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6 claves para conseguir smart cities inclusivas

La importancia de la inclusión en las ciudades inteligentes

Las iniciativas en smart cities deben poner el foco en los ciudadanos para involucrarles en la creación de soluciones y maximizar los beneficios obtenidos.

Existen seis facilitadores para dar vida y hacer más inclusivas a las ciudades inteligentes: datos y seguridad, digitalización y tecnología, ecosistema, finanzas y financiación, organización interna y políticas y regulaciones. Los desgranamos a continuación.

Datos y seguridad

La aparición de plataformas digitales y dispositivos conectados han impulsado a las ciudades a integrar datos para adaptar los servicios a las necesidades de las personas. Sin embargo, cuando los gobiernos no logran involucrar a los ciudadanos en las decisiones con respecto a cómo se usan sus datos, corren el riesgo de socavar la utilidad y la confianza en la gestión de datos públicos. Pero estos obstáculos se pueden evitar con los siguientes enfoques:

  • Proteger los derechos digitales de los ciudadanos: los gobernantes deben relacionarse directamente con los habitantes para construir y codificar los derechos digitales. De esta forma, aumenta la confianza social y la aceptación de iniciativas de ciudades inteligentes que dependen de los datos públicos.
  • Dirigirse a poblaciones "digitalmente invisibles": algunos líderes tienen dificultades para recopilar los datos de los residentes "digitalmente invisibles", es decir, aquellos que son de difícil acceso. Los CDO y los encargados de formular políticas pueden abordar este problema mejorando la gestión de los conjuntos de datos públicos, lo que generalmente implica mantener un inventario de datos a través de silos organizacionales, mapear el recorrido de datos desde el punto de recolección e identificar a este tipo de población.
  • Eliminar sesgos basados ​​en datos: además de evaluar la privacidad y la transparencia de los datos, las ciudades pueden medir la precisión y el impacto de los algoritmos basados ​​en datos que guían las políticas y las decisiones operativas. Y es que los defensores de los grupos históricamente marginados argumentan que estas herramientas analíticas a veces discriminan inconscientemente a los residentes en función de la información demográfica.
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Digitalización y tecnología

La participación de los ciudadanos en smart cities depende de su capacidad para acceder y navegar por canales y servicios digitales de manera efectiva. A pesar de las expansiones en la infraestructura de banda ancha urbana durante las últimas dos décadas, muchos habitantes aún carecen de acceso a Internet de alta calidad. El 5G tiene el potencial de expandir drásticamente las capacidades de Internet inalámbrico y mejorar la conectividad para dispositivos móviles. Si bien estas tendencias representan un paso en la dirección correcta, muchas ciudades aún enfrentan brechas en la adopción y uso de Internet:

  • Evaluar la disponibilidad de infraestructura de Internet: las ciudades que buscan expandir la conectividad digital pueden comenzar evaluando la disponibilidad de infraestructura de Internet y catalogando las diversas modalidades por las cuales los servicios son accesibles. Usando esta información junto con los datos de adopción de Internet, las ciudades pueden identificar hogares que pueden ser excluidos de los servicios habilitados digitalmente.
  • Realizar encuestas de tasas de adopción de Internet: las tasas de adopción de Internet pueden variar en función de la asequibilidad de los planes y la disposición de los ciudadanos a pagar por ellos. Las encuestas de adopción de Internet en los vecindarios ayudan a las ciudades a comprender mejor por qué algunos residentes eligen no suscribirse a estos servicios y, en consecuencia, establecen programas personalizados para mejorar los niveles de adopción.
  • Establecer programas de alfabetización digital: más allá del acceso y adopción a Internet, las ciudades también deben garantizar que sus habitantes tengan conocimientos y habilidades digitales adecuadas. Trabajando con bibliotecas, educadores, centros comunitarios, organizaciones sin ánimo de lucro y empresas, las ciudades pueden establecer programas de alfabetización digital para enseñar a los ciudadanos habilidades básicas para utilizar un ordenador, navegar por la web y mantener sus datos seguros.

Ecosistema para impulsar la creación comunitaria

Muchas ciudades están adoptando nuevos modelos de participación comunitaria que llevan a los ciudadanos, las organizaciones cívicas, las empresas y otras partes interesadas al proceso de creación de soluciones. Sin embargo, cuando los grupos históricamente marginados están excluidos o subrepresentados en este tipo de iniciativas, las ciudades se arriesgan a diseñar soluciones que pueden no satisfacer sus necesidades. Para involucrar al conjunto de la ciudad es necesario lo siguiente:

  • Establecer laboratorios de vida inclusivos: la creación de espacios públicos donde probar soluciones inteligentes simulando situaciones reales y comprender cómo interactúan con los ciudadanos y la infraestructura pública, permiten a las ciudades evaluar cómo una iniciativa puede ser recibida, y hacer los ajustes necesarios antes de implementarla en toda la ciudad.
  • Desarrollar comités asesores: un comité asesor compuesto por residentes de la ciudad sirve como plataforma para que los representantes de este comité expresen las necesidades y preferencias de su comunidad.
  • Utilizar crowdsourcing multimodal: implica reunir puntos débiles, ideas y comentarios de los miembros de la comunidad a través de diferentes métodos de intercambio de información. Las ciudades pueden usar una variedad de herramientas digitales para aprovechar la inteligencia colectiva de los constituyentes, pero también deben realizar actividades de divulgación en persona para llegar a la mayor parte de la población.

Financiación de las smartcities

La financiación de servicios smart en las ciudades se caracterizan por grandes costos tecnológicos iniciales. Así pues, las ciudades deben tratar de incentivar a los desarrolladores de soluciones, proveedores de tecnología y otros actores del sector privado para implementar soluciones que beneficien también a los grupos históricamente marginados de la siguiente manera:

  • Desarrollar fondos de inclusión público-privados: los gobiernos locales pueden agrupar fondos del sector público y privado para abordar desafíos específicos de equidad al alinear los incentivos del sector público y privado en torno al uso de la tecnología y el crecimiento económico. En particular, las ciudades pueden trabajar con compañías de telecomunicaciones y tecnología para facilitar el acceso a Internet, por ejemplo, lo que beneficia a las comunidades locales y al mismo tiempo amplía las bases de clientes de estas compañías.
  • Lanzar retos de innovación: los desafíos patrocinados por la ciudad pueden ser un método efectivo para estimular la innovación pública y desbloquear la inversión del sector privado utilizando una cantidad limitada de fondos del gobierno. Estos retos implican un compromiso del gobierno para proporcionar capital semilla a los desarrolladores de soluciones centrados en abordar los desafíos urbanos específicos identificados por los líderes de la ciudad. Estos programas pueden ayudar a demostrar la viabilidad de las nuevas tecnologías y modelos de servicio al tiempo que evalúan el impacto que tienen en la comunidad.
  • Aprovechar las compras competitivas: las ciudades pueden aprovechar su poder adquisitivo para incentivar a los proveedores de servicios a abordar los desafíos de inclusión. De hecho, son muchas las ciudades que están utilizando estrategias competitivas de adquisición para reducir las brechas de acceso de banda ancha al exigir que los proveedores ofrezcan planes asequibles para hogares de bajos ingresos.

Organización interna

Las iniciativas de ciudades inteligentes abarcan una amplia gama de dominios y aplicaciones, pero a menudo son planificadas y ejecutadas por los jefes de datos, tecnología o innovación. Si bien estas oficinas albergan los recursos necesarios para administrar las inversiones en tecnología, rara vez poseen las relaciones comunitarias mantenidas por otros departamentos de la ciudad, como salud, desarrollo económico o agencias familiares. Así pues, es necesario impulsar la colaboración intergubernamental con el personal experto en tecnología.

  • Crear consejos internos con lazos con comunidades subrepresentadas: un consejo de inclusión dedicado a las poblaciones subrepresentadas puede ayudar a las iniciativas de ciudades inteligentes a reflejar la verdadera diversidad de las necesidades de sus ciudadanos. Las ciudades pueden empoderar a estos consejos al exigir su aprobación de nuevas iniciativas de ciudades inteligentes y elevar públicamente su perfil.
  • Empoderar a los empleados de la ciudad con habilidades y herramientas tecnológicas: a medida que la tecnología está cada vez más integrada en las operaciones de las ciudades, las oficinas de innovación pueden armar a otros departamentos de la ciudad con las herramientas y habilidades necesarias para desarrollar soluciones inteligentes que aborden los desafíos de inclusión y, de paso, intercambiar conocimiento entre departamentos.
  • Favorecer la comunicación interdepartamental: las ciudades pueden crear canales de comunicación entre departamentos, prácticas de intercambio de datos y almacenes de datos.

Política y regulación

Las ciudades usan políticas y regulaciones para establecer expectativas y guías para iniciativas de ciudades inteligentes. Cuando se implementan adecuadamente, estas herramientas pueden servir como plataformas efectivas para gestionar la influencia de proveedores privados y proteger los intereses de las poblaciones subrepresentadas.

  • Desarrollar políticas de privacidad que prioricen a los ciudadanos: las nuevas tecnologías y las prácticas de recopilación de datos, como cámaras y videovigilancia, han ampliado las preocupaciones de privacidad de muchos ciudadanos. Para gestionar estas preocupaciones, las ciudades pueden educar mejor a la comunidad sobre los objetivos y capacidades de las tecnologías propuestas.
  • Actualizar las reglamentaciones municipales para llegar a los ciudadanos difíciles de atender: las políticas y regulaciones municipales, como los permisos, las licencias y las normas de zonificación, son palancas que los gobiernos municipales pueden utilizar para avanzar en implementaciones de tecnología más inclusivas. Las ciudades pueden requerir que los proveedores de tecnología implementen soluciones de una manera más inclusiva y reduzcan las barreras regulatorias para los proveedores que abordan los desafíos de inclusión.
  • Establecer objetivos y métricas orientados a la inclusión: los ayuntamientos pueden demostrar su responsabilidad y compromiso con la inclusión digital con objetivos y métricas que midan las iniciativas de ciudades inteligentes en los planes estratégicos de la ciudad.