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Visión del mercado del GNL a 2025

Navegando el nuevo paradigma de los mercados de GNL en un entorno de sobreoferta

El gas natural es el combustible fósil con menores emisiones de CO2, por eso se va a convertir en una pieza clave en la transición energética. Se espera que el consumo de gas hasta 2050 crezca a tasas cercanas al 1.5% anual a nivel mundial, desplazando así al petróleo y al carbón como principales vectores energéticos. Para que esto sea posible, dada la lejanía entre consumidores y productores de gas natural, el GNL deberá convertirse en la palanca para el desarrollo de la industria gasista, aportando flexibilidad, agilidad, y adaptabilidad a un perfil de consumo cada vez más volátil.

Esto va a ser posible porque en la última década se ha ido fraguando una estructura comercial capaz de soportar un único mercado mundial de GNL. De este modo, poco a poco se han ido rompiendo las rígidas estructuras de los contratos a largo plazo indexados al petróleo, para dar paso a unas estructuras de flujos más flexibles. Las nuevas estructuras se caracterizan por menores plazos, transacciones spot (solo un barco) y por la diversidad de indexaciones usadas. En este sentido, la fijación de precios ha evolucionado de la pura indexación al precio del petróleo, totalmente desligada de las inercias del mercado de gas natural, a una indexación fijada cada día más en torno a los grandes mercados gasistas: Henry hub, el TTF y JKM. El comercio de GNL spot alcanza ya un c.30% de los 550Bcm comerciados en 2018 y los mercados gasistas tienen una liquidez creciente que permite reducir los riesgos de precio a varios años vista e incluso soportar decisiones de inversión.

Esta consolidación de un mercado mundial de GNL se enfrenta a grandes retos en un futuro próximo, siendo el principal reto definir si habrá o no sobreoferta de GNL y en caso de que la haya, cuánto durará la misma. Históricamente, y dado el gran tamaño de las plantas de licuefacción que equivalen a demandas de países enteros, el mercado de GNL se ha movido en ciclos de sobreoferta y sobredemanda. En este momento nos encontramos a las puertas de uno de los mayores ciclos de sobreoferta, causado principalmente por dos hechos: la puesta en marcha con retraso de varios proyectos como Gorgon, Wheatstone Prelude, Itchys, que suman más de 50bcma y que permitirán a Australia superar los 100bcma de capacidad desbancando a Qatar como mayor productor 100bcma, (entre ambos países aglutinan ya un tercio de la producción mundial). Y que Estados Unidos ha iniciado su incursión en el mercado de GNL con el objetivo de alcanzar una capacidad productiva superior a los 70bcma antes de 2020. Esta situación podría agravarse debido a que otros proyectos persiguen alcanzar la fase de producción (FID) como son Artic LNG (27 bcma), Mozambique LNG (30bcma), la expansión de Qatar (40bcma) y los más de 100bcm adicionales en proyectos en Norte América. Esto es, antes de 2025 podría sumarse otros 200bcms de capacidad de producción de GNL. Se espera que el GNL mantenga ritmos de crecimiento superiores al 6% anual. 

Ante este gran aumento de capacidad, la razón por la que no hayamos entrado aun en un mercado de fuerte sobreoferta mundial a día de hoy, es el increíble crecimiento de la demanda de GNL desarrollada en China en los 3 últimos años. Sin embargo, cuando analizamos las causas del crecimiento de demanda de China, podemos ver que éste viene derivado de la necesidad de cumplir con sus obligaciones de ToP adquiridas, y no a un cambio estructural a medio plazo de su matriz energética o de su mix de suministro de gas natural. En los próximos años será complicado que China mantenga estas tasas de crecimiento de consumo de GNL y, por tanto, lo que veremos será un crecimiento más moderado, principalmente por el desarrollo del gas no convencional y la entrada en funcionamiento del gaseoducto que traerá gas ruso de Siberia (30bcm). Otros grandes consumidores como Corea o Japón, el mayor importador de GNL con c.120bcm, van a ver reducida su demanda sustancialmente debido principalmente al desarrollo de generación renovable y al aumento de la eficiencia energética. Mercados nichos como Argentina o Egipto dejarán de importar debido al aumento de su producción local. Estos factores complicarán la continuidad de las tasas altas de crecimiento en los próximos años, lo que ha hecho que se ponga el foco sobre el potencial incremento de demanda en Europa como desagüe para el GNL, debido principalmente a la sustitución del carbón en su camino a la descarbonización. Este escenario parece poco plausible, por el aumento de las interconexiones con países exportadores como Azerbaiyán, Rusia o Argelia, unido a una política acelerada de descarbonización, que también impulsará la eficiencia energética y las renovables más allá de lo inicialmente esperado (32% frente 27%), dejando un hueco reducido para el GNL que se puede estimar en menos de 75bcm en 2025 desde los cerca 100bcm actuales.

Esto nos lleva a un escenario en el que la demanda crecerá ligeramente por debajo del 5%, mientras la oferta lo hará por encima del 6% desde 2019 a 2025. En este sentido, lo más probable es que estemos en un escenario de severa sobreoferta, por lo que las principales características del mercado serán los bajos precios internacionales del gas y del GNL en el entorno de los 4-5$/mmbtu en origen, la dificultad para arbitrar entre las distintas cuencas por los escasos márgenes, y los reducidos beneficios o pérdidas que deberán de soportar los comercializadores de GNL.

En este nuevo paradigma el transporte de GNL tendrá una mayor relevancia, pues será la única palanca para generar picos de precio fruto de una potencial escasez de barcos disponibles. Esto ya ocurrió el pasado otoño, cuando la fuerte contratación por parte de China de barcos para el suministro invernal y su uso como almacenamiento temporal, dispararon los precios del GNL mundial. El desarrollo de nuevas rutas mucho más largas entre Norte América y Asia, unido a la capacidad limitada del canal de Panamá, que solamente puede ser cruzado por un barco en cada sentido al día, pueden provocar una escasez de barcos que disparé los precios de flete. En el futuro próximo se espera que los precios de flete se sitúen en el rango de los 70.000-100.000$/día frente a los 40.000-50.000$/día a los que habían venido cotizando desde 2013.

Las empresas deberán enfocarse en la integración vertical y la escala mínima eficiente. Las principales petroleras ya están dando pasos en esta dirección, integrándose verticalmente en el negocio de transporte y comercialización del GNL y esperemos que en el corto plazo también se integren en la comercialización del gas natural y la generación con ciclos combinados. Por otro lado, hemos visto a comercializadores de GNL y “traders” crear empresas conjuntas y alianzas estratégicas para la gestión de las carteras de GNL en la búsqueda de una escala mínima eficiente. En los próximos años, para ser capaces de navegar la ola de sobreoferta, se darán grandes procesos de consolidación industrial que generarán nuevos campeones integrados alrededor del negocio de GNL, acompañados de compañías de nicho con escala eficiente en partes puntuales de la cadena de valor.

Conoce a nuestro experto

Luis Del Barrio Castro
Senior Manager de Monitor Deloitte

Luis tiene más de 12 años de experiencia en la industria energética. En los últimos 7 años ha trabajado en consultoría estratégica para grandes empresas energéticas e IOCs como experto en Gas y GNL. Durante este período, ha participado en diversos planes estratégicos, due diligences, estrategias de venta minorista (segmentación de clientes, optimización de costes, gestión de la tasa de deserción, etc.), proyectos de entrada al mercado, renegociación de contratos y gestión regulatoria.