Preparación crisis empresarial

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¿Cómo preparase para una crisis empresarial?

"Cuando estalla el trueno ya es demasiado tarde para taparte los oídos"

"Existen dos tipos de empresas o compañías, las que han sufrido una crisis y las que la van a sufrir"

La realidad del actual contexto empresarial refleja que, en materia de gestión de crisis, sólo existen dos tipos de compañías: las que han sufrido una crisis y las que la van a sufrir. 

Ésta situación requiere una preparación exhaustiva, que reduzca la influencia de las debilidades de la organización y permite incrementar la relevancia de las fortalezas. De esta forma, preparase para una crisis parte de una buena estrategia que garantice una gestión ordenada y eficiente, minimizando el impacto negativo tanto en la empresa como en sus grupos de interés.

El coste que supone para la compañía una buena preparación ante una crisis es elevado, pero, ¿lo hemos considerado como una inversión que permite organizar los recursos y fortalecer la estructura de la compañía? Desde esta perspectiva, todo esfuerzo, preparación y recurso empleados en reforzar la capacidad de la compañía para responder a una crisis orienta con mayor precisión nuestras necesidades.

Las nuevas tecnologías permiten avanzar en disciplinas de prevención y anticipación de una crisis. En primer lugar, la creación de una política de comunicación específica para cada estadio de la crisis es fundamental. Además, en segundo lugar, la experiencia y formación de un equipo profesional adecuado agiliza e impulsa el valor de una buena gestión de crisis. Finalmente, la clave para garantizar la preparación de la organización reside en la aplicación de simulaciones, convirtiendo la respuesta de la compañía ante cada situación en una herramienta idónea para mejorar el rendimiento ante una crisis.

Preparación crisis empresarial

En este caso, las simulaciones son el entrenamiento necesario para que la compañía identifique y evalué el nivel de preparación y su propia capacidad de respuesta frente a una crisis. Asimismo, permiten formar a los equipos de trabajo para actuar con flexibilidad y precisión ante las situaciones que se puedan plantear, tomar las decisiones adecuadas y agilizar los procesos de comunicación tanto interna como externamente. Y todo ello, con el firme objetivo de generar confianza y seguridad en todos sus públicos de interés.

Desde nuestra experiencia, consideramos que un buen gestor de una crisis debe ser, por encima de todo, rápido y efectivo, porque las primeras horas son decisivas para la evolución de la crisis. En este sentido, la monitorización es una ayuda imprescindible, pues permite prever con nitidez una crisis y, sobre todo, ayuda a identificarla y tipificarla (ver tipos de crisis) para poder darle una respuesta adecuada.

Conocer los riesgos a los que nos enfrentamos es la diferencia entre poder anticipar y gestionar una crisis o estar expuesto a las consecuencias de no comprender su importancia y alcance.

Una vez diagnosticados indicios de una crisis a través de una efectiva monitorización, es fundamental tener un plan de acción para poder ofrecer una respuesta rápida y efectiva.