transporte público puede ser considerado, por estos trabajadores, como un sitio de alto riesgo de contagio (incluso si ya cuentan con un esquema completo de vacunación).

Asimismo, otro factor que genera incertidumbre en buena parte de la población, sobre todo en los padres y madres de familia, es que, actualmente, deben cuidar a sus hijos en condiciones muy diferentes a las que existían antes del COVID-19: muchos niños todavía no tienen clases completamente presenciales; muchas estancias, como las guarderías, no han abierto; y, encargar a los menores con los adultos mayores representa un riesgo, porque son población vulnerable. En otras palabras, si regresan al trabajo presencial, los retos que enfrenten los profesionales que tienen hijos serán mayores.

Por todo lo anterior, será recomendable que las organizaciones diseñen una estrategia adecuada para regresar a la rutina presencial, colocando, en primer lugar, el bienestar y la seguridad de su gente. En México, por ejemplo, será necesario contemplar la reciente implementación de la NOM-35, normativa que busca prevenir problemas psicosociales para los trabajadores, toda vez que, en las condiciones actuales, la preocupación por el riesgo de contagio en el transporte público o en las oficinas puede ser un generador de estrés.

Finalmente, ¿qué acciones podrían tomar las empresas, en el contexto sanitario actual, para preparar un posible regreso a las oficinas?

Algunas de las medidas que las compañías pueden implementar son estudios sobre cómo el regreso a las oficinas podría impactar económica y socialmente en sus profesionales. En México, esto es un gran desafío, porque la mayoría de las empresas no cuenta con bases de datos de calidad acerca de su talento, ni las actualiza constantemente. Sin embargo, en Deloitte, podemos apoyarlas a implementar sistemas de información de calidad y a realizar estas evaluaciones, evitando errores y riesgos comunes.

Además, las compañías se están cuestionando si es conveniente mantener a todo su personal en un mismo centro de trabajo (como un edificio, por ejemplo), porque podrían, en vez de contar con un solo lugar, habilitar varios espacios, más pequeños y distribuidos en poblaciones periféricas y cercanas a sus profesionales. Haciendo esto, su gente podría disfrutar de múltiples beneficios, como trabajar en una oficina más próxima y con menos personas, sin necesidad de exponerse durante horas en el transporte público y contando con más tiempo para su vida personal y para el cuidado de sus hijos, cuando sea el caso.

Por otra parte, las organizaciones necesitan comenzar a identificar aquellos puestos de trabajo que, presencialmente, resultan indispensables para sus operaciones, a fin de garantizar su espacio en las oficinas y con buenas condiciones sanitarias, evitando el sobrecupo. El personal de asistencia, o soporte, por medio de una infraestructura tecnológica adecuada, podría laborar desde sus hogares sin inconvenientes, asistiendo a su lugar de trabajo únicamente cuando existan reuniones o asuntos de importancia.

Sin embargo, hay que considerar que podría ser un poco complicada esta adopción del trabajo remoto en áreas específicas de una organización, por parte de líderes que pertenezcan a generaciones acostumbradas al trabajo presencial, por lo cual será importante capacitarlos constantemente en el uso de nuevas tecnologías, para que puedan ejercer su liderazgo a distancia y satisfacer las necesidades laborales de nuestro contexto.

Hasta finales de la década de los 90, se decía que el cambio era la única constante para las organizaciones; sin embargo, en los últimos cinco años se agregó otra importante variable: la velocidad con la que éste ocurre.

Al ser cada vez mayor el ritmo con el que se presentan las transformaciones,
las empresas tienen que estar preparadas para ello.

Optar por un modelo laboral híbrido, presencial o virtual solo será el paso que daremos antes de que tengamos que asumir el reto de otro cambio. Pero, en todos los procesos de transformación, tendrá que garantizarse siempre una cosa: el bienestar de las organizaciones y, principalmente, el de su talento.

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