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El sector agro: en el foco de los inversores

Artículo de opinión escrito por Enrique Domínguez, socio de Financial Advisory de Deloitte

Atrás han quedado los tiempos en los que los inversores financieros más sofisticados buscaban negocios basados en procesos industriales complejos. Ahora esta tipología de inversor sigue la tendencia del mercado y las demandas del consumidor.

En 2017 se produjeron en el mercado español más de 20 operaciones corporativas en el sector, lo que evidencia el buen momento transaccional que atraviesa el mundo agro. La mayor parte de las operaciones han estado lideradas por inversores financieros que han sabido identificar un sector muy atomizado -más de 10.000 operadores en el mercado español- pero con buenos márgenes de rentabilidad. Esto, ligado al exceso de liquidez existente, ha provocado una avalancha de operaciones de compraventa a múltiplos de valoración elevados, y se espera que la tendencia continúe en los próximos meses.

Los segmentos del sector que han tenido más actividad son: el segmento más primario y ligado al origen como es el de frutas y verduras; la categoría más healthy vinculada con la alimentación natural y ecológica; y la rama con un mayor componente de I+D+i dedicada a la producción y creación de nuevas variedades.

Relevantes fondos de inversión tanto nacionales como internacionales han entrado en las diferentes categorías en los últimos meses a través de adquisiciones selectivas y seguro que en el corto plazo lideraran los procesos de concentración. El objetivo pasa por crear players de elevado tamaño con fuerte exposición internacional, que puedan competir con los grandes grupos internacionales como la americana The Hain Velestial Group o la holandesa Wessanen -esta última ya dispone de presencia en España tras la adquisición de Biogran a Nazca Capital-.

Cabe destacar también la categoría de alimentación ecológica y natural en el mercado nacional, con crecimientos de doble dígito en los últimos años. Si bien, todavía existen importantes barreras para estos operadores de cara a la consolidación de la categoría en el mercado -principalmente, precios más elevados que otros productos de consumo y dificultad para colocar sus productos en los lineales en la distribución organizada-, cuando comparamos la penetración en España de estos productos (40%) frente a la penetración media de los mercados europeos (80%) surge una ola de optimismo en relación con la evolución de la categoría en el medio plazo

Perspectivas y retos del sector

El sector cumple además dos de los principales requisitos que buscan los inversores: perspectivas a futuro e internacionalización. Es un sector con unas perspectivas de crecimiento muy ambiciosas y en materia de internacionalización, la gran mayoría de los operadores ya disponen de presencia en otros mercados, especialmente en Europa, cumpliendo con los diferentes estándares de calidad y adaptando sus productos a las necesidades de los consumidores europeos. La mayoría de los operadores nacionales saben que su crecimiento en el medio plazo debe estar basado tanto en la consolidación del sector a nivel nacional como en el incremento de su presencia en los mercados internacionales.

Como consecuencia del excelente comportamiento de la categoría, grupos nacionales de tamaño relevante, como por ejemplo: Ebro Foods, Calidad Pascual, Dulcesol, etc.- ya han puesto en marcha desarrollos internos para abordar la categoría de alimentación natural y saludable y quedarse así con un trozo del pastel. Estos operadores dominan el canal de distribución organizada, lo que les permite entrar más fácilmente en un canal complicado de acceder a día de hoy -solo el 12% de los productos son comercializados por este canal de venta- y que sin duda debe adaptarse a las nuevas necesidades del consumidor.

Uno de los principales retos del sector es la profesionalización. Esto está estrechamente ligado a la capacidad de abastecimiento de materia prima en origen, siendo muy dependiente tanto de las cosechas como de los propios agricultores. Si bien algunos operadores del sector disponen de acuerdos relativamente estables que les garantizan el suministro en origen, todavía la mayoría de las compañías dependen de pequeños y medianos agricultores con los que tienen acuerdos de corto plazo. Esta situación puede provocar cierta intranquilidad para aquellos actores que están aprendiendo el funcionamiento del día a día de las operaciones, y que ven como una parte muy relevante del negocio no la pueden tener atada con relaciones de medio y largo plazo.

En los próximos meses se prevé que las operaciones corporativas en este segmento continúen, principalmente liderados por grupos de capital riesgo, dirigidas a llevar a cabo el necesario proceso de consolidación -del mismo modo que está ocurriendo en otras categorías del sector alimentación-. Se espera que los grandes players internacionales del sector sigan muy de cerca los movimientos corporativos que se produzcan e incluso que lideren los mismos a través de adquisiciones o toma de participaciones relevantes. El mercado español tiene un tremendo atractivo para ellos y seguro que serán un actor relevante en el panorama transaccional del sector.

Artículo publicado en Expansión el 24 de marzo de 2018.