Viajar, un ‘lujo’ para muchos debido al estrés financiero

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Viajar, un ‘lujo’ para muchos debido al estrés financiero

De acuerdo con el último sondeo del Tablero del Consumidor de Deloitte, el estrés financiero es uno de los factores que más han incidido para que los turistas de América Latina decidan no viajar en estos momentos: 7 de cada 10 indican, como razón principal para no viajar, que no pueden costearlo/permitirse ese lujo.

En entrevista con Claribel Sánchez, Socia Líder de Hospitalidad en Deloitte Spanish Latin America, y Teresa Solís, Industry Expert de Turismo Sostenible y Desarrollo Regional en Deloitte México.

Ciudad de México, 28 de noviembre, 2022.

A casi tres años del inicio de la pandemia de COVID-19, y justo en un momento en el que a las personas parece preocuparles menos el riesgo de contagio en cualquier destino al que vayan, existe otro factor que limita sus decisiones de viaje: el estrés financiero.

Los altos niveles de inflación, lo cual ha repercutido en los precios de los insumos y los servicios en todas las industrias, así como la incertidumbre de su situación financiera en los próximos años, son algunas de las principales causas de preocupación entre las personas de los estratos económicos medio y bajo.

Este contexto plantea diferentes retos y oportunidades tanto para los consumidores como para las empresas del sector turístico. ¿Cuáles son? ¿Cómo afrontarlos y cómo sacar provecho de esta etapa desafiante? De ello nos platican Claribel Sánchez, Socia Líder de Hospitalidad en Deloitte Spanish Latin America, y Teresa Solís, Industry Expert de Turismo Sostenible y Desarrollo Regional en Deloitte México, a quienes entrevistamos sobre el tema.

¿Cómo está afectando el estrés financiero en las decisiones de viaje de las personas?

Claribel.- El estrés financiero puede generar ansiedad y la sensación de vulnerabilidad y escasez de recursos. Como consecuencia de la pandemia de COVID-19, ha sido evidente que muchos turistas han sufrido graves secuelas en su vida personal y en su situación financiera, de modo que eso ha impactado en muchas de sus decisiones, entre ellas, la de si viajan o no.

El Tablero del Consumidor de Deloitte, en su edición más reciente, muestra que 7 de cada 10 personas encuestadas señalan, como razón principal para no viajar, que no pueden costear esa actividad a la que muchos llegan a considerar un “lujo”.

Teresa.- Actualmente, se observan dos tendencias en la industria turística: por una parte, entre las personas de toda la región que empezaron a viajar desde hace algunos meses, ha bajado el sentimiento del riesgo sanitario y están regresando a sus hábitos normales de viaje. Por otro lado, mucha gente ha resentido los efectos de la inflación en todos los sectores, en particular, en el de transporte (debido a los incrementos en los precios de las gasolinas y los combustibles) y en el hotelero y restaurantero (por el aumento del costo de muchos insumos).

Por ese motivo, los consumidores están siendo más cuidadosos con sus decisiones y con la administración de sus recursos para viajes, previendo, al mismo tiempo 2023 será complicado en términos de crecimiento económico.

¿De qué manera impacta esta situación a la industria turística nacional?

Claribel.- El estrés financiero ha impactado negativamente a las personas, tanto en el plano de la salud como en los ámbitos de las relaciones familiares y de viajes de placer. Eso le afecta a la economía familiar y, al momento de tomar decisiones, las personas se preguntan si es una buena opción hacer este gasto.

Los impactos internacionales de la invasión rusa en Ucrania han generado una disminución amplia en el turismo de América Latina, ya que muchos destinos de la región solían ser frecuentados por turistas que en estos momentos se están viendo afectados por el conflicto bélico.

Teresa.- Los viajes son una actividad muy importante en términos de bienestar de las personas, porque representan una oportunidad para cambiar de ambiente, convivir con la familia, con amigos o con la pareja.

Sin embargo, como consecuencia del impacto económico de los tres últimos años en Latinoamérica, hay un mayor número de pobres, lo cual quiere decir que creció el número de personas que no tiene posibilidades de viajar. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la crisis de salud del COVID-19 provocó que la tasa de pobreza extrema en América Latina pasara de 13.1%, en 2020, a 13.8% en 2021, lo que representa un retroceso de 27 años1.

En cambio, los grupos de mayores ingresos aún tienen la posibilidad de viajar, ya que fueron los menos afectados en su situación financiera, incluidos los recursos que tenían disponibles para visitar tanto destinos nacionales como internacionales.

En ese sentido, los turistas de los Estados Unidos y de Canadá que optan por los destinos de México, del Caribe o del Cono Sur tienen mayores posibilidades de seguir viajando, gracias a la apreciación de sus monedas en los países de
Latinoamérica. Esas personas bien pueden pasar temporadas cortas o largas en cualquiera de los destinos de la región.

Generalmente, cuando hay un estrés económico en los Estados Unidos o en Canadá, lo que ocurre con los turistas que provienen de allá es que sus decisiones de viaje no se manifiestan en dejar de viajar, sino más bien en reorientar el tipo de viaje. Es decir, el viaje de larga distancia, que es más caro por las condiciones de inflación y por la incertidumbre financiera, muchas veces se redirige hacia destinos más cercanos. En consecuencia, los destinos mexicanos y los del Caribe tienen una mayor ventaja que otros de la región, en cuanto a las preferencias.

Claribel.- Los turistas también han buscado algunos medios para viajar a ciertos destinos, a un menor costo. Por ello, durante los últimos años, hemos visto el incremento en el uso de plataformas de alojamiento, impulsado principalmente por aquellos turistas que no pueden pagar una larga estadía en ciertos lugares y que optan por esta modalidad que ha crecido de forma importante en los últimos años.

La plataforma Airbnb, por ejemplo, ha reportado en sus resultados financieros más recientes la reserva de casi 100 millones de noches y experiencias alrededor del mundo, durante el tercer trimestre de 2022, lo que representa un incremento de 25% con respecto al mismo periodo del año anterior, así como 15,600 millones de dólares en valor bruto por concepto de reservas, es decir, 31% más que en el mismo lapso del año previo2.

América Latina no ha sido una excepción a este crecimiento, pues, así como ha ocurrido en todo el mundo, en esta región el número de noches experiencias reservadas en tal plataforma pasaron de 33.9 millones, en 2019, y 22.4 millones, en 2020, a 38.8 millones, durante 2021, según datos de Statista3.

El crecimiento de esa plataforma se debe a que dicha modalidad dentro del sector turismo genera menos costos para los turistas y les permite conocer el destino de forma satisfactoria.

¿Qué acciones se están realizando o se pueden realizar para que, a pesar de las condiciones actuales que generan estrés financiero, se pueda impulsar el turismo?

Claribel.- Considerando todo lo que está sucediendo a nivel mundial (incertidumbre económica, alta inflación, etcétera), una de las acciones que se pueden realizar es generar ofertas atractivas, con planes de pago en agencias de viaje. Quizá la promoción de destinos turísticos accesibles para los diferentes tipos de turistas.

A nivel Latinoamérica, se han creado alianzas estratégicas para promover la seguridad social, lo cual se ha llevado a cabo, de manera conjunta con autoridades gubernamentales de cada región, y ello ha generado un impacto muy positivo. República Dominicana, por ejemplo, fue uno de los países que incrementó sus medidas de seguridad, lo cual garantizó un incremento de la ocupación turística en 2021 y 2022, en conjunto con las autoridades gubernamentales.

Quizá también, para el turismo de clase alta e internacional, se podrían enfocar los esfuerzos en viajes de larga distancia, ya que estos turistas pueden pagar esa clase de servicios.

En ese segmento, no ha habido un decremento de la demanda, sino todo lo
contrario, gracias a que las personas de altos recursos económicos no tienen mayores preocupaciones financieras.

Otro aspecto que se puede considerar es que, en países norteamericanos y principalmente en temporada invernal, se pueden impulsar las ofertas de larga estancia en diferentes destinos, ya que, para muchas personas de esas latitudes, las bajas temperaturas y los altos costos que implica la calefacción en sus hogares también se vuelve un factor que los obliga a “huir” de sus lugares de origen.

Teresa.- En efecto, hay una oportunidad importante para atraer a los new birds, los viajeros que escapan del invierno hacia nuestros países, sobre todo para evitar los altos costos de energía. Durante la pandemia, también creció el interés por otro tipo de turismo, como el rural, el de contacto con naturaleza, de modo que sería valioso impulsar más conceptos como el glamping o glamurous camping (experiencia de acampar al aire libre con comodidades de lujo) o pequeños hoteles boutique en ciudades intermedias. Esto es algo que ya estamos viendo de manera permanente en la región.

De continuar presente, ¿podría el estrés financiero traer más afectaciones al sector turismo, de las que trajo el COVID-19?

Claribel.- Si bien es cierto que desde antes de la pandemia ya existía el estrés financiero y que hoy, después de ella, millones de personas se encuentran sufriendo la coyuntura económica actual (al momento de hacer sus presupuestos personales, por ejemplo), la contingencia sanitaria significó un impacto superior al que vemos en estos momentos, ya que muchas cadenas hoteleras, parques temáticos, restaurantes, cruceros y otras empresas tuvieron que cerrar por un tiempo sus operaciones. Muchas, a la fecha, no se han podido recuperar.

Además, el estrés financiero no afecta a todos los turistas, sino a una parte de ellos que hoy no cuenta con los ingresos suficientes para viajar. El nivel económico le afecta a la parte baja y media de los estratos económicos de la población, no a la parte alta, que puede seguir eligiendo libremente sus destinos turísticos.

Teresa.- Coincido. Será difícil que, al menos en el corto plazo, veamos algo igual de severo que los efectos del COVID-19. La pandemia generó el mayor impacto y caída en la historia del turismo a nivel mundial.

Lo que notamos ahora son dos desempeños distintos dentro del sector turismo: el de los destinos de sol y playa, donde la recuperación ha sido muy favorable y ya casi no existen las temporadas bajas; y el de las ciudades, donde existen rezagos. El teletrabajo y las nuevas herramientas digitales han provocado que menos personas permanezcan en las ciudades o impulsen el turismo de eventos y reuniones.

¿En qué momento podría venir una completa recuperación del sector turístico nacional? ¿Qué condiciones tendrían que existir para ello?

Claribel.- La recuperación de la demanda es ya una realidad en muchos destinos de sol y playa de la región. Muchos han alcanzado unos niveles de ocupación y rentabilidad iguales a la prepandemia. En algunas regiones incluso se han superado los niveles esperados. Para ver una completa recuperación, el principal reto está en el turismo de ciudad y en el de reuniones y eventos, los cuales han demorado mucho más en recuperarse.

Asimismo, existe el desafío del incremento de precios a causa de la inflación, ya que los altos costos de la energía, los combustibles y los insumos encarecen los servicios turísticos. Aunque esto también podría representar una enorme oportunidad para los proveedores de servicios del sector, pues podrían impulsar alternativas de servicios más sostenibles y accesibles, como ya ocurre en algunos casos con la compra de insumos locales, lo que ayuda a reducir costos.

También, seguirán siendo valiosas las medidas sanitarias que se tomen en los destinos, a fin de que más turistas sientan la suficiente confianza para visitarlos. Y, por último, se espera que, al finalizar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania comience la estabilización de la situación económica mundial, con lo cual podría incrementar el número de turistas provenientes de esa región a nuestros países.

Teresa.- Los fenómenos naturales (inundaciones, incendios, huracanes) derivados del cambio climático también han afectado diferentes destinos. Eso ha generado estrés financiero para las empresas, porque, al mismo tiempo que se están recuperando de tres años muy difíciles, se han encontrado con la necesidad de invertir en mejorar su capacidad de adaptación y de reacción ante fenómenos naturales.

En el caso de los destinos y de las aerolíneas mexicanas, también vemos algunas limitaciones y ‘cuellos de botella’ para abrir nuevos vuelos. Debido a que no hemos logrado recuperar la máxima certificación que otorga la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos en nuestros aeropuertos, existen restricciones regulatorias para abrir nuevos vuelos hacia destinos donde hay oportunidades de mercado.

Pero estos tiempos también son una buena oportunidad de innovación para ciertos prestadores de servicios turísticos: aprovechando la tecnología en los modelos de negocio y las tendencias más recientes en el estilo de vida de las personas, podrían generar una oferta más atractiva y sostenible, mientras se fortalece la resiliencia de nuestros destinos turísticos.

Además, existe una valiosa oportunidad, para todos los países de Latinoamérica donde las restricciones de viaje no son tan estrictas, de mostrar nuestras fortalezas (el trato personalizado, la hospitalidad para el turista), que son también nuestros principales diferenciadores para una nueva etapa en la que la gente busca una buena experiencia de viaje.

 

[1] “Sube la extrema pobreza en América Latina a niveles no vistos en casi 30 años”, 27 de enero de 2022, Noticias ONU.

[2] “Airbnb third quarter 2022 financial results”, 1 de noviembre de 2022, Airbnb News.

[3] “Number of nights and experiences booked on Airbnb worldwide from 2019 to 2021, by region”, 30 de marzo de 2022, Statista. 

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