Reindustrialización en España

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La hoja de ruta de la reindustrialización en España 

El brutal impacto en nuestra economía provocado por el COVID-19, pone otra vez sobre la mesa el debate de la reindustrialización competitiva del sector en España. Históricamente, España se ha encontrado con dificultades a la hora de competir con sus vecinos europeos debido, principalmente, a tres factores: el reducido tamaño de nuestras empresas, la limitada productividad del trabajo y una insuficiente inversión en I+D+i.

Las empresas españolas tienen una media de 4,7 trabajadores, una cantidad algo superior a los 4 de Italia, pero que queda por debajo de los 5,7 de Francia y muy lejos de los 11 de Reino Unido y los 11,7 de Alemania. Este factor, sin duda, disminuye la productividad y la resiliencia de las compañías ante embestidas económicas como la actual.

Por otro lado, y según datos del Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, España ocupa el puesto 23 entre las 141 economías analizadas. Respecto a los países de la zona euro, España se sitúa en octava posición.

Finalmente, el gasto en I+D+i interna alcanzó los 14.946 millones de euros en 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística, lo que representa el 1,24% del PIB. La media de la Unión Europea es del 2,12%.

En este contexto, España debe concentrarse en desarrollar sectores de tamaño medio pero alto valor añadido y otros sectores estratégicos que tengan un elevado efecto arrastre en la economía. Nuestras empresas deben centrarse en tres ámbitos esenciales de la gestión: impulsar los clústeres para hacer frente al reto del tamaño, mejorar la formación para aumentar la capacitación de los trabajadores y afrontar inversiones en I+D+i de manera colaborativa a nivel sectorial, involucrando a Universidades y Administraciones. Asimismo, es clave afianzar las cadenas de suministro de los sectores industriales, para evitar la dependencia de mercados de riesgo y avanzar en el posicionamiento del país como actor relevante en las cadenas de suministro a nivel mundial.

Es necesario afrontar los retos de forma colaborativa, identificando espacios de colaboración entre empresas que compiten en los mismos sectores. Además, es fundamental aprovechar la ventana de oportunidad que suponen las tecnologías vinculadas a la Industria 4.0 como la robótica, la analítica, la inteligencia artificial, las tecnologías cognitivas, la nanotecnología y el Internet of Things (IoT); entre otras. La crisis actual puede representar una oportunidad para avanzar en la digitalización de las operaciones y sus procesos de soporte, donde es fundamental la aplicación de las nuevas tecnologías, y sobre todo tener muy bien asegurados los protocolos de ciberseguridad asociados.

La situación actual puede ejercer de resorte a corto y medio plazo para poner en marcha un proceso de reindustrialización de la economía española, que redunde en una mayor generación de riqueza y en una industria más competitiva a largo plazo. 

Artículo publicado en el diario La Razón